Las terapias conductuales basadas en la evidencia para niños con conducta disruptiva y desafiante rara vez producen mejoras inmediatas en la conducta.
Para los cuidadores que participan en terapias conductuales, los beneficios de estos esfuerzos rara vez son visibles hasta después de compromisos de tiempo considerable. Los retrasos asociados con el alivio del comportamiento desafian...
Las terapias conductuales basadas en la evidencia para niños con conducta disruptiva y desafiante rara vez producen mejoras inmediatas en la conducta.
Para los cuidadores que participan en terapias conductuales, los beneficios de estos esfuerzos rara vez son visibles hasta después de compromisos de tiempo considerable. Los retrasos asociados con el alivio del comportamiento desafiante (es decir, el comportamiento mejorado) pueden influir en cómo los cuidadores deciden responder a los casos de problemas de comportamiento y, a su vez, su compromiso continuo (es decir, integridad, adherencia) a los tratamientos que requieren una implementación a largo plazo para producir mejoras en el comportamiento del niño.
Este estudio aplicó métodos de descuento por demora para evaluar cómo las demoras afectaron las preferencias de los cuidadores relacionadas con las opciones para controlar el comportamiento de sus hijos. Específicamente, los métodos fueron diseñados para evaluar el grado en que las preferencias del cuidador para un enfoque más eficaz y recomendado se vieron afectados por los retrasos (es decir, el número de semanas de tratamiento). Es decir, los métodos evaluados en ese momento los cuidadores optaron por ignorar la estrategia óptima y retrasada y en su lugar eligieron seguir estrategias subóptimas e inmediatas.
Los resultados indicaron que los cuidadores regularmente descontaron el valor del tratamiento más eficaz, eligiendo seguir enfoques subóptimos cuando los retrasos asociados con el enfoque óptimo aumentaron. Los cuidadores demostraron patrones similares de elección subóptima entre los tipos de decisiones clínicas (es decir, de intervención) y no clínicas (es decir, monetarias).
Estos hallazgos son consistentes con la investigación que ha resaltado las preferencias temporales como un factor individual que puede ser relevante para la adherencia del cuidador a tratamientos basados en evidencia a largo plazo y alienta la incorporación de métodos económicos conductuales para comprender mejor la toma de decisiones del cuidador.
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