Eficacia y seguridad del condicionamiento isquémico remoto para la depresión que no responde suficientemente a los antidepresivos
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Autor/autores: Wang J, Shuai Y , Ren M...(et.al)
Artículo revisado por nuestra redacción
Antecedentes Las terapias físicas se recomiendan como opciones complementarias en pacientes con trastorno depresivo mayor (TDM) que no responden adecuadamente al tratamiento farmacológico o psicoterapéutico convencional. Sin embargo, la mayoría de estas intervenciones —como la estimulación magnética transcraneal o la terapia electroconvulsiva—...
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Antecedentes
Las terapias físicas se recomiendan como opciones complementarias en pacientes con trastorno depresivo mayor (TDM) que no responden adecuadamente al tratamiento farmacológico o psicoterapéutico convencional. Sin embargo, la mayoría de estas intervenciones —como la estimulación magnética transcraneal o la terapia electroconvulsiva— requieren equipamiento especializado y deben realizarse en entornos hospitalarios, lo que limita su accesibilidad y adherencia.
En este contexto, identificar intervenciones físicas seguras, efectivas y factibles de realizar en el hogar constituye un objetivo clínico de gran relevancia. El preacondicionamiento isquémico remoto (RIPC, por sus siglas en inglés), una técnica no invasiva que consiste en aplicar breves períodos de isquemia y reperfusión en las extremidades, ha mostrado potencial neuroprotector y efectos moduladores sobre el sistema nervioso autónomo y la inflamación.
Estos mecanismos podrían teóricamente influir positivamente en los síntomas depresivos y ansiosos. El presente estudio tuvo como objetivo evaluar la eficacia y seguridad del RIPC como terapia adyuvante en pacientes con TDM resistente a escitalopram.
Métodos
Un total de 60 pacientes con TDM y respuesta insuficiente a escitalopram fueron aleatorizados en dos grupos: RIPC activo o RIPC simulado (sham). Las evaluaciones clínicas se realizaron cada dos semanas hasta la semana 8, utilizando la Quick Inventory of Depressive Symptomatology de 16 ítems (QIDS-16-SR) y la Escala de trastorno de ansiedad Generalizada de 7 ítems (GAD-7). Además, se registraron efectos adversos (equimosis cutánea, episodios maníacos, eventos graves) y parámetros fisiológicos (frecuencia cardíaca, presión arterial sistólica y diastólica).
Resultados
No se observaron diferencias significativas en los puntajes de QIDS-16-SR ni de GAD-7 entre ambos grupos en ningún punto temporal (p > 0. 05). De igual modo, no se detectaron alteraciones significativas en frecuencia cardíaca o presión arterial, lo que sugiere un perfil cardiovascular seguro. Ningún participante desarrolló episodios maníacos o hipomaníacos, y no se reportaron eventos adversos graves relacionados con la intervención.
Conclusiones
En esta muestra de pacientes con depresión resistente al tratamiento, el RIPC no demostró eficacia clínica como terapia complementaria al escitalopram. Sin embargo, la intervención fue bien tolerada, no produjo efectos adversos relevantes, ni alteraciones fisiológicas significativas.
A pesar de los resultados negativos, este estudio aporta evidencia inicial sobre la seguridad y viabilidad del RIPC en el contexto psiquiátrico, y subraya la necesidad de investigaciones futuras con muestras mayores, mayor duración y parámetros fisiológicos más precisos.
Comprender los posibles mecanismos neurobiológicos —incluyendo la modulación autonómica, inflamatoria y metabólica— podría abrir nuevas vías hacia intervenciones accesibles y domiciliarias en salud mental, especialmente para poblaciones con limitaciones de acceso a terapias presenciales o farmacológicas.
Resumen modificado por Cibermedicina
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