Andrade Salazar JA. Psicologia.com. 2014; 18:1.
http://hdl.handle.net/10401/6589
Artículo original
GABA, depresión y suicidio: aspectos epigenéticos
asociados
GABA, depression and suicide: epigenetics aspects associated
José Alonso Andrade Salazar1*, Angélica Rodríguez Romero2, Juan Andrés Campos
Ramírez3
Resumen
Este es un artículo teórico de actualización disciplinar, que busca un acercamiento a la
influencia del neurotransmisor GABA en la depresión y el suicidio puesto que, en personas con
depresión dicho compuesto tiene un papel importante, afectando la actividad de áreas del
cerebro implicadas en la toma de decisiones y la resolución de conflictos. El estudio encontró
que aunque la depresión se relaciona con el aumento o disminución de la concentración de
Noradrenalina y serotonina, es el neurotransmisor GABA el que determina un proceso conjunto
de inhibición biopsicosocial, que aumenta el riesgo de suicidio en personas vulnerables biológica
y socialmente.
Palabras clave: Depresión, funciones ejecutivas, factores epigenéticos, GABA, suicidio.
Abstract
This is a theoretical article of update discipline; it seeks an approximation to the influence of the
GABA neurotransmitter in depression and suicide since, in people with depression this
compound has an important role, affecting the activity of areas of the brain involved in decisionmaking and conflicts resolution. The study found that although depression is related to the
increase or decrease in the concentration of noradrenaline and serotonin, is the GABA
neurotransmitter that determines a joint process of inhibition biopsychosocial, which increases
the risk of suicide in people with biological and social vulnerability.
Keywords: Depression, executive functions, epigenetic factors, GABA, suicide.
Recibido: 12/03/2013 Aceptado: 26/05/2013 Publicado: 07/08/2014
* Correspondencia: 911psicologia@gmail.com
1 Psicólogo clínico. Especialista en Gestión de proyectos de desarrollo. Docente investigador. Coordinador
de investigaciones del programa de psicología de la Universidad De San Buenaventura extensión Ibagué Convenio Universidad San Martín. Colombia 2012
2 Investigador de la Universidad De San Buenaventura extensión Ibagué - Convenio Universidad San
Martín. Colombia 2012. Email: Rodriguezangelica22@yahoo.
3 Investigador de la Universidad De San Buenaventura extensión Ibagué - Convenio Universidad San
Martín. Colombia 2012. Email: lomejordejuan24@hotmail.com
Psicologia.com ISSN: 1137-8492
© 2014 Andrade Salazar JA, Rodríguez Romero A, Campos Ramírez JA.
Andrade Salazar JA. 2014; 18:1. http://hdl.handle.net/10401/6589
Introducción
Una cantidad cada vez más importante de personas en el mundo sufren de depresión, la OMS
estima que en 10 años será la segunda causa de incapacidad laboral (40); la entidad indica que
en el mundo se suicidan dos personas por minuto, calculando que al menos un millón de
personas mueren por esta causa, lo que representa una mortalidad anual de 14,5 personas por
cada 100.000 habitantes. El síntoma principal de la depresión es la anhedonia o dificultad
acusada para sentir placer, condición que al adquirir un carácter crónico, y aumentar su
intensidad mórbida, puede llegar a amenazar la vida de la persona; los síntomas de la depresión
presentan una intensidad leve, moderada y grave, y pueden ser de tipo eventual, recurrente,
recidivante, comórbido o estructural, en cuyo caso existirían sujetos con rasgos o tendencias en
su personalidad de tipo depresivo (American Psychiatric Association).1 Las depresiones
presentan como factor causal, desequilibrios en las sustancias químicas del cerebro o
neurotransmisores,
especialmente
en
el
funcionamiento
del
ácido
gamma
aminobutírico(GABA), el cual es un neurotransmisor aminoácido inhibitorio de gran
abundancia en el cerebro que se asocia al suicidio, a razón de su elevada concentración en
personas con depresión severa (20), y en otros trastornoscomórbidos, revelando que la
comorbilidad de síntomas y trastornos a nivel psicopatológico, es un factor de elevado riesgo
para la manifestación del suicidio, bajo condiciones depresivas (31).
Para la psicología el suicidio es un fenómeno que debe ser analizado desde una perspectiva
multidisciplinar en la que se incluyan aspectos asociados a la neurotransmisión, trastornos
emocionales, escasas habilidades sociofamiliares para resolver problemas, además de
agresiones, violaciones sexuales, trastornos de identidad sexual, trastornos psiquiátricos,
adicción a las drogas, acceso a medicamentos, dificultades en el grupo familiar, y divorcio o
separación de los padres (6). Una de las áreas de interés de la psicología es la conformación de
las representaciones suicidas, las cuales incluyen el paso de la ideación al acto de quitarse la vida
así, "la ideación suicida es una condición necesaria para desplegar acciones suicidas" (37), y
aunque no determina que una persona se suicide a causa de una idea, es innegable que su
consolidación eleva la potencialidad de los factores de riesgo. Cabe mencionar que dichos
elementos se constituyen a partir de variables como edad, género o condición social;
investigaciones indican que las mujeres cuentan con tasas más elevadas de ideación y
parasuicidio, mientras los hombres tienen tasas de mortalidad resultantes de dichas conductas
con una relación de 4:12.(41,56) En el suicidio la interinfluencia de factores biológicos,
psicológicos y sociales es innegable, por ello las habilidades de autorregulación neurobioquímica
y psicosocial, dependen tanto de factores endógenos (estructura y funcionamiento biológico)
como exógenos (condición social, experiencia vital, personalidad), que a través de su
complementariedad tienen a fortalecer el acto suicida.
