El salón de baile del hotel estaba casi lleno de científicos cuando llegó Susan Yanovski. A pesar de llegar 10 minutos antes, tuvo que maniobrar para llegar a uno de los pocos asientos vacíos cerca de la parte de atrás.
La audiencia en la conferencia ObesityWeek en San Diego, California, en noviembre de 2022, estaba esperando escuchar los resultados de un ensayo farmacológico muy esperado.Los presentadores, investigadores afiliados a la compañía farmacéutica Novo Nordisk, con sede en Bagsværd, Dinamarca, no decepcionaron. Describieron los detalles de una investigación de un medicamento prometedor contra la obesidad en adolescentes, un grupo que es notoriamente resistente a dicho tratamiento. Los resultados asombraron a los investigadores: una inyección semanal durante casi 16 meses, junto con algunos cambios en el estilo de vida, redujeron el peso corporal en al menos un 20 % en más de un tercio de los participantes 1 .
Estudios previos 2 , 3 habían demostrado que el fármaco, la semaglutida, era igual de impresionante en adultos.La presentación concluyó como ninguna otra en la conferencia, dice Yanovski, codirector de la Oficina de Investigación de la Obesidad del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de EE. UU. en Bethesda, Maryland. Un aplauso sostenido resonó en la sala “como si estuvieras en un espectáculo de Broadway”, dice.Esta energía ha impregnado el campo de la medicina de la obesidad durante los últimos años. Después de décadas de trabajo, los investigadores finalmente están viendo señales de éxito: una nueva generación de medicamentos contra la obesidad que disminuyen drásticamente el peso sin los efectos secundarios graves que han plagado los esfuerzos anteriores.
Estos medicamentos están llegando en una era en la que la obesidad está creciendo exponencialmente. La obesidad mundial se ha triplicado desde 1975; en 2016, alrededor del 40% de los adultos tenían sobrepeso y el 13% obesidad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Con el peso extra a menudo viene un mayor riesgo de problemas de salud como diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer. La OMS recomienda dietas más saludables y actividad física para reducir la obesidad, pero los medicamentos pueden ayudar cuando los cambios en el estilo de vida no son suficientes. Los nuevos medicamentos imitan las hormonas conocidas como incretinas, que reducen el azúcar en la sangre y reducen el apetito. Algunos ya han sido aprobados para tratar la diabetes tipo 2 y están comenzando a obtener aprobación para inducir la pérdida de peso.
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Palabras clave: medicamentos, obesidad