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Revisión de las herramientas de evaluación del microbioma y la neuroprotección

Fecha Publicación: 12/06/2018
Autor/autores: Miguel Toribio-Mateas
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RESUMEN

En mi artículo Harnessing the Power of Microbiome Assessment Tools as Part of Neuroprotective Nutrition and Lifestyle Medicine Interventions publicado en la revista Microorganisms he revisado la literatura actual sobre los avances de la tecnología en la secuenciación del ADN que permiten identificar y cuantificar las bacterias que viven en nuestro intestino. Otros análisis de última generación nos permiten analizar las moléculas como los ácidos grasos de cadena corta, la zonulina, la beta-glucoronidasa o la calprotectina.

En mis 10 años de experiencia como trabajador de salud, he visto como los análisis de microbiota y moléculas relacionadas han pasado de ser algo sumamente exclusivo a los que pocos tenían acceso, a pasar a algo que se puede comprar en internet o a través de los profesionales sanitarios de consulta privada. Los resultados de estas analíticas son como lupas que nos permiten ver lo que está pasando no sólo en el intestino sino en otros sistemas completamente diferentes al gastrointestinal. Esto es lo que me interesa a mí como investigador, y específicamente en qué tipo de pistas nos puede ayudar no solo nuestra microbiota, sino nuestro microbioma (el genoma colectivo de este conjunto de microorganismos se denomina microbioma intestinal) y que nos puedan ayudar a entender mejor cómo trabajar con trastornos como la depresión, la ansiedad, el estrés, o las enfermedades neurodegenerativas, previniéndolas y tratándolas de manera más efectiva. 

Lo que sabemos con certeza hasta ahora es que tanto los microorganismos que habitan nuestro tracto gastrointestinal como sus productos metabólicos están involucrados en un complejo sistema de comunicación entre el sistema nervioso entérico, el sistema nervioso central, el sistema inmunológico, el sistema endocrino y el cerebro a través del eje intestino-cerebro, en el cual el nervio vago tiene un papel primordial.

 Uno de los principales temas que abordo en mi revisión es el de la diversidad microbial, y su correlación positiva con la neuroprotección. Mientras que la ciencia continúa avanzando y nos permite encontrar soluciones precisas para problemas específicos, los alimentos ricos en fibra y polifenoles, así como con fuentes naturales de probióticos, como el kefir, la kombucha, o el sauerkraut contribuyen a una mayor diversidad y proveen una puerta de acceso a este sistema de comunicación, reduciendo el “ruido” para que el mensaje se conduzca con claridad. Los resultados se traducen en una menor carga de radicales libres a nivel sistémico que permite una mejor plasticidad neural. La investigación en este campo está en pleno florecimiento, lo cual permitirá que, en menos de 10 años, podamos contribuir a la neuroprotección de una manera precisa y medible, empezando desde el sistema gastrointestinal.

Sobre el autor

Miguel Toribio-Mateas es un investigador en neurociencia clínica con 10 años de experiencia como nutricionista-dietista con especialización en el eje de comunicación intestino-cerebro. Miguel es residente en el Reino Unido desde 1994 y es presidente de la British Association for Nutrition and Lifestyle Medicine. Su artículo se publicó en mayo y se ha convertido en el artículo más leído de la revista Microorganisms (MDPI).

El texto completo está disponible en difusión gratuita en el siguiente enlace Harnessing the Power of Microbiome Assessment Tools as Part of Neuroprotective Nutrition and Lifestyle Medicine Interventions


Palabras clave: Microbioma, neuroprotección, microbiota, eje intestino-cerebro
Tipo de trabajo: Post/Entrada de Blog
Área temática: Psiquiatría general , Salud mental , Depresión, Trastornos depresivos , Tratamientos , Neuropsiquiatría y Neurología .

British Association for Nutrition and Lifestyle Medicine

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