En los procesos internos de autocompensación que inducen la posible producción de
benzodiacepinas endógenas, la amígdala juega un papel substancial al presentar una
concentración importante de receptores GABA; así el sistema límbico (amígdala, fornix, corteza
cingulada y septum) que interfiere en la regulación del comportamiento motivado, guarda una
relación estructural con la conducta suicida, y aunque no reduce su actividad a la acción del
GABA, sí esclara la asociación entre su disrregulación y la capacidad general de un sujeto para
tomar decisiones puesto que, el GABA y los receptores benzodiazepinicos modifican la función
de modulación e integración de las neuronas piramidales, mismas que median la actividad del
sistema serotoninergico (44). Estas características dificultan la toma de decisiones ajustadas al
plano social-comunitario, deteriorando la capacidad de confrontar las contingencias de la vida, y
en gran medida la habilidad del sujeto para recuperar la iniciativa, respecto a sus objetivos
personales y sociales desde un escenario emocional. Grosso modo en el cerebro del suicida
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ocurren anomalías importantes en la neurotransmisión gabaergica y serotonérgica, asociadas al
funcionamiento de la corteza prefrontal, el hipocampo, el sistema hipotalámico y el tallo
cerebral. Autores como Hall afirman que "la depresión son un grupo heterogéneo de trastornos
afectivos que se caracterizan por un estado de ánimo deprimido, disminución del disfrute,
apatía y pérdida del interés en el trabajo, sentimiento de minusvalía, insomnio, anorexia e
ideación suicida" (21). De acuerdo a la autora a menudo los pacientes con depresión presentan
ansiedad y síntomas somáticos variados, por lo que cuando la depresión se vuelve crónica,
genera una calidad de vida deficiente ya que, produce una crónica incompatibilidad social del
paciente hacia su entorno, y dificultades de comunicación con otros (21).
En estos espacios el GABA influye en la capacidad de reacción de los implicados en problemas
sociofamiliares que afectan la calidad de vida de la familia, cabe mencionar que el suicidio no se
reduce a la no-recaptación del GABA y la disminución de ciertas sustancias, pues son
coadyuvantes la serotonina y la dopamina que en el caso de la depresión presentan una
disminución importante (17). Asimismo el suicidio puede asociarse a fallas en las funciones
ejecutivas, que son definidas como "operaciones mentales que están críticamente involucradas
en la propia adaptación a situaciones nuevas" (50), por tanto son primordiales en todos los
comportamientos volitivos como también, en el mantenimiento de la autonomía personal y el
desarrollo de la personalidad, misma que al presentar parámetros depresivos e inhibitorios
desde la infancia, puede constituirse en un factor predisponente de cuadros depresivos a futuro.
Para Pousada entre las funciones ejecutivas también está la inhibición del comportamiento
respecto a "información irrelevante, la autorregulación de la efectividad, la motivación y
planificación" (48), condición que influye de forma determinante en el comportamiento de la
persona que se suicida. De acuerdo a la Society of Neuroscience (53) las distintas áreas dentro
de la corteza pre frontal mantienen las funciones ejecutivas en un constante interjuego, visible
en tareas como la selección de actividades, el repaso y el monitoreo de la información como
también, acciones derivadas del área dorso lateral pre-frontal enfocadas al desarrollo de tareas
de abstracción, organización y representación de imágenes, condiciones necesarias para el
adecuado funcionamiento ejecutivo del sujeto (48).
Las funciones ejecutivas comportan procesos asociados a ideas simples, que se combinan a fin
de resolver problemas de elevada complejidad (61), presentando un dominio directo en el modo
particular en que cada persona toma decisiones, y cómo éstas determinan el sentido que le
otorga a su existencia personal y comunitaria. Cabe resaltar que para poder pasar de lo simple a
lo complejo, el área dorsolateral pre-frontal interactúa con áreas corticales superiores, por lo
que el suicidio en estados depresivos, requiere la conformación de una temporalidad mental
para efectuar la planificación del acto suicida, aspecto que se suma a la formación de
representaciones acerca de la autoeliminación en pacientes con depresión severa. Respecto al
GABA y su relación con el tálamo, éste cumple una función importante, por lo que se habla
acerca del tálamo como encargado del procesamiento de información, al tiempo que influye
sobre las funciones corticales, gracias a que el tálamo dentro de su "núcleo reticular talámico
contiene el neurotransmisor inhibitorio GABA", impidiendo que cierta información no se
proyecte a la corteza, lo que asocia el funcionamiento disrregulado del tálamo, a la actividad
precaria o inhibida de las funciones ejecutivas en personas con depresión que corren riesgo de
cometer el acto suicida (47).
