NARCISISMO
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Autor/autores: Miguel Ponce Lopez
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Artículo revisado por nuestra redacción
A lo largo del siglo XX, hemos adquirido una visión muy profunda en la comprensión de la soberbia. A finales del siglo XIX, una nueva corriente llamada psicoanálisis retomó el mito de narciso para explicar la tendencia de algunos individuos a permanecer absortos en la admiración de sí mismos (Ellis, 1898). Con la llegada de Kohut (1968) y Kernberg (1975), ...
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A lo largo del siglo XX, hemos adquirido una visión muy profunda en la comprensión de la soberbia. A finales del siglo XIX, una nueva corriente llamada psicoanálisis retomó el mito de narciso para explicar la tendencia de algunos individuos a permanecer absortos en la admiración de sí mismos (Ellis, 1898). Con la llegada de Kohut (1968) y Kernberg (1975), se ahondó en la problemática del carácter, concluyendo que era una característica propia de sujetos centrados en sí mismos, donde predominaba la presencia de gran ambición, fantasías de grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía. El pensamiento de ambos teóricos cristalizó en la propuesta de un modelo que ponía en evidencia la “máscara” del narcisismo. Sugerían que tanto la arrogancia como el exceso de asertividad, actúan enmascarando la inseguridad y baja autoestima.
El trasfondo de la vanidad es un amor desproporcionado a uno mismo que inicialmente fue denominado narcisismo. La psicología moderna ha decidido reemplazarlo por autoestima, para hacer alusión al conjunto de percepciones, pensamientos, evaluaciones, sentimientos y tendencias que adopta el sujeto sobre sí mismo. En última instancia, se acepta por consenso que el exceso de orgullo es un sentimiento fuertemente disruptor de la relación interpersonal, ya que desequilibra por completo la relación entre dos personas.
La neurobiología actual aboga por una correlación entre el tamaño del hipocampo y la autoestima. En el hipocampo reside la memoria afectiva, por lo que resulta una estructura cerebral clave en la configuración de la identidad. Ésta es la zona donde se reproducen los recuerdos, lo que recrea una narrativa interna en la que el sujeto representa cómo se ve a sí mismo y por extensión a los demás.
Hace décadas que la investigación ha concluido que los recuerdos traumáticos provocan una atrofia del hipocampo, lo que se asocia a un deterioro de la autoestima. La reducción se ha cuantificado mediante técnicas de imagen en el trastorno por estrés postraumático, donde la exposición a un trauma psicológico grave es causante de una reducción marcada del hipocampo. El estrés postraumático es un cuadro carácteristico que aparece tras un trauma psicológico agudo en el que se vivencia un situación de gran ansiedad con intenso miedo a morir (violación, secuestro, agresiones físicas graves…). Estas situaciones desencadenan un estrés global que genera una reacción inflamatoria a nivel cerebral que invariablemente se focaliza de forma predominante en el hipocampo.
Articulo completo en
Libro "El neoculto al hedonismo"
Articulo completo disponible en https://psiquiatrasevilla.es/libro-ii/narcisismo

