Enlace complementario: https://youtu.be/WcilmwxRB-Q
Título: “Los Millennials, ¿serán una generación más inteligente que las anteriores?”
Con el desarrollo, a partir de 1990, de los llamados “teléfonos inteligentes”, que utilizan muchas funciones con sus conexiones a Internet, se ha creado una generación de “nativos del Smartphone” que aparentemente están “hiper-conectados”. Muchos piensan que esta generación será más “Inteligente” que las anteriores. Incluso en África, donde la educación no es una prioridad, los niños aprenden rápido a usar el teléfono. ¿De qué depende ésta capacidad? ¿Dependerá de la pura memoria? Pero inteligencia y memoria no son equivalentes, como iremos viendo. Y esa hiper-conectividad no parece conducir a un desarrollo del lenguaje sino a una constricción del mismo. El lenguaje se está simplificando y los temas se acortan. Tener toda la información que se requiera al alcance de un Smartphone da una gran ventaja que las generaciones precedentes no tenían. Pero usar esa información erráticamente y sólo para completar una pesquisa limitada no parece ampliar la panorámica social ni intelectual del consultante. Cuando uno trata de usar un celular o una computadora, los de mi edad tenemos que recurrir a los Millennials, eso sí, pero es que ellos están obsesionados con su aparato, desarrollaron esa capacidad más tempranamente, y lo manejan muy holgadamente. Pero lo que me interesa es la “inteligencia” personal. Si lo que hace el Millennial con su Smartphone es un derroche de memoria, ¿ésta lo hace a éste más inteligente? En las teorías actuales sobre las que se basa la memoria (guardada como un patrón de activación de redes neuronales interconectadas), sin duda entre más memoria se tenga esperaríamos que el sujeto poseyera una mayor inteligencia. Pero en las teorías antiguas acerca de cómo funciona la mente, la memoria no tiene nada tiene que ver con la inteligencia. Sí, así es: hay teorías antiguas y modernas sobre la mente y cómo funciona.
Las dos teorías, la vieja y la nueva, no están mezcladas ni la moderna sale de la otra, por medio de un desarrollo gradual. Más bien ocurre un rompimiento: se abandona el viejo esquema, por complicado, y se adopta uno muy distinto, por su simpleza y utilidad al estado. El otro era una filosofía, un conocer por conocer, y el nuevo esquema es una política: Algo hace distinto al hombre de los animales y los hace adquirir la categoría de “pensante”. Una vez que consideramos al humano como un “ser pensante” entonces todo resulta ser un producto inevitable de su cultura. La tecnología es inevitable y ésta, a su vez, modifica la cultura. Así que vamos en el camino a ser mejores y mejores, ya que podemos manejar más y más tecnología. Rusia inicia la idea de deificación del cerebro (puesto que éste se considera lo básico de su política materialista, ya que de él emana toda la actividad mental) y el cerebro de Lenin es fragmentado en 30,000 piezas. En las fotos vemos a Lenin hablando y a todo el mundo entendiéndole y maravillado por su pensamiento tan claro y brillante. Lo mismo lo repetirá Stalin y todos parecen entender y aplaudir lo que él dice. Claro que sabemos que el primero que deje de aplaudir va a ir a parar con sus huesos a la cárcel. Lo mismo hará Kim- Jong- Un, de Corea del Norte: el que se duerma mientras él habla (como hizo un tío suyo) será fusilado. La idea es clara: junto con la deificación del cerebro viene la deificación de los líderes, y el sistema se justifica. Ensalzar al cerebro del dictador es ensalzar la perfección e inamovilidad de su gobierno.