Acción gabaergica
Es importante mencionar que el ácido y-aminobutírico(GABA) es el prototipo de los
aminoácidos que ejercen una poderosa función inhibidora; dicha función se cumple a través de
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subunidades receptoras GABAAR, GABABR y GABAGR en el sistema nervioso central (SNC),(7)
y donde aproximadamente el 30% de las sinapsis son gabaergicas (52). Para Solís, Delgado &
Hernández (58) el receptor GABAA, tiene sub unidades 3, 5 y 3 codificados por los genes
GABRB3, GABRA5 y GABRG3 respectivamente, que se encuentran en las regiones 15q11-q13 del
cromosoma 15, donde se localizan los genes que codifican dichas subunidades del receptor
GABAA. De acuerdo a Flórez y Pazos (15) el GABA se encuentra ampliamente extendido por
todo el sistema nervioso central de forma irregular desde la corteza cerebral hasta la médula
espinal, así es posible distinguir dos tipos de proyección GABAérgica: "a) de largo alcance,
característica de la corteza cerebelosa, globuspallidus, sustancia negra (parsreticulata) y núcleo
reticular del tálamo, y b) de corto alcance, en forma de interneuronas de axón corto que actúan
localmente sobre neuronas próximas". De acuerdo a los autores mencionados con antelación
ambos sistemas son de tipo inhibidor, y tienen la función de controlar la actividad de los
sistemas excitadores del SNC, de tal modo que el aumento o la reducción del tono GABAérgico
conlleva una disminución o aumento gradual de la actividad excitadora, por lo que la proyección
de largo alcance, se da en estructuras más estratificadas tales como, el cerebro anterior, el
tálamo, hipotálamo, núcleos de la base y los lóbulos cerebrales (15).
Respecto a la localización del GABA "hay numerosas neuronas gabaergicas en el estriado, el
globuspallidus y la sustancia negra, que conforman uno de las más importantes vías aferentes
del estriado" (15). Así mismo la degeneración del cuerpo estriado, se encuentra asociado a la
enfermedad de Huntington, y está a su vez genera la perdida selectiva de neuronas
gabaérgicaslo que puede asociarse a comportamientos suicidas como efecto de conductas
impulsivas (3). En éste sentido Merello (39) opina que el globuspallidus tiene una influencia
inhibitoria tónica mediada por el sistema GABA; de igual modo Fernández (14) indica que el
núcleo acumbens recibe aferencia glutamatérgica de la corteza motora y dopaminérgica de la
sustancia negra, por lo que el núcleo acumbens despliega conexiones gabaérgicashacia el
globuspallidus ventral. Otros sistemas relacionados son: 1) el cerebelo con sus células Purkinje,
encargadas de la inhibición de las neuronas de los núcleos centrales, profundos y vestibulares
del mismo (16); 2) las neuronas del hipocampo, cuya función es la consolidación de memoria y
aprendizaje; 3) otros sistemas de proyección a largo alcance, como por ejemplo el efecto
inhibidor del GABA desde la eminencia media (hipotálamo) hacia la hipófisis (15).
Por su parte la proyección de corto alcance utiliza neuronas gabaergicas de circuito local que
actúan sobre neuronas próximas, por tanto su función resulta muy precisa y concreta (15). Como
ejemplo de ello es que el GABA funciona como inhibidor y en el hipocampo influyen en
actividades de la memoria (8). Respecto al cerebelo estudios indican que una degeneración
cerebelosa no es la causa principal del suicidio, pues existe una disminución en la irregularidad
del plano temporal y un engrosamiento del cuerpo calloso en los pacientes con psicosis cicloide
que puede guardar relación con el suicidio en pacientes psicóticos (40). Per se el cerebelo juega
un papel primordial, contribuyendo a comportamientos depresivos que pueden conllevar a una
conducta suicida. Reportes clínicos de lesiones a nivel cerebeloso, reflejan cambios en la
respuesta emocional, como la combinación de pasividad y brusquedad, humor inapropiado e
impertinente. Autopsias de personas, con cuadros depresivos severos y cuya muerte fue por
suicidio, se evidencia una notable diferencia en el tamaño del cerebelo, en tanto que era más
pequeño al promedio, lo que sugiere que el cerebelo es importante para una adecuada función
cognitiva y emocional (16).
