Los pacientes con trastornos mentales graves tienen una esperanza de vida más corta de al menos 10-25 años en comparación con la población general. Esta brecha se ha incrementado progresivamente en los últimos años debido a la mayor mortalidad por enfermedades físicas. Esta "brecha de mortalidad" está provocada por diversos factores como el t...
Los pacientes con trastornos mentales graves tienen una esperanza de vida más corta de al menos 10-25 años en comparación con la población general. Esta brecha se ha incrementado progresivamente en los últimos años debido a la mayor mortalidad por enfermedades físicas. Esta "brecha de mortalidad" está provocada por diversos factores como el tipo de atención sanitaria que reciben los pacientes, las características intrínsecas de los trastornos mentales y los tratamientos farmacológicos recibidos, los estilos de vida adoptados. Aunque los pacientes con trastornos mentales graves adoptan con frecuencia estilos de vida poco saludables, los datos relacionados con el contexto italiano no son numerosos y provienen principalmente de investigaciones y no de entornos del mundo real.
Este estudio, realizado como parte del proyecto nacional "Mejorar la salud física de las personas con enfermedad mental grave mediante el cambio de estilo de vida", financiado por el Ministerio de Educación, Universidad e Investigación (MIUR), tiene los siguientes objetivos:
1) describir la estilos de vida de pacientes con trastornos del espectro psicótico, trastornos del espectro depresivo, trastornos bipolares en cuanto a patrones de alimentación, niveles de actividad física, ritmo circadiano y tabaquismo;
2) evaluar las diferencias entre los estilos de vida en los tres grupos diagnósticos considerados.
La muestra estuvo formada por 402 pacientes, principalmente mujeres (57%), con una edad media de 45, 8 ± 11, 8 años. El 35% de los pacientes tiene obesidad moderada y en el 40% de los casos hay hiperinsulinemia, hipercolesterolemia total o hipertrigliceridemia. El 70, 1% de los pacientes están físicamente inactivos, más de la mitad de la muestra (54%) informa caminar menos de 30 minutos al día. En el 42% de los casos hay una fuerte o muy fuerte adicción a la nicotina. Los pacientes con trastorno bipolar son fumadores con mayor frecuencia que el resto de pacientes implicados en el estudio (p <0, 05). En cuanto a los hábitos alimentarios, la mayoría de los pacientes sigue una dieta desequilibrada, pero sin diferencias estadísticamente significativas entre los diferentes grupos diagnósticos.
Los datos de este estudio confirman que los pacientes con trastornos mentales graves llevan estilos de vida poco saludables, independientemente del tipo de trastorno mental grave que padezcan. Parece necesario desarrollar intervenciones psicosociales ad hoc para modificar los estilos de vida, que incluyen componentes motivacionales y psicoeducativos.
Para acceder al texto completo consulte las características de suscripción de la fuente original:https://www.rivistadipsichiatria.it/