Es increíble como ese modelo politizado del cerebro ha logrado sobrevivir. En primer lugar, dado el número casi infinito de asociaciones verbales, y dado que cada asociación es particular y única representación de un pensamiento, un número finito de trazas no correspondería a algo casi infinito. Además los recuerdos son modificables, como se está viendo en los Estados Unidos, en donde el testigo de un crimen es fácilmente influenciable por los investigadores y éste está seguro de que vio en la escena del crimen a alguien que le fue implantado. Además, durante la Regresión Hipnótica se recuperan datos que totalmente se creían olvidados; ¿en dónde queda lo que Freud llamó “la ley natural del desgaste” de las trazas neuronales? En los casos de Memoria Autobiográfica Altamente Superior se encuentra el caso, estudiado en la Universidad de Irvine, California, de los gemelos idénticos Tyler y Chad Hickenbottom. Tyler recuerda con precisión el número de cada camión de basura que haya pasado por su casa y tiene una colección de fotos de ellos. Sin embargo, su gemelo no puede hacer eso y los estudios cerebrales no muestran ninguna diferencia entre los dos. En otros pacientes afectados con el mismo síndrome, lo que se demuestra no es una diferencia cerebral, sino un rasgo de la personalidad: la obsesivo-compulsividad. Todos rumian lo que hicieron es día. Por último, si pensar es algo ya grabado en el cerebro, ¿por qué en los experimentos de Zimbardo (ya citados en una presentación 17) el sujeto aumenta el voltaje para complacer al jefe, cuando éste lo incita a causarle más dolor al actor que finge recibir la descarga?
Ahora veamos la teoría antigua del pensar. En primer lugar (Menón) el hombre no “piensa", sólo habla, y a esa habla (ya sea interiorizada o exteriorizada) es a lo que él le llama el pensar. Por lo tanto, si hemos de lograr que el hombre piense de tal o cual modo, hemos de enseñarle el concepto, puesto que, de primera vez no lo sabrá. Pero hay otra cosa: esa capacidad para aprender un concepto abstracto está limitada a los 7 u 8 primeros años de su vida y, si no lo aprende para entonces, ya nunca lo podrá aprender. ¿Qué cosa aprende el resto de su vida? Sólo memoria, más no abstracciones. John Locke (1690) lo explica así: Hay Ideas Simples e Ideas complejas. Toda Idea Simple (de la Sensación o de la Reflexión (o sea, el habla) son percepciones, y por lo tanto son indelebles (porque toda percepción es una idea; porque toda idea participa del Arquetipo y, por tanto no puede ser creada (más que por las vías ya citadas) y no puede ser destruida.) En cambio las Ideas Complejas es un manejo a partir de las ideas Simples, y ese manejo sólo puede ser logrado si ese ideal se metió en la infancia. Y es que el hombre tiene una cerrazón tal que, a partir de la pubertad, le hace muy difícil adquirir conceptos abstractos y cree saber lo que en realidad no sabe. Por eso en los Diálogos de Platón sólo se enseñan virtudes, porque esas son las ideas Complejas que el hombre nunca sabrá si no las aprende. Los años de la niñez se arrastrarán toda la vida, moldeando la personalidad. Por lo tanto, se debe cuidar mucho lo que se les dice a los niños. Esa es la etapa más importante, pero, luego se debe reforzar las ideas en los jóvenes y los viejos, cuando discutan algo referente a las leyes, deben cuidar de que no haya un joven cerca, porque el joven debe creer que la ley la hizo un dios o una persona muy destacada mentalmente y el joven no puede ni discutirlas ni cambiarlas. De allí nacerá el concepto de areté, la virtud: el griego, sólo por serlo, debía comportarse como lo harían los dioses.
Comparemos éste ideal con los israelitas. Dice Baruch Espinoza: “Moisés no instituyó la religión para educar al pueblo, sino para hacerlo obediente. Cada acto de la vida de un israelita está dedicado a recordarle los preceptos mosaicos. No puede hacer nada fuera de la religión. La superstición es la mejor manera de educar al pueblo.” En cambio el ideal griego era hacer a cada ciudadano más civilizado, tolerante y virtuoso. Para eso había que tener un control estricto de la información que se le proporcionaba en cada etapa del crecimiento a ese animal básicamente parlante para hacerlo un ser civilizado, capaz de convivir en los límites estrechos de la sociedad ateniense.