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Polarización e hiperpolarización
De acuerdo con King las neuronas que secretan GABA son llamadas gabaergicas (28), así la
formación del GABA ocurre por la descarboxilación delglutamato catalizado por el glutamato
descarboxilasa (GAD), de ahí que la existencia del GAD sea un importante marcador para
identificar las neuronas GABA. Asimismo el GABA es degradado por la acción del GABAtransaminasa (GABA-T) que origina semialdehído succínico y regenera el glutamato a partir del
ácido -cetoglutárico (15). El neurotransmisor GABA tiene una función eminentemente
inhibidora, que puede tener lugar en múltiples sitios de la neurona dependiendo del tipo de
sinapsis establecidas. Dicha inhibición puede ser postsináptica y presinaptica, la primera
consiste en la apertura del canal de cloro (Cl-), que genera una hiperpolarización de la célula;
(15) con base a esto Treviño & Gutiérrez (60) proponen la existencia de un umbral de disparo en
la membrana postsináptica, en donde si suficientes corrientes excitadoras coinciden en la célula
postsináptica, rebasan el umbral de disparo generando un nuevo potencial de acción, que hace
que le impulso nervioso continué; sin embargo, corrientes sinápticas como las salientes de
potasio (K+) generadas por receptores GABAB, o la entrada de cloro (Cl-) compuestas por
receptores GABAA, pueden modificar el valor del potencial de membrana alejándolo de su
umbral de disparo.
Por otra parte la inhibición presináptica se aprecia en las neuronas sensoriales primarias, donde
la activación del receptor GABAA conlleva a una despolarización, gracias a que en este caso el
ion cloro (Cl-) tiende a salir, haciendo que se disminuya la liberación del neurotransmisor,
porque en estas condiciones de despolarización, la entrada de
es menor (15). Es
importante resaltar que los receptores GABAA "están asociados con receptores a
benzodiacepinas y canales de membrana para el ion cloro".(52) Lo que hace posible que estos
tipos de inhibición existan. Dichas condiciones confluyen en el acto suicida, ya que el suicidio es
una acción agresiva e impulsiva, cuyas bases neuroquímicas implican cuatro sistemas de
transmisión:1) Serotonérgico; 2) Dopaminergico; 3) Noradrenergico; 4) GABAérgico (19). En
éste sentido el suicidio se relaciona directamente con la vida emocional del sujeto y la regulación
de su impulsividad, condición que hace necesario un estudio más profundo de la funcionalidad
de la amígdala, ya que en ella existen núcleos importantes como el complejo basolateral (BLA) y
el núcleo centromedial (CE) que influyen en la actividad volitiva de los sujetos. Dicho esto para
Castro et al. existen conexiones inhibitorias entre la amígdala, la corteza y el tálamo medial
dorsal, por lo que la depresión se regula por receptores GABAB, que se presentan en
conglomerados de interneuronas inhibidoras en el núcleo lateral, que hacen parte del complejo
basolateral, y se conectan con el núcleo centromedial, respondiendo a la estimulación cortical o
talamica (7).
Gaba y funciones ejecutivas
Aunque existen diferentes definiciones acerca del término "funciones ejecutivas" (FE), Lezak fue
el primero quien se refiere a ellas, como un grupo de capacidades que tienen como finalidad la
formulación de metas, planificación de objetivos y habilidades para la ejecución de la conducta
(33,34). Otra definición describe las funciones ejecutivas como procesos que se encargan de
asociar ideas, movimientos y acciones simples, orientándolas a la resolución de conductas
complejas (54). Asimismo Sholberg & Mateer, sugieren que las FE encierran una serie de
procesos cognitivos, entre los que se encuentran la anticipación, elección de objetivos,
planificación, selección de una conducta, autorregulación, autocontrol y uso de
retroalimentación (feedback) en el proceso de aprendizaje (57). Dicho esto, es posible afirmar
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que las funciones ejecutivas toman el control de la vida favoreciendo la aprehensión del mundo
y su respectiva categorización, razón por la que toman el mando de las acciones a realizar. Es
necesario mencionar que las funciones ejecutivas se llevan a cabo en los lóbulos frontales,
mismos que brindan la capacidad de llevar a cabo procesos cognitivos, que van desde los más
sencillos hasta los más complejos, ergo las FE permiten la creación de habilidades para dirigir,
controlar, planear y llevar a cabo conductas activas, por lo que su alteración puede generar
inhibiciones importantes en la relación con otros, dificultades de aprendizaje, problemas de
autocontrol y agresividad, entre otros.
