El deterioro cognitivo leve supone un riesgo aunque no para todos los pacientes
La Enfermedad de Parkinson (EP) es mucho más que un trastorno del movimiento. Además de los síntomas motores existen otros igualmente incapacitantes. Es el caso del deterioro cognitivo, uno de los más prevalentes en esta patología, tal como ha explicado la doctora María Cruz Rodríguez-Oroz, neuróloga e investigadora Ikerbasque del Hospital Universitario Donostia y del Instituto bioDonostia, en un encuentro celebrado en Madrid con la colaboración de Lundbeck.
Este se debe a la propia progresión de la enfermedad. Su prevalencia es elevada, ya sea en su forma más leve -que afecta al 30 por ciento de los pacientes- o grave. De hecho, según estudios longitudinales, "el 80 por ciento de los pacientes con Parkinson puede desarrollar demencia a partir de los 10 ó 12 años de evolución de la enfermedad, siendo este riesgo unas seis veces mayor que el de la población normal. Su manifestación puede variar en función del inicio. Por ejemplo, si la EP se manifiesta en torno a los 60-65 años, el deterioro se puede detectar pasados los 70, al igual que en los pacientes con un inicio temprano", ha explicado la especialista. Por otro lado, los pacientes en los que la enfermedad aparece de forma más tardía (mayores de 60 años e incluso de 70) y de forma generalizada con cuadros de torpeza para la marcha e inestabilidad general suelen evolucionar más rápido hacia el deterioro cognitivo leve y la demencia.