La medicina psiquiátrica ha perdido a los 79 años quien ha sido uno de sus referentes en las últimas décadas en Asturias y Gijón. Se trata de Miguel Ángel García Carbajosa, que formó parte del núcleo de profesionales que llevó a cabo la reforma de salud mental en Asturias en la década de los ochenta del pasado siglo. Un proceso lento pero decidido que consiguió rescatar a los enfermos del modelo de hospitalización e internamiento y sustituyó el viejo hospital de La Cadellada por la organización en estructuras comunitarias.
Nacido y criado en Salamanca, donde su padre fue médico forense y estudió la carrera médica, se formó en sus primeros años como psiquiatra clínico en Francia, sobre todo en instituciones de París. En tierras galas se especializó en la técnica del psicoanálisis. De vuelta a España en la década de los setenta contribuyó a una primera reforma psiquiátrica en el hospital de Conxo, en Santiago de Compostela. Allí coincidió con el neurólogo y psiquiatra José García González, quien fuera consejero de Sanidad del Principado entre 1991 y 1995 y de Asuntos Sociales entre 1999 y 2003. Ambos fueron posteriormente contratados para acometer la reforma psiquiátrica y la descentralización de servicios de salud mental en Asturias que ha llegado a nuestros días.
García Carbajosa tuvo responsabilidades asistenciales en Asturias. Así fue director del área de salud mental en Gijón y jefe de servicio de la unidad de psiquiatría del hospital de Jove. Se jubiló en 2006 en el hospital de Cabueñes. También fue el primer presidente de la Sociedad Asturiana de neuropsiquiatría (profesionales de la salud mental) tras su fundación en 1982.
Víctor Aparicio, quien fuera director de La Cadellada y director regional de Salud Mental, recuerda que fue prolífico en la publicación de artículos científicos y que siempre le gustó mucho también el aspecto docente, colaborando de forma asidua en seminarios de formación a MIR y PIR. Destaca también Aparicio que siempre se orientó profesionalmente hacia el psicoanálisis.
Nunca abrió consulta privada. Toda su vida la consagró a la atención pública. Fue además lector infatigable y un firme defensor de la integración de las personas más frágiles.
Una vez jubilado colaboró con publicaciones en EL COMERCIO en asuntos de actualidad e interés social como la violencia juvenil o el atentado islamista contra Charlie Hebdo. También fue entrevistado en numerosas ocasiones en el programa 'La Lupa', de Canal 10.
Estaba divorciado y era padre de dos hijos, Julián y Emilie. Sus restos mortales fueron enterrados ayer en el cementerio municipal de Deva.