En relación a las FE, el lóbulo frontal abarca una amplia porción del córtex delimitado por el
polo anterior del cerebro, la cisura central de Rolando y una prolongación artificiosa que desde
el final de esta cisura, llega hasta la cisura de Silvio (13). Dicho así, la alteración de las funciones
ejecutivas o síndrome disejecutivo (SD) tiene influencia directa sobre la esfera cognitivaconductual de las personas, llegando a perturbar las habilidades para la vida y la funcionalidad
psicosocial (2); de suyo las demandas de respuesta e interacción con otros, propias de la relación
con el medio social y familiar, pueden resultar complejas, ya que las consecuencias cognitivas y
conductuales provenientes del SD, son tan nocivas que afectan el modo como las personas
interpretan y experimentan lo que les sucede. El SD causa frustración en quienes lo padecen,
además de perturbaciones en el flujo de pensamiento, la relación entre experiencias y afectos, la
regulación de la intensidad afectiva y los sentimientos de culpa, por lo que son limitadamente
funcionales de acuerdo a los parámetros que el entorno social y las condiciones biológicas
delimitan. Un aspecto importante es el hecho de que la depresión se asocia con una disminución
de la actividad de funciones cognitivas como la atención y memoria, en correlación a la
disrregulación de las funciones ejecutivas (18). Lo cual debe analizarse al momento de entender
la ideación suicida, el parasuicidio y el acto suicida, tomando en cuenta que una aproximación al
suicidio, implica entender el ser humano de manera integral de acuerdo a la interacción de sus
múltiples dimensiones (45).
La depresión afecta las funciones sociales y neurocognitivas en el ser humano, diariamente las
personas con trastornos depresivos, ven limitadas su capacidad de concentración, atención y
memoria, como también sus habilidades para resolver conflictos asertivamente, la creatividad y
el sentido u "orientación" vital, lo que genera en ellos problemas pata tomar decisiones, baja
autoestima, exacerbación negativa de las vivencias, problemas de apego y una relación afectiva
distorsionada consigo mismos y con otros. Cabe mencionar que el ser humano regula
constantemente sus emociones, y el hecho de que éste proceso no se lleve a cabo
adecuadamente, puede dar origen a trastornos nocivos para su salud mental y física; ejemplo de
ello es el trastorno depresivo mayor (TDM) el cual está directamente asociado al riesgo de
suicidio en un amplio rango de edades. De acuerdo al Manual Diagnostico y Estadístico de los
Trastornos Mentales de la American Psychiatric Association (APA, 1994), las personas que
sufren trastorno depresivo mayor que mueren por suicidio, llegan a un 15% (1); sin embargo el
suicidio no se reduce al TDM, pues abarca una amplia gama de trastornos como el trastorno
bipolar, alcoholismo, abuso de sustancias psicoactivas, anorexia nerviosa, trastornos de
ansiedad y de la personalidad especialmente (23).
Ergo el síndrome disejecutivo se relaciona con el TDM, en tanto de dicha correspondencia
surgen sentimientos profundos de tristeza, desesperación y culpa, deseos de no seguir viviendo,
problemas de autocuidado, autoevaluación negativa, y un enlentecimiento mental
(bradipsíquia) de tipo recurrente, acompañado de perdida de concentración, problemas de
memoria, pesimismo y autodesprecio (4,12 ); también pueden suscitarse algunas alteraciones
somáticas y vegetativas, tales como la anorexia, agitación, problemas de sueño, insomnio e
hipersomnio (51), que se asocian a la disrregulación nueurobioquímica en el cerebro, y aunque
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los neurotransmisores implicados son variados, es innegable la importante participación del
GABA y la serotonina en el proceso. Estudios realizados advierten que el GABA y los receptores
benzodiazepínicos están modificados en el cerebro postmortem de víctimas de suicidio (44), por
lo que es muy posible que niveles altos de 5-HT2A en los receptores de las células piramidales,
causen un desequilibrio entre la 5-HT2A y el sistema GABA-érgico, desempeñando ambos un
importante papel en el comportamiento suicida (29), ya que tal como afirma Suárez (59), un
déficit en la transmisión de Serotonina, Noradrenalina, el GABA, y la Dopamina producen un
"síndrome o conjunto de conductas características de la depresión", que desembocan en
ideación suicida, parasuicidio y en casos extremos en suicidios consumados (21).
Es importante mencionar que muchas de las modificaciones de la actividad neuroquímica del
cerebro del suicida, están relacionados con tres elementos principales: a) una repartición
anormal de GABA en la corteza y otras partes del cerebro; b) la afectación de la actividad
normofuncional de la corteza frontopolar, y su innegable importancia en la toma de decisiones,
y, c) por factores epigenéticos, entre los que se cuenta la metilación o alteración química del
ADN (selección genética celular), que surge como efecto de la manifestación de un factor
biológico o agente orgánico que "silencia el gen", e inhibe el recibimiento de indicadores
(señales) químicos cerebrales, significativos para los procesos de regulación de la conducta. En
la apoptosis se produce una selección de genes que afectan la emergencia o la inhibición de la
producción de GABA, condición que se asocia al síndrome disejecutivo (SD), cuando dicho
proceso surge análogo a la depresión endógena, y a factores psicosociales que alteran las
funciones ejecutivas. El GABA es el neurotransmisor inhibidor por excelencia, estudios
postmortem revelan que los tejidos cerebrales de sujetos adolescentes que han cometido
suicidio, se encuentran aproximadamente 10 veces más metilados "hipermetilados" que los de
una persona normal (49), por lo que la metilación es un proceso inevitable de muerte celular,
análogo a la muerte individual de quien se auto elimina.