Dice en Las Leyes, Libro VI: “El cargo más importante del Estado es de aquél que se encarga de la educación de los jóvenes. La Ley requiere que sólo se elija a una persona, y que ésta tenga descendencia legítima, ambos hijos e hijas, y sea mayor de 50 años. Los que lo elijan deben estar persuadidos de que este cargo, en importancia, es el primero. Vemos que en las plantas todo depende de las primeras semillas. Si se arrojan por un agricultor hábil puede esperarse que en su día darán los mejores frutos. Lo que es cierto respecto de las plantas no lo es menos respecto de los animales feroces o domesticados; porque bien que el hombre sea naturalmente suave, sin embargo, cuando a un buen carácter se une una educación excelente, se hace el más dulce de los animales, el más aproximado a la divinidad; mientras que, si no ha recibido ninguna educación o la ha recibido mala, se hace el más feroz de los animales que haya criado la tierra.”
O sea: en los griegos se controlaba la información que recibía un niño, puesto que ésta información valdrá para el resto de la vida, haciéndolo virtuoso o cruel. Si se contrataban mercenarios para la defensa éstos no podían entrar a Atenas, puesto que contaminarían a los niños; y los rapsodas eran obligados, por ley, a sólo decir en público cosas que no corrompiesen la virtud de los jóvenes. Y las madres y padres eran advertidos que nunca les dijesen a los hijos de las cosas malas de la vida. Y si se les habla de los dioses, a ellos sólo deben atribuírsele las cosas buenas, no las malas. Y si se les cuenta una fábula, sólo deben contárseles fábulas buenas, que no los asusten, porque en esa edad, el alma de un niño es demasiado tierna para discernir la verdad de la fantasía.
En cambio, actualmente, todo está diseñado para la masificación. Un ciudadano virtuoso, feliz, y con criterio propio no es seguramente el ideal al que ambicionan los gobiernos. Lo que se requiere políticamente son ciudadanos obedientes, capaces de dar su vida por valores inciertos tales como la patria, la libertad, la igualdad. La divinización del cerebro, la disminución de la importancia que se le da a la educación, el culto a los hombres que el partido considera vitales para el estado es ahora la norma. O sea: si el cerebro per se es inteligente entonces todos somos inteligentes, y cualquier cosa que hagamos es un producto de nuestra inteligencia. Por lo tanto, tenemos derecho a hacer todo, y la tecnología es un producto inteligente que tenemos el derecho de crear y hacer prevalecer sin ningún límite. La propaganda fabrica a los genios y el ser humano común está tan adoctrinado que se cree todo lo que se le dice, y lo hace pensando que eso es algo genial. Los tratados obtusos del pasado son ahora cambiado por reportajes, en páginas lustrosas y llenas de dibujos, que empiezan siempre así: “los científicos creen que…” En otras palabras: el editor ahora es el que crea la ciencia. El editor de revistas hace deleitoso oír las antiguas mentiras, que se volverán irrebatibles ante la masificación. ¿Y qué pasa con la tecnología? Es pura memoria. O sea: nos estamos llenando con Ideas Simples, imborrables, pero cada vez se nos dificulta más lograr las Ideas Complejas. En mi video número 74 elaboro una clasificación de los seres humanos y una comparación con o animales, a partir del uso de sus ideas simples a las complejas. Empiezo con el Animal, como comparación, con una Memoria Masiva, pero controlada por el Programa, lo que le otorga una percepción a la vez (ésta memoria Masiva del animal ya ha sido explicada previamente en mis libros y artículos y explica el porqué el animal tiene que regresar a dónde nació, puesto que es sólo un programa que e repite.) Luego paso a los “genios idiotas”, con una memoria masiva pero una perspectiva muy estrecha. Y eso pasa porque sólo poseen Ideas Simples: si lo leyeron, lo oyeron o lo dijeron lo recordarán tal cual, puesto que las Ideas Simples son Imborrables. Pero no entenderán nada de lo que dicen ni podrán elaborar un juicio. Luego paso al “hiper-mnésico profesional de la memoria”, ejemplificado en la comedia The Big Bang Theory por “Sheldon Cooper”: alguien con ideas fijas, obsesivo compulsivo, pero tecnócrata, útil para el gobierno pero inútil para la sociedad en general. Luego paso a la “medianía”, y luego a la Aristocracia de la lengua, capaz ya del manejo de Ideas Complejas. Ya Darwin decía (Notebook M, 1838): “Pensar es una colección de imágenes ante tus ojos u oídos. La gente que realiza grandes multiplicaciones de memoria no son muy listos, al igual que los jugadores de ajedrez. Un hombre de Cambridge, casi un idiota, jugaba regularmente con DArbay, de gran genio e invariablemente le ganaba. Peacocks dice que los matemáticos no son razonadores profundos. Creo que es el juicio de las posibilidades lo que otorga el sentido común.” Y, ¿qué es el juicio? Es la operación de la mente en dónde ésta juega un papel activo, fatigante, para unir, comparar y evaluar varios pensamientos a la vez. A eso Locke le llama “generalización o “abstracción.” Y eso no es memoria.
