Las investigaciones sugieren un vínculo entre el estrés y la depresión, especialmente en grupos de alto riesgo. El período perinatal es conocido como una época de mayor riesgo de sufrir depresión y el embarazo se ha asociado con alteraciones en los niveles de cortisol ; sin embargo, una investigación limitada ha evaluado la reactividad del cortisol ...
Las investigaciones sugieren un vínculo entre el estrés y la depresión, especialmente en grupos de alto riesgo. El período perinatal es conocido como una época de mayor riesgo de sufrir depresión y el embarazo se ha asociado con alteraciones en los niveles de cortisol ; sin embargo, una investigación limitada ha evaluado la reactividad del cortisol durante el embarazo.
Finalmente, ningún estudio ha examinado todavía si la reactividad del cortisol predice síntomas depresivos posteriores durante un factor estresante a nivel poblacional, como la pandemia de COVID-19.
Métodos
El estudio actual examinó si la reactividad del cortisol en mujeres perinatales y nulíparas un año antes del inicio de la COVID-19 predijo aumentos en los síntomas depresivos durante la etapa inicial de la pandemia.
Las participantes fueron 68 mujeres (33 embarazadas, M edad = 30, 6; 35 nulíparas , M edad = 28, 4) que, aproximadamente un año antes de la COVID-19, respondieron a un cuestionario de síntomas depresivos y completaron una prueba de estrés psicosocial, durante la cual se les proporcionó cortisol salival.
Poco después del inicio de los cierres relacionados con la pandemia (abril de 2020; posparto para participantes previamente embarazadas), los participantes completaron cuestionarios de seguimiento para evaluar los síntomas depresivos actuales.
Resultados
Los análisis mostraron que la reactividad del cortisol al inicio del estudio predijo aumentos en los síntomas depresivos durante el seguimiento. Las mujeres perinatales y nulíparas no difirieron en esta asociación.
Limitaciones
El presente estudio estuvo limitado por un tamaño de muestra moderado y heterogeneidad en términos de semana gestacional, lo que restringió las inferencias sobre etapas específicas del embarazo.
Conclusiones
Nuestros hallazgos sugieren que la reactividad del cortisol a un factor estresante de laboratorio es un biomarcador de riesgo de aumento de los síntomas depresivos durante el estrés en las mujeres.
Biomarcadores como estos aumentan nuestra comprensión del riesgo de depresión y pueden ayudar a identificar a las personas que necesitan intervenciones.
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