Realizar ejercicio aeróbico ayuda a estimular la neurogénesis, lo que pone de relieve que la actividad física podría estimular la formación de neuronas en el hipocampo, favoreciendo la memoria y el aprendizaje, ha destacado el doctor David Ezpeleta, portavoz del grupo de Estudio de Humanidades de la Sociedad Española de neurología (SEN), quien ha hecho hincapié en la "importancia" de practicar deporte después del periodo estival.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha destacado que la inactividad produce el 6 por ciento de las muertes mundiales y además supone un factor de riesgo. Actualmente en España más de un 40 por ciento de la población es sedentaria, cifra que se incrementa con el periodo vacacional. Por ello, los expertos han recomendado realizar 150 minutos semanales de actividad física moderada a personas mayores de 18 años y 60 minutos a los menores de 17.
El sedentarismo es uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de patologías neurodegenerativas y para las enfermedades cerebrovasculares. Asimismo, afecta a la calidad del sueño y al rendimiento. Por su parte, el deporte favorece la vascularización cerebral, la motivación y ayuda a vencer la pereza, ha explicado el experto.
No obstante, el deporte también se ha convertido en un aliado de muchos programas de rehabilitación. En el caso de los pacientes con esclerosis múltiple, la actividad física mejora la velocidad de la marcha, la fatigabilidad, espasticidad y la calidad de vida, ya que disminuye el riesgo de depresión y fatiga. Para ellos la doctora Nuria González-García, portavoz de la Sociedad Española de neurología (SEN), ha recomendado ejercicios aeróbicos, de resistencia y de mantenimiento de posturas.
Para quienes padecen epilepsia ha recomendado realizar deportes de raqueta o colectivos, como el fútbol, ya que "en caso de sufrir un período de crisis durante la práctica deportiva, el pacientes no va a estar solo". Además, la experta ha puesto de relieve la función analgésica del ejercicio.
Respecto a la función cognitiva, en el Alzheimer se ha planteado que podría ralentizar la neurodegeneración. En el caso de los pacientes con deterioro cognitivo leve, la doctora ha apuntado que se debe realizar ejercicio físico al menos dos veces por semana. Por otra parte, en el Parkinson supone un beneficio para la mejora de sus síntomas y mejora tanto la supervivencia como la progresión de la enfermedad. En este sentido, ha señalado el baile, yoga, taichi o ejercicio aeróbico, porque "la música rítmica favorece la activación de las áreas neuronales de control motor y mejoran la marcha y el equilibrio".
Por último, el ejercicio ayuda a la rehabilitación de las extremidades en pacientes que han sufrido un ictus así como al flujo sanguíneo. Por ello, como consecuencia del agrave de sedentarismo propio del verano, el doctor Ezpeleta ha concluido que septiembre es el "mejor" mes para adquirir hábitos saludables.