La socialización de las emociones del niño por parte del cuidador tiene consecuencias tanto para el desarrollo típico como para el riesgo de ansiedad, con respuestas de no apoyo de los cuidadores a la preocupaciónquizás especialmente importante para el desarrollo de la ansiedad de los niños. Los niños, a su vez, impactan el ambiente de cuidado que r...
La socialización de las emociones del niño por parte del cuidador tiene consecuencias tanto para el desarrollo típico como para el riesgo de ansiedad, con respuestas de no apoyo de los cuidadores a la preocupaciónquizás especialmente importante para el desarrollo de la ansiedad de los niños. Los niños, a su vez, impactan el ambiente de cuidado que reciben a través de su temperamento.
Investigamos las relaciones transaccionales entre las respuestas maternas que no brindan apoyo a la preocupación del niño (informadas por la madre) y dos índices de temperamento inhibido del niño medidos de manera diferente (es decir, la inhibición del niño a la novedad percibida por la madre, el miedo desregulado del niño observado en el laboratorio) en una muestra de 136 predominantemente no hispanas, díadas blancas de madres e hijos pequeños.
La socialización de la preocupación y la inhibición de la novedad informada por la madre se midieron en cada uno de los tres puntos temporales (niño pequeño de 2, 3 y 4 años de edad), y el miedo desregulado se midió a los 2 y 3 años de edad.
Las medidas de temperamento inhibido del niño se correlacionaron positivamente dentro del punto de tiempo a las edades de 2 y 3 años, y el miedo desregulado del niño observado en el laboratorio predijo las percepciones posteriores de las madres sobre la inhibición de sus hijos a la novedad.
A los 2 años de edad, las madres de niños que mostraban un miedo más desregulado informaron que respondían a la preocupación con menos apoyo. Sin embargo, cuando se controlan unos a otros, una mayor inhibición del niño a la novedad percibida por la madre y menos miedo desregulado del niño observado en el laboratorio a los 3 años predijeron mayores respuestas de preocupación sin apoyo.
Los hallazgos respaldan la estabilidad del constructo relacionado con la ansiedad en la niñez, así como las asociaciones provocadas por los niños, en lugar de las provocadas por los padres, a lo largo del tiempo.
Para acceder al texto completo consulte las características de suscripción de la fuente original:https://link.springer.com/