Los actuales representantes de la doctrina de las Ideas de Locke no son ni los europeos ni los Norteamericanos, sino dos rusos. Y es que se le dio tanta importancia a la Neurología que dos amigos acabaron discrepando de los demás, aunque bien encubiertos detrás de la propaganda oficial. Lev Semionovitch Vigotsky y Alexander Romanovich Luria se conocieron a principio de los años 30 del siglo pasado y concluyeron lo mismo. Vigotsky hizo, en 1934, el libro “Pensamiento y Lenguaje” (no publicado hasta 50 años más tarde) y Luria le correspondió con su “Conciencia y Lenguaje”, tampoco publicado durante su vida (murió en 1977) y lo que está en esos libros es platonismo puro. Acaso por ello no publicaron eso durante su vida, porque el Soviet les pisaba los talones. Ambos eran judíos, y Stalin hacía purgas de ellos cada rato. Luria dice que, en la práctica, se alcanzan los límites de la comunicación cundo el oyente deja de entender lo que se le dice. “El fenómeno de la multi-signicación de las palabras es mucho más amplio de lo que puede parecer y la referencia objetual exacta o el significado es, por esencia, la elección del significado necesario dentro de una serie de posibilidades. La palabra se convierte en un eslabón o nudo focal de toda una red de imágenes evocadas por ella y de palabras ligadas a ella connotativamente. La palabra introduce un sistema completo de connotaciones- La palabra generaliza: una cosa se incluye en una determinada categoría, es decir, tiene una compleja función intelectual de generalización. Es decir: la palabra no solo separa un rasgo único que generalizará las cosas; sino que las incluyen en determinadas categorías y esa es su función más importante en el pensar. Y la función más importante en el pensar es la abstracción y la generalización. Igual opinaba Locke) “Las palabras tienen un número diferente de enlaces potenciales. En la Ontogénsis el significado de las palabras se desarrolla, cambia su estructura tanto en lo relativo a su estructura como al sistema de procesos psíquicos que está en su base. Por lo tanto, a medida que el niño se desarrolla sus significados cambian y cambian también el reflejo de aquellos enlaces o relaciones que, a través de la palabra, determinan la estructura de la conciencia. En etapas tempranas del desarrollo la palabra tiene una estructura amorfa y un significado difuso. El significado de la palabra cambia a medida que transcurre el desarrollo del niño. Y así nuestra conciencia cambia su estructura semántica continuamente. Vigotsky le corresponde plenamente: “El pensamiento sólo se expresa en palabras, y toma vida o existe a través de las palabras.” O sea, es la palabra, la que se modifica continuamente, la que expresa un concepto. Y la modificación corre a cargo de formar generalizaciones o abstracciones (las ideas Complejas de Locke) que ahora substituyen las palabras y la semántica del pasado. “Debido a la multi-significación del lenguaje, cada palabra implica un antecedente inconsciente y, por lo tanto, el habla es inconsciente y la conciencia, en sí no existe. Lev Vigostky dice que el pensamiento es creado en un proceso verbal. Pero el fenómeno de la multi-significación de las palabras (y de las oraciones) es mucho más amplio de lo que puede parecer, y el significado exacto de lo oído, leído o dicho entra en una serie de posibilidades de interpretación que anula cualquier intento de homologar los pensamientos. Las palabras no sólo describen objetos, sino que también analizan