Artículo |
04/02/2014
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ong>Resumen
Antecedentes. A pesar del conocimiento de la participación de la amígdala en el miedo y la ansiedad, su contribución a la fisiopatología del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) sigue siendo controvertido. En el contexto de estudios de neuroimagen, parece probable que la heterogeneidad del trastorno puede haber contribuido a la falta de resultados consistentes.
Objetivos. Evaluar la influencia de las dimensiones de los síntomas del TOC en las respuestas de la amígdala a un paradigma de juego de cara emocional bien validado.
Método. Estudio transerval de imagen de resonancia magnética funcional (fRMI) de 67 pacientes con TOC y 67 controles sanos emparejados por edad, género y nivel educativo.
Resultados. La severidad de las dimensiones de los síntomas de agresión / comprobación y sexuales / religiosos se asociaron significativamente con la activación de la amígdala aumentada en los pacientes con TOC cuando respondían a rostros temerosos, mientras que no se observaron tales correlaciones para otras dimensiones de síntomas.
Conclusiones. Las alteraciones funcionales de la amígdala en el TOC parecen estar moduladas específicamente por las dimensiones de síntomas cuyo origen puede estar más estrechamente vinculado a los procesos centrados en la amígdala putativos, tal como el procesamiento anormal de miedo.
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The British Journal of Psychiatry
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