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Estigma Mutuo

Autor/autores: William David Montero cruz
Fecha Publicación: 02/04/2021
Área temática: Salud mental .

Hospital Especializado Granja Integral

Heidegger nos entregó en su pensamiento aquel “Dasein” ese estar-en-el-mundo para que nos diéramos cuenta de la importancia que tiene nuestro diario vivir, nuestra cotidianidad, impulsándonos como dice en uno de sus postulados “a aceptar la propia situación, dar un enérgico sí a los hechos y autoafirmarse por la acción y por la lucha”. Afrontar ese estar-en-el-mundo implica interiorizar ese sufrimiento existencial e ir de la mano con él durante ese trasegar al que llamamos vida, aceptando que esa angustia de existir, esa que la hace “autentica” y nos da ese sentido de realidad y experiencia. 


Esto nos lleva a pensar que desde su nivel experiencial cada individuo construye su mundo, aquel en el cual convergen todas sus emociones y vivencias, elementos necesarios para comprender su relación con el ambiente, con el mismo, con su realidad; intentar hacer este ejercicio es el primer paso para ayudar a nuestro paciente, sin descalificar o atropellar ese sistema de creencias, siendo empáticos y actuando como verdaderos terapeutas.  



A veces para el terapeuta existe la necesidad mesiánica de encontrar un diagnostico rápidamente y darle nominación a lo que probablemente aun no la tenga, esta necesidad se acompaña también de un sistema de salud reinante que lo tilda de ineficiente si se toma  el trabajo de detenerse a comprender los fenómenos que están ocurriendo dentro de cada paciente, imposibilitando que podamos entregarle a cada uno de ellos la posibilidad de tener un papel autónomo y participe dentro de su tratamiento.  


Desde Florence Nightingale quien se considera como la precursora de la profesión de enfermería se contempla que el arte de cuidar es el fin primordial de la misma basado en el principio de beneficencia no maleficencia, cuidar a toda costa algunos dirán pero hasta donde el acto de cuidar implica violar la voluntad y la autonomía del paciente, hasta donde nuestros ideales altruistas pueden ser nocivos y pasar al extremo de creernos omnipotentes sobre el paciente a tal punto de sobreprotegerlo e impedirle avanzar y ser gestor de su cuidado. 


Antes de querer descubrir ese porque pasan las cosas, debemos preguntar a nuestros pacientes que importancia da a sus emociones, que sentido le otorga a sus síntomas, hay que evitar encasillarlo de antemano o lanzar juicios valorativos imprudentes que lo confundan, es necesario no estigmatizar su condición de paciente haciéndolo sentir gravemente enfermo entendiendo que su angustia es algo natural de ser-en-el-mundo, teniendo en cuenta lo anterior es primordial concebir a la enfermedad mental no como un simple conglomerado de síntomas, sino también como la manera de un individuo de experimentar su existencia y brindarle un significado pero que es necesario tratar y controlar de tal manera que él sea el dueño de su destino.  


El ejercicio está en evitar explicar toda enfermedad mental remitiéndose exclusivamente a los manuales diagnósticos o la semiología, esclareciendo cualquier diagnostico a la luz de la experiencia de cada uno de nuestros pacientes frente a su enfermedad, pensando que los síntomas solo son medios por los cuales el paciente nos manifiesta algo que está ocurriendo dentro de sí y que tras él hay un fin o propósito el cual debemos como terapeutas ayudar a cada individuo a encontrar y así pueda responsabilizarse de su proceso.  


Curar no debería ser lo que más releva importancia para el tratamiento del paciente, hay que centrarnos más en sus experiencias vitales y en su aceptación como persona; para muchos de nosotros es enfrentarnos a pensar de otro modo, dejando ver una angustia como terapeuta en la que diagnosticar una psicopatología ha de ser como el objetivo único de nuestra intervención, asemejándose mucho a la angustia que siente el paciente por su existencia. 
Nosotros debemos tomar el papel de guía, pero quien definitivamente encontrará la solución a su trastorno o problema será el paciente, porque es el quien se conoce más a sí mismo, es quien comprende sus potencialidades y el cómo desarrollarlas. Ese proceso de autodescubrimiento puede ser abrumador para él y es ahí donde le llevaremos de la mano hasta que con sus potencialidades logre seguir adelante con su proyecto de vida y con su existencia.  


El estigma y el autoestigma son problemáticas que se acentúan en la medida que variables como las determinantes sociales estén seriamente afectadas, factor que genera desigualdad especialmente en grupos vulnerables como lo son aquellos que padecen un trastornos mental, el establecimiento y la implementación de políticas por parte de los gobiernos nacionales y departamentales relacionadas con el reconocimiento e inclusión social de dichos grupos es uno de los primeros pasos que favorece que reciban la atención holística e integral que ellos necesitan.  


Buscar ayuda frente a un sufrimiento psicológico y espiritual ha de ser concebido como un acto de valentía y así debe trasmitirse a la población general, cada paciente es valiente al asumir que necesita ayuda y que muchas veces no puede solo frente a su sufrimiento, el estigma más que un problema de segregación es un problema de ignorancia y erradicarla depende de aquellos que además del conocimiento tengan el compromiso y la convicción de cambiar ese paradigma.  


Educar se convertirá en nuestro propósito como profesionales y cuidadores, educar bajo un código moral que no menoscabe la autonomía de los demás, educar con el interés genuino de hacer lo mejor por nuestros pacientes. Dicha educación ha de tener un enfoque multidimensional e incluyente que impacte el pensamiento del colectivo, que no tengan distinciones o segregaciones y que este abierto a escuchar, reinventarse y evolucionar con el tiempo.  


Por ultimo solo quisiera añadir que al existir tantas realidades como personas en el mundo mostrarse de acuerdo que cada individuo es dueño de su realidad y tener en cuenta su subjetividad es algo que día a día en el ejercicio como profesionales de la salud mental debemos no dejar a un lado apreciando el valioso aporte que este puede dar.  


Se hace también necesario afianzar la humanización de los servicios de salud y de los cuidados que suministramos sin  desdibujar el derecho a la salud y a la autonomía que tienen nuestros pacientes, fortaleciendo la relación entre Paciente-Cuidador abocándonos a adquirir un mayor compromiso con nuestra profesión, la tarea que queda por hacer es permitirnos escuchar otras ideas, permitirnos pensar de otra manera, no casarnos con un solo paradigma y hacer lo mejor cada día por nuestros pacientes. 


 

Palabras clave: Estigma, Realidad, emociones


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Comentarios/ Valoraciones de los usuarios


Genial La Educación en Salud Mental es primordial antes de cualquier tema por sin Salud Mental No hay salud

Yohana Bravo Gonzalez
Enfermero salud mental - Colombia
Fecha: 05/06/2021



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