Del alcance del conocimiento Humano, según John Locke.
Texto:
El principal libro de Locke, el “Ensayo sobre el entendimiento humano”, no es citado (en ningún artículo de Internet, reseña biográfica del autor, o libro de psicología que yo conozca) como aportando algo válido sobre la naturaleza de la mente humana. Incluso Bertrand russell, en su Historia de la Filosofía Occidental, libro que le valió el premio Nobel en 1951, cuando llega a Locke olímpicamente se salta ese título en particular, como si nunca se hubiera escrito, y sólo comenta su obra política. russell, quien dice ser sólo experto en Leibniz, parece no percatarse de que éste último, en su “Nuevo tratado sobre el entendimiento humano” es un ferviente admirador de Locke y su libro es una discusión ficticia entre él (Teófilo) y Locke (Filatetes). Sin embargo Locke armó gran revuelo entre el público culto de su época. De hecho, él da inicio a la filosofía occidental moderna: sólo después de Locke, y todos citándolo como base de su discusión (incluso George Berkeley y Godfried Leibniz hacen conversaciones fingidas con él) surgen filósofos que, de una manera inconexa, tratan de continuar la misma idea general hasta llegar a Henri Bergson.
David Hume, considerado el mayor filósofo de Inglaterra, al inicio empieza atacar a Locke para “devolverle a la palabra Idea el sentido usual que el señor Locke, tan perversamente, le ha quitado. ” Al final se convierte en un seguidor que no entiende bien la teoría. A las Ideas Simples de la sensación las llama “Impresiones”, y a las Ideas Simples de la Reflexión las denomina “Ideas”. Hasta allí llega su intento de “devolverle a la palabra “idea” su sentido original. ” Pero dice él- si ambas son percepciones, como lo es todo proceso mental –según Locke- ¿cómo se conectan los dos tipos de ellas? ¿Cómo se pasa de “ver, oír, tocar”, a “juzgar, amar, odiar”? Y dice (Libro III, de la Moral) “Estoy seguro de que este es el camino correcto para la comprensión de la naturaleza humana. Sin esta creencia no me hubiera atrevido a escribir un tercer volumen de una filosofía tan abstrusa en una época en que la mayor parte de los hombres parece convenir convertir la lectura en una diversión y rechazar todo lo que requiere algún grado considerable de atención para ser comprendido. Se ha hecho observar (está hablando de Locke) que nada se halla presente al espíritu más que sus percepciones y que todas las acciones de ver, oír, juzgar, amar, odiar y pensar caen bajo este título. El espíritu no puede desenvolverse en una acción que no pueda ser comprendida bajo el nombre de percepción y, por consiguiente, éste término no puede ser menos aplicable a los juicios por los que distinguimos el bien del mal que a las sensaciones. ” De que Hume reconoce el platonismo en la obra de Locke dan fe sus palabras (Libro I, Sección VII) “La naturaleza del hombre ha sido hasta ahora la más descuidada. Dos mil años, con tan largas interrupciones y con tan poderosos descorazonamientos son un período de tiempo pequeño para conceder una perfección tolerable a las ciencias, y quizá nos hallamos en una edad demasiado temprana para descubrir los principios que examinará una posteridad tardía. ” La solución al problema de Hume de que, si lo único que hay son percepciones, ¿cómo se pasa de una percepción sensible como el ver, el oír; a una emoción que parece muy distinta, como el amar, odiar y el juzgar? Según Locke esto se logra juntando varias percepciones a la vez. Las ideas simples de la sensación provienen del sensorio. Pero en el siguiente tipo de ideas, las de la reflexión, Locke no es tan explícito. Incluso dice (Libro II, IX, 2): “La sola reflexión puede darnos idea de lo que es la percepción. Todos conocerían mejor que es la percepción si reflexionaran acerca de lo que hacen cuando ve, oyen, sienten, etc. O cuando piensan, que a través de cualquier discurso de mi parte. Quien reflexione sobre lo que ocurre en su propia mente no puede dejar de advertirlo, pero si no reflexiona, todas las palabras del mundo no podrá hacerlo alcanzar ninguna noción de ello. ” Algo debe de haber cambiado en el uso de la palabra entonces y ahora porque para Locke es algo pasivo, que la mente no puede evitar percibir; mientras que creo que actualmente es un proceso activo, para el cual se realiza un esfuerzo.
Locke dice que la idea simple de la reflexión “es la percepción de las operaciones que realiza nuestra mente interiormente. ” Esa idea se parece a la que sostiene actualmente Antonio Damasio: “Todo son automatismos. Cuando nos damos cuenta de la reacción que estamos teniendo es cuando eso se convierte en un sentimiento, y la sensación de lo que ocurre es la conciencia. No somos seres que se den cuenta inmediatamente de lo que pasa consigo mismos. Somos seres que reaccionan, y el darse cuenta de esas reacciones constituye la fase mental; o sea, la percepción. Estas emociones se relacionan en forma muy íntima con el cuerpo, surgen de él. Las emociones son la expresión mental de todos esos cambios que pasan en el cuerpo. Pero tenemos que notar esas emociones para ser conscientes de ellas. Es muy importante tener consciencia de las emociones para poder controlarlas o eliminarlas. No se pueden dominar las emociones simplemente con decirlo. Se necesita cultivar otra emoción, una más adecuada socialmente, que se oponga a una emoción negativa tal como la ira. La educación consiste en cultivar las emociones. Lo importante es tener consciencia de qué es lo que causa esas emociones, para estar en situación de poder controlarlas y reaccionar de una forma más inteligente. La emociones son el modo en que nuestra propia naturaleza nos indica lo que ella quiere que hagamos quiere que hagamos. Si no nos educamos, cultivando emociones buenas, nuestros automatismos nos manejarán. ” Por último Locke añade que las ideas simples de la reflexión son exclusivas del hombre y no existen en los animales. Así que quedarían en el límite donde se inicia la conciencia. Darse cuenta de esas reacciones, o automatismos, ya es un proceso consciente que el hombre no realiza ningún esfuerzo para realizar. La solución al problema de Hume sería que en el proceso de darse cuenta del automatismo y domeñarlo hay todo un gradiente. Así quedaría, dentro de las percepciones que no causan fatiga el darse cuenta de la emoción instintiva y automática y el control (debido a nuestra condición humana).
Luego, imperceptiblemente y a título de ocasional se van dando, en el mismo sujeto, el siguiente tipo de percepción, la Compleja, que, aunque en un hombre dedicado a ese tipo de menesteres no causa fatiga, enseñárselas a otros sí que la causa. O sea, podemos pasar del odio, rencor, envidia, repulsión, etc. , al amor y la tolerancia, y eso dentro de las ideas pasivas. Y luego podemos pasar al juicio, primero aceptando la opinión de otros que saben más que nosotros, y luego por estar totalmente convencidos de ellos. Ideas simples y complejas no son distintas, pero son resultado de un gradiente y no es fácil pasar de una a otras. Por ejemplo, durante la paz se le puede hacer a un tipo que maneje ideas simples que viva en forma civilizada (excepto en clanes familiares muy salvajes) y, durante la guerra se le puede manejar para que mate a quienes sus líderes quieren que mate. En cambio a alguien que ya alcance el grado de usar ideas complejas de forma habitual no se le manejará así.
Jefe del Departamento de Anestesiología. Instituto de la Visión, Torreón, Coahuila. México
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