Hoy en el Congreso Virtual de Psiquiatría, Psicología y Enfermería en Salud Mental hacemos referencia a los trastornos de la conducta alimentaria:
TCA en el arte y la literatura. El ejemplo de Franz Kafka
No es hasta el siglo XVII con la consunción nerviosa de Richard Morton, y ya a finales del XIX y principios del Siglo XX cuando aparecen las primeras nociones en la historia del arte, la ciencia y la literatura con Lasègue y Gull y más tarde con Charcot, de lo que denominamos en la actualidad el trastorno de conducta alimentaria, por aquel entonces enfermedad del ayuno.
Por ese motivo, no cabe buscar en la historia del arte o la literatura ejemplos directos de un trastorno que hoy todos tenemos tan identificado, extendido e incluso caricaturizado; sino que habremos de buscar precisamente en el ayuno y el hambre esos ejemplos, enmarcados en la conceptualización y significación histórica cambiante que han tenido desde la Antigüedad hasta hoy.
Proponemos analizar la relevancia en textos e imágenes del ayuno y del culto a la delgadez desde el Antiguo Egipto hasta el cine de nuestros días, pasando por las referencias bíblicas al ayuno como acto curador y penitente, el arte cristiano en la Edad Media y lo místico del ascetismo, la Edad Moderna con sus cazas y quemas de mujeres ayunadoras, pero centrándonos sobre todo en la noción posterior -ya entrados en la Edad Contemporánea- del hambre como arte, que tan bien describe Franz Kafka en su novela Ein Hungerküstler, quizá reflejo de la propia enfermedad del autor. Es precisamente este último, el prototipo de genio de la literatura contemporánea que plasma sus conflictos psicológicos y sufrimiento en torno al tema de la comida.
TCA, ¿una enfermedad individual? Una aproximación desde la Teoría Sistémica
Para todo profesional que haya trabajado con personas con trastornos de conducta alimentaria, es evidente que dicha condición supone una importante repercusión en todo el sistema familiar. Desde una perspectiva sistémica, fenómenos como la restricción alimentaria, los atracones o las conductas purgativas pueden entenderse como un síntoma que cumple una función determinada en la estabilidad de un sistema. Desde finales de los años setenta, cuando la teoría sistémica comenzó a tomar fuerza en el campo clínico, se ha dedicado una importante atención a los trastornos de conducta alimentaria, identificándose factores que favorecen la aparición del trastorno -como la sobreprotección o la rigidez-, así como otros factores que favorecen la perpetuación del problema. El estudio de dichos trastornos desde la perspectiva sistémica ha llevado al desarrollo de diferentes intervenciones que han probado su eficacia de forma repetida en estudios que las comparan con otras intervenciones. Más adelante, nuevos estudios deberán evaluar la eficacia de diferentes formas de intervención basadas en la teoría sistémica, así como su combinación con diferentes estrategias psicoterapéuticas y farmacológicas.
TCA. Situación actual y perspectivas de futuro
Los trastornos de la conducta alimentaria han aumentado o mantenido su prevalencia en los últimos años. El diagnóstico de estos trastornos se ha visto marcado por la categoría de “trastornos de la conducta alimentaria sin especificación”. Las nuevas guías como la DSM 5 en su momento, y CIE 11 siguiendo el ejemplo de la primera, incluyen en sus diagnósticos cambios importantes para realizar un diagnóstico más específico y por tanto un mejor abordaje de estos trastornos.
El tratamiento, tanto psicoterapéutico como farmacológico ha sido objeto de estudio en las últimas décadas. Se hace evidente la necesidad de una distinción entre dos grupos de trastornos: la anorexia nerviosa y el trastorno por atracones junto a la bulimia nerviosa. Los antipsicóticos y antidepresivos son los grupos farmacológicos más estudiados en estos trastornos, con diversos resultados según el diagnóstico y la edad de tratamiento, y la terapia cognición conductual sigue siendo la que aporta más evidencia, aunque de nuevo su efectividad se ve cuestionada por el tipo de trastorno.
En esta revisión, señalaremos algunos estudios sobre la eficacia de tratamientos farmacológicos y psicoterapéuticos, así como veremos las prevalencias y diagnósticos en diferentes estudios y propuestas para la prevención.
TCA: Referencias históricas: Hacia la “perfección espiritual”
Los trastornos de la conducta alimentaria han presentado en las últimas décadas un incremento en su prevalencia tan notorio que en el momento actual se han llegado a considerar una auténtica entidad transcultural, condicionada por las actuales influencias sociales imperantes en los países occidentales, donde la delgadez se considera sinónimo de éxito y reconocimiento.
Sin embargo, desde la Edad Media se han descrito casos de mujeres jóvenes, sin enfermedad médica conocida que se autoproducían ayuno prolongado y presentaban aspecto caquéctico, vómitos, amenorrea, y otros síntomas que reconocemos hoy en día pacientes con trastornos de la conducta alimentaria. Son ejemplos el caso de Catharina Benincasa, una joven religiosa del siglo XIV que dejó de comer con fines ascéticos; o el caso de una joven descrito por el Dr. Richard Morton en 1689, considerado el primer caso clínico publicado de anorexia nerviosa. A partir de la segunda mitad del siglo XIX aparecen descripciones más detalladas y se propone una etiología psicógena de estos trastornos, y a principios del siglo XX es cuando son categorizados como enfermedades mentales.
En este trabajo realizaremos un recorrido histórico de los trastornos de la conducta alimentaria que nos permitirá obtener una perspectiva más amplia de estas enfermedades, las cuales, aunque claramente se encuentran influenciadas por la cultura occidental actual, han estado presentes desde hace siglos con manifestaciones clínicas particulares, derivadas de su contexto histórico. Es por este motivo posiblemente por el que estas entidades han supuesto tal dificultad para su categorización a lo largo de los años.