Hoy se celebra el Día Mundial de la Esquizofrenia. El término que significa "mente dividida". Podría decirse que cuando los pensamientos, emociones e impresiones sensoriales sobrepasan a la persona y no puede manejarlos bien lo deposita fuera de sí mismo, en otra realidad. "Con los primeros síntomas, puede ser que la mente empiece a generar pensamientos que no son fruto de tu voluntad, es lo que llamo yo irrealidad.
Por eso es muy importante dar un lenguaje a esa persona para que construya una narrativa que explique su experiencia mental, que la persona se convierta en observador y retome las riendas", explica. "Incluso la paranoia más inverosímil es un fenómeno natural" que hay que ser capaz de expresar " sin temor por muy rara que sea". Romper esa espiral de silencio es crucial para la recuperación.
Todos somos creadores de nuestro mundo interior y como tales tenemos la posibilidad de transformarlo. El mensaje, rotundo, nace de la experiencia de una persona que se vio arrastrada a la irrealidad, al caos y al dolor y que pudo salir y recuperar el control. Basilio García Copín tiene 52 años, es entrenador de tenis de mesa de niños, administrativo en Ceuta y activista por los derechos de las personas que sufren un trastorno mental. Le diagnosticaron esquizofrenia en su juventud. Sufrió delirios y un inmenso sufrimiento que le recluyeron en casa durante tres años. Con medicación y una profunda voluntad y nivel de conciencia, fue retomando poco a poco las riendas de su vida.
En su recuperación fue clave la psicoterapia para entender el episodio de psicosis que había sufrido y superar sus limitaciones. "Las pastillas te quitan las ideas delirantes pero te quedas en un vacío existencial", asegura pidiendo a quien esté sintiéndolo ahora, como le ocurrió a él hace años, que no se conforme, que busque ayuda y exprese su "experiencia mental" por muy "extraña" que parezca para que pueda desvanecerse.