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La estimulación cerebral profunda mediante un dispositivo que transmite señales eléctricas a las áreas del cerebro que controlan el movimiento mejora los síntomas del Parkinson a largo plazo, según un trabajo publicado en la revista 'Plos One' en el que ha participado el Centro de Cognición y Cerebro de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona.
Esta estimulación logra cambios en la estructura y función del cerebro hacia la instauración de dinámicas neuronales parecidas a las de las personas sanas, y ratifica unos efectos beneficiosos que ya se habían observado a corto plazo, ha asegurado la UPF este jueves en un comunicado.
El trabajo se ha desarrollado junto a investigadores del Departamento de Psiquiatría y Neurocirugía de la Universidad de Oxford, y en éste los científicos han identificado cambios que afectan a las regiones cerebrales sensoriales motoras, prefrontales y olfativas, áreas afectadas en la enfermedad del Parkinson.
Los cambios observados se centran en un incremento de la eficiencia nodal en la mayoría de las áreas involucradas y una decreciente eficiencia en el área cerebral precentral sensorial motora.
"Los resultados demuestran que la estimulación cerebral profunda en enfermos de Parkinson conduce a una reorganización del cerebro capaz de aminorar los síntomas de la enfermedad", ya que la estimulación profunda a largo plazo no solo tiene efectos restauradores sobre las conexiones neuronales, sino que además mejora la funcionalidad y la plasticidad del cerebro a nivel global.
Los investigadores analizaron detenidamente a un paciente afectado de enfermedad de Parkinson antes y después de la estimulación cerebral profunda para medir las diferencias en las conexiones, y además utilizaron un modelo computacional de la actividad espontánea del cerebro para calcular los cambios en la funcionalidad.
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