Antecedentes psiquiátricos en adolescentes con alto riesgo clínico de psicosis

Explorar los antecedentes psiquiátricos en jóvenes en alto riesgo clínico de psicosis (CHR-P) constituye un paso fundamental para comprender los factores determinantes que influyen en la detección temprana y en la construcción de trayectorias asistenciales oportunas, con el objetivo de mejorar el pronóstico y los resultados clínicos.

Este estudio tuvo dos objetivos principales: (1) examinar la proporción de jóvenes CHR-P con antecedentes de contacto previo con servicios de salud mental atendidos en un programa especializado, y (2) comparar longitudinalmente durante dos años las características sociodemográficas, clínicas y terapéuticas entre aquellos con y sin antecedentes psiquiátricos.

La muestra incluyó 170 participantes de entre 12 y 25 años, reclutados en el programa Parma At Risk Mental States (PARMS). Durante el seguimiento, los jóvenes completaron la Health of the Nation Outcome Scale (HoNOS) y la Positive and Negative Syndrome Scale (PANSS). Para el análisis de los datos se aplicaron un ANOVA de medidas mixtas y un análisis de supervivencia de Kaplan-Meier.

Los resultados muestran que 95 participantes (55, 9%) habían tenido contacto previo con servicios de salud mental. Sin embargo, en el 85, 2% de los casos se observó discontinuidad en la atención, reflejando una transición deficiente entre etapas del desarrollo y los servicios sanitarios. Los principales antecedentes psiquiátricos identificados fueron: trastornos del aprendizaje (7, 4%), trastornos de ansiedad (23, 1%), trastorno de conducta (22, 1%) y trastorno depresivo (14, 7%).

Los jóvenes CHR-P con antecedentes psiquiátricos presentaron un mayor tiempo de psicosis no tratada, así como una mayor tasa de transición a psicosis a los 2 años en comparación con aquellos sin antecedentes. Además, haber tenido contacto previo con servicios psiquiátricos se asoció con un deterioro más marcado del funcionamiento social a lo largo del tiempo.

Estos hallazgos destacan que la vigilancia sistemática del sufrimiento mental y de las conductas de búsqueda de ayuda en la juventud temprana (particularmente alrededor de los 20 años) resulta esencial para la prevención de la psicosis. Igualmente, el estudio subraya la importancia de garantizar la continuidad asistencial en la transición de los servicios de salud mental infanto-juveniles a los de adultos, ya que las discontinuidades detectadas constituyen un factor de riesgo relevante para el empeoramiento clínico.

En conjunto, los resultados refuerzan la necesidad de estrategias integradas de detección precoz, intervención temprana y continuidad del cuidado, con especial atención a los jóvenes con antecedentes psiquiátricos, quienes representan una población particularmente vulnerable en el curso hacia la psicosis.

Resumen modificado por Cibermedicina

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