enlaces y relaciones complejas asociadas a ellas. Es más, usamos palabras que tienen un significado implícito que hemos heredado de nuestra sociedad y que difícilmente podrán ser entendidos fuera de ella. En la ontogénesis el significado de las palabras se desarrolla y cambia su estructura. Pero, de igual modo, cambian también los enlaces o relaciones que, a través de las palabras, expresan el pensamiento. Es decir: el pensamiento cambia. Pero la situación emotiva detrás de las palabras que usemos es producto de un largo desarrollo que nunca desaparece. Hay asociaciones y significados que pasan desapercibidos pero que siguen actuando. Nuestro pensamiento cambia su estructura semántica, pero aún conserva estrechos lazos con las situaciones descriptivas pasadas. La conciencia adquiere un carácter lógico verbal abstracto pero que aún conserva los enlaces y asociaciones características de todos los estados previos. Los guarda en forma encubierta, ocultos, incluso para la conciencia misma. Así que hay una gran dificultad para aislar e interpretar el sentido de las palabras (y peor aún de las oraciones) dentro de las construcciones verbales. El niño no parece poseer un lenguaje verbal interno. (o sea, no piensa por sí mismo, solo imita las palabras) A medida que lo va adquiriendo surge la acción voluntaria compleja basada en el propio lenguaje que se ha interiorizado. Así que el lenguaje es lo que produce el pensar, tanto interno como externo, pero eso no quiere decir que ese pensar sea consciente:” Vigotsky: “En el lenguaje se encuentra la fuente de la conducta social y de la conciencia. La conciencia es sólo un reflejo de reflejos, o sea, la conciencia, como una forma particular de ser, no existe. Si la función produce el órgano, entonces el cerebro contiene la función para la síntesis nueva de palabras, las cuales, de ninguna manera se pueden encontrar en la estructura de antemano. Pero hay algo que es de lo más importante: la posibilidad que se introduce por la conciencia, o sea, el habla, de relaciones nuevas (caso imposible en el plano del desarrollo orgánico). Y eso porque el niño forma una estructura nueva de generalización a partir de nuevos conceptos. Cuando él domina ésta estructura nueva, y gracias a ello reconstruye y transforma también la estructura de los conceptos anteriores.” A eso Vigotsky lo llamó Auto-movimiento en el sistema de desarrollo de conceptos.” “ Vigotsky: “Lo importante es el sentido de la palabra con su flexibilidad y polisemia (fenómeno del lenguaje que consiste en que una misma palabra tenga varios significados.) Así que, concluyendo, los dos amigos rusos apoyan a Locke y a Sócrates: Pensar en habla y nos hablamos de lo que sabemos, puesto que no podemos hablarnos de lo que no sabemos. Así, esos rusos oyendo a Lenín, como si oyeran la palabra divina, son sólo una propaganda. De lenín Bertrand Russell, quien lo conoció en 1920, cuando el partido laborista inglés fue a rendirle pleitesía dice “Ese gran hombre no dice otra cosa que no sea una cita de Marx.” Su pensamiento, por ser un “gran hombre”, es perfecto e inamovible. Y como no es autocrítico es dogmático. Ahora bien: la repuesta al tema es: la tecnología son sólo el manejo de ideas simples. Entre más tecnócratas nos haremos más dogmáticos y simplones. La autocrítica será reemplazada por la homogenización del pensar.
instituto de la Visión, jefe del Departamento de Anestesiología. Torreón Coahuila.
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