Gaba, consumo de alcohol y suicidio
El consumo de alcohol continuo sumado a condiciones depresivas y frustraciones recidivantes
producto en gran medida de la disrregulación de la función inhibitoria del GABA, representa
una potente combinación que puede desencadenar en personas con características melancólicas,
problemas para encontrar un sentido y orientación a su existencia. De acuerdo con la OMS el
consumo de alcohol aumenta los alcances inhibidores del GABA y reduce los efectos excitadores
del glutamato (42), por lo que las derivaciones reforzantes del GABA -factiblemente hablandoestán relacionados con el aumento de la actividad de la vía dopaminérgica mesolímbica, que
involucra la vía final común del refuerzo y la recompensa en el cerebro, crítica en el proceso de
dependencia y adicción (32,38,55), por ello entre las consecuencias del consumo de alcohol que
elevan el riesgo de suicidio, prevalece la aparición de tolerancia a la sustancia a razón del
aumento del metabolismo hepático, al tiempo que las modificaciones en los receptores
cerebrales del GABA, lo que puede colocar a la persona a puertas de una "alucinosis orgánica" o
de episodios psicóticos, en los que eventualmente aparece el suicidio como una vía de escape
ante la intensidad de la vivencia alucinatoria. De este modo el síndrome de abstinencia del
consumo crónico puede incluir temblores, sudoración, debilidad, agitación, cefaleas, náuseas,
vómitos, convulsiones y delirium tremens, que logran inscribirse a estados de pánico y ansiedad
generalizada, cuya elevada intensidad y aparición "florida" puede desencadenar actos suicidas,
cuando su emergencia instaura padecimientos insoportables en las personas (42).
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Del mismo modo el consumo de alcohol continuo, especialmente en condiciones depresivas,
genera alteraciones funcionales y estructurales a nivel cerebral; dichas modificaciones suceden
especialmente en la corteza prefrontal, e incluyen déficit en la toma de decisiones, problemas
conductuales relacionados con la agresividad y el control de los impulsos, como también el
deterioro cognitivo(leve, moderado o grave)por consumo de alcohol, mismo que puede asociarse
a la depresión y el suicidio en el adulto mayor (5,46), puesto que "en la etiología multifactorial
de la conducta suicida del anciano suelen desempeñar roles coprotagónicos, la soledad, el
aislamiento, la enfermedad somática y la depresión" (62), lo ponen a puertas de ideas autolíticas
y de la consecutiva autoeliminación cuando sienten que no sienten nada que perder; igualmente
el suicidio en adultos mayores se ve relacionado con la disminución del volumen cerebral (10).
Grosso modo el consumo de alcohol resulta elevadamente dañino, para las personas con ideas
suicidas previas o en formación puesto que incrementa los riesgos de suicidio, a razón del
cambio en el tamaño del cuerpo calloso (CC)1 los déficits cognitivos y los problemas
emocionales adjuntos a varios trastornos neuropsiquiátricos, como también a los trastornos del
estado de ánimo (35).
Discusión
Desde la perspectiva disciplinar de la psicología, el suicidio es un evento devastador para las
familias y la sociedad, que se traduce en una perdida importante de años útiles de vida
comunitaria, debilidad temporal del tejido social que cohesiona a la familia, y en general una
afectación importante de las vinculaciones sociofamiliares, que sostienen la calidad y
expectativa de vida de las personas, lo que constituye un problema de salud publica de
magnitudes y consecuencias considerables. En este sentido la psicología, la psiquiatría clínica y
la neuropsicología no limitan su praxis a la evaluación y diagnóstico psicopatológico, puesto que
propenden por el análisis, tratamiento y resignificación de las condiciones que propician el
cometimiento del suicidio, para lo cual se requiere la articulación interdisciplinaria de diversos
saberes y experiencias profesionales. La propensión al suicidio presenta implicaciones éticas y
profesionales para el clínico, por lo que su detección, tratamiento y control conlleva el análisis
del funcionamiento cognitivo del paciente en riesgo, bajo condiciones depresivas o con un
elevado estrés y angustia (30), dicho esto "las amenazas de suicidio, la planificación y/o
preparación del suicidio, la ideación suicida y la reciente conducta parasuicida, todos ellos
constituyen indicadores directos de riesgo y deberían evaluarse adecuadamente
y
específicamente en la entrevista clínica" (9).
