La depresión posmiocárdica es una afección altamente prevalente que empeora el curso y el pronóstico de la enfermedad coronaria. Uno de los posibles factores patogénicos es la desregulación del sistema nervioso autónomo, lo que resulta en una reducción de la variabilidad de la frecuencia cardíaca.
Se incluyeron 22 pacientes hospitalizados por un primer infarto de miocardio. El inventario de depresión de Beck (BDI) se utilizó para evaluar la gravedad de sus síntomas depresivos.
La sintomatología depresiva, definida como BDI ≥ 10, estuvo presente en el 36, 3% de los pacientes. Se observó un aumento en la variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC) en ambos grupos durante los primeros 6 meses después del infarto de miocardio. El VFC fue significativamente menor en el grupo
La presencia de depresión después del infarto de miocardio (IM) se asocia con una disminución significativa de la medida de HRV en el dominio del tiempo SDNN (desviación estándar de todos los intervalos RR normales) y con su aumento más lento durante al menos un período de tres meses.
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