De acuerdo a lo expuesto, la alteración de la salud mental en sujetos que corren riesgo de
suicidio, implica la integración de elementos biopsicosociales que emergen de forma
concomitante, en un momento determinado de la historia de una persona o colectivo; estas
condiciones determinan los modos como la persona responde ante la presión ambiental,
generando una suerte de transformaciones conductuales que pueden ser contradictorias con sus
propios deseos y con el estilo de vida premorbido; por ello entre las consecuencias directas de
los cambios descritos, se encuentran las depresiones, las cuales son un conjunto múltiple de
trastornos afectivos (21), que afectan el modo como las personas responden cognoscitiva y
afectivamente ante su medio, afectándose las funciones ejecutivas, el cubrimiento de las
necesidades sociales, y la capacidad par disfrutar de la propia existencia, lo cual instaura
1
Cabe mencionar que el tamaño del cuerpo calloso y el deterioro cognitivo, como factor de riesgo
potencial de suicidio, se asocian a resultados de "análisis multivariados, con un ajuste en cuanto a edad,
sexo, trauma infantil, traumatismo craneal y volumen encefálico total, mostraron que el área del tercio
posterior del CC era significativamente menor en los individuos con intentos de suicidio". (10)
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factores de riesgo en contra la vida (9,44); sin embargo no todas la depresiones son causa de
suicidio, y aun en estados críticos, las personas requieren mas que experiencias negativas para
suicidarse. Lo anterior indica que aunque lo social es determinante en la configuración de las
motivaciones suicidas, paralelamente la condición psicopatológica y la herencia, determinan la
forma particular en que los cambios a nivel de neurotransmisión (mucha o poca concentración
de Noradrenalina y serotonina) desencadenan la depresión, misma que puede tener un sustrato
neurológico, psicológico o social (22).
Tal como se expresó, en el cerebro de la persona deprimida actúan diversas sustancias químicas,
sin embargo es el neurotransmisor GABA el que establece un proceso conjunto de inhibición
biopsicosocial, que aumenta el riesgo de suicidio en personas vulnerables biológica y
socialmente. De suyo, aunque existen neurotransmisores asociados a la depresión, el GABA por
ser un neurotransmisor de tipo inhibidor, tiene la posibilidad de correlacionar su actividad con
el impacto que los diversos eventos sociales causan, así las inhibiciones sociales, constricciones
ambientales y patrones de conducta evasiva de la persona con depresión, conforman un
principio de mutualidad neurobioquímica y psicosocial, donde lo que sucede a nivel social es
análogo a los cambios epigenéticos propios del sistema nervioso central (SNC).Por esta razón,
de acuerdo con Moizeszowicz & Moizeszowicz, es en función del cuadro clínico abordado, que la
variación de la actividad neurotransmisora puede revelar factores innatos, además de vivencias
tempranas y posteriores que la persona experimenta (11), lo cual es posible de acuerdo al
contexto social en el que interactúe cada sujeto, así la incidencia genético-biológica desde una
perspectiva integrativista-transdisciplinar, orienta el análisis hacia la interinfluencia
multifactorial, lo que evita el sesgo al momento de pensar el suicidio desde un punto de análisis
que invite a integrar la multiplicidad de posibilidades etiológicas, antes que a un monismo
teórico y conceptual.
El suicidio involucra la toma de una decisión que se muestra como única, ante eventos que son
poco confrontables por medios o estrategias tradicionales; ésta condición implica que muchas
personas se suiciden bajo efectos de sustancias psicoactivas especialmente del alcohol (38), el
cual aumenta la actividad adictiva consecuente al refuerzo y recompensa en el cerebro, acción
que logra ser perjudicial a través del concurso de vivencias sociales, cuya carga psicoafectiva
presenta un contenido emocional ambivalente, unilateral o traumático de elevada intensidad,
que desborda la capacidad del sujeto para hacer frente a lo que considera adverso (32,55). El
suicidio se presenta en personas bajo diversos estados de conciencia en las que prima el estado
depresivo como uno de los mas influyentes (20). esta situación involucra la conjunción de
síntomas (positivos, negativos o recidivantes) que rápidamente se adhieren a conductas
estereotipadas de escaso control emocional, problemas de comunicación asertiva a nivel social,
anhedonia y abulia (1), como también por la confluencia de factores biológicos que conforman
un espectro multidimensional de análisis (45). El GABA se relaciona con la muerte celular
(apoptosis o suicidio celular), presentando una clara asociación con el proceso de metilación del
GABA en el cerebro de los suicidas (49), lo cual resulta ser una acción requerida para la
supervivencia, al tiempo que una posición autodestructiva, cuya posibilidad de ocurrencia en la
persona suicida es elevada, por ello la autodestrucción social es también un proceso genético,
que no se reduce a la serotonina e indica que el cuerpo tiene la posibilidad de registrar
genéticamente la vida y la muerte a nivel celular, personal y social (25).
Conclusiones
La depresión es uno de los trastornos del estado de ánimo más frecuente, según la OMS se
estima que en 10 años será una de las principales causas de incapacidad laboral (43); por ello
Andrade Salazar JA. 2014; 18:1. http://hdl.handle.net/10401/6589
uno de los aspectos a analizara nivel transdisciplinar, es la relación existente entre depresión,
GABA y otros neurotransmisores, pues aunque el suicidio requiere una toma de decisión en el
aspecto social, dicha elección tiene un sustrato biológico que es determinante al momento de
cometer el acto suicida, pero que puede ser controlado a través de medicamentos que
compensen la disrregulación neurocortical al tiempo que, con la ayuda de una red de apoyo
social y un tratamiento psicológico permanente. De suyo, se ha encontrado que un gran número
de depresiones, se originan por el desequilibrio de las diferentes sustancias químicas,
especialmente del GABA que cumple una función inhibitoria en el cerebro, al tiempo que genera
una correlación somática-inhibitoria en cadena (bradipsíquia, taquipsíquia, lentitud
psicomotora, amodorramiento, inapetencia, etc.,). Ergo dicha reacción suele ser tan nociva que
algunas personas socialmente afectadas por duelos, problemas sociofamiliares o rasgos
depresivos a nivel psicológico, disminuyen su capacidad de disfrutar la vida, lo que aumenta el
riesgo de suicidio, condición frecuente en personas con depresión mayor. Asimismo el suicidio y
la depresión, se relacionan a fallas en las funciones ejecutivas, especialmente en el modo como
cada sujeto toma decisiones, y cómo éstas determinan el sentido que le da a la existencia
individual y social.
En el acto suicida las principales estructuras neurológicas involucradas son el prefrontal,
tálamo, amígdala, fornix, corteza cingulada y el septum; cabe mencionar que el tálamo juega un
papel muy importante en el suicidio, ya que se encarga del procesamiento de información, que a
su vez influye sobre las funciones corticales; ejemplo de su importancia es que dentro de su
núcleo reticular talámico, se encuentran concentraciones de GABA, que inhiben la proyección de
determinada información a la corteza, lo que trae como consecuencia, un desequilibrio de parte
de la actividad del tálamo, en relación a la actividad precaria o inhibida de las funciones
ejecutivas, en personas que sufren depresión y que a su vez pueden suicidarse. El GABA tiene
influencia sobre otros neuromoduladores tales como, Dopamina y Serotonina así, la primera
aumenta en función del incremento de los efectos del GABA; éste proceso es visible en el
consumo de alcohol, pues la persona se torna más impulsiva, y puede reaccionar quitándose la
vida ante una amenaza (real o imaginaria), por otra parte el aumento de serotonina, afecta la
función moduladora-inhibitoria del GABA, lo que disminuye la regulación afectiva del sujeto,
aspecto que sumado a las habilidades psicológicas para resolver conflictos, es causa de notables
dificultades para afrontar eventualidades del diario vivir.
El GABA es un neurotransmisor importante ya que, posee aproximadamente el 30% de las
sinapsis del sistema nerviosos central, presentando una función de tipo inhibitoria en áreas
próximas como distales, lo que facilita la acción de habilidades mentales de tipo superior, como
lo son las funciones ejecutivas en el lóbulo frontal. Dicho esto, el suicidio puede asociarse a una
disfunción de las funciones ejecutivas (síndrome disejecutivo)en las que el GABA juega un papel
regulador importante, puesto que una de sus tareas es la inhibición ajustada del
comportamiento, mas no de toda la intermediación de la conducta prosocial intencionada, por
lo que las fallas en la regulación normofuncional del GABA, puede producir conflictos en la
actividad volitiva, especialmente al momento de inhibir la conducta suicida y activar
comportamientos autodestructivos. El suicidio también puede ser asociado a la depresión,
porque en ella se alteran las funciones ejecutivas, a razón de que la persona no logra una
regulación emocional neuroquímica y psicosocial efectiva, lo que conlleva sentimientos de
tristeza, deseos de no seguir viviendo y sentimientos de culpa, entre otros.
Grosso modo el suicidio, la disrregulación de la actividad del GABA y la depresión, conforman
una asociación tripartita con efectos directamente proporcionales a cambios funcionales y
estructurales de factores biológicos, psicológicos y sociales, que interactúan interinfluyéndose
dinámicamente, lo que otorga al acto suicida una especificidad, al tiempo que una condición
Andrade Salazar JA. 2014; 18:1. http://hdl.handle.net/10401/6589
contingente, en la medida que el curso de la actividad autodestructiva, no está disociado de una
multiplicidad de factores que pueden ser reversibles, pero que una vez se activan configuran una
actividad e registro experiencial que va desde lo microbiológico hasta lo psicológico y social.
Dicho así, entender el suicidio implica un análisis miltietiológico, donde la diversidad de
factores socioculturales, psicosociales y neurobioquímicos-hormonales dan cuenta de la
complejidad inherente de lo vivo, abriendo otras posibilidades de entendimiento de la muerte,
condición que posibilita un acercamiento gradual y cada vez más acertado al fenómeno.
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Cite este artículo de la siguiente forma (estilo de Vancouver):
Andrade Salazar JA, Rodriguez Romero A, Campos Ramírez JA. Gaba, depresión y suicidio:
aspectos epigenéticos asociados. Psicologia.com [Internet]. 2014 [citado 07 Ago 2014];18:1.
Disponible en: http://hdl.handle.net/10401/6589
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