La pandemia de COVID-19 amenazó con afectar la salud mental al interrumpir el acceso a la atención debido a las medidas de distancia física y la presión inesperada sobre los servicios de salud pública. La tele-salud mental se implementó rápidamente para brindar servicios de atención médica.
Los objetivos de este estudio fueron present...
La pandemia de COVID-19 amenazó con afectar la salud mental al interrumpir el acceso a la atención debido a las medidas de distancia física y la presión inesperada sobre los servicios de salud pública. La tele-salud mental se implementó rápidamente para brindar servicios de atención médica.
Los objetivos de este estudio fueron presentar investigaciones de última generación en salud mental y tele- salud mental.
La agrupación de documentos se aplicó para mapear temas de investigación dentro de la investigación en salud tele-mental. Se distribuyó una encuesta entre los proveedores de servicios de salud mental. La satisfacción del paciente se investigó a través de un metanálisis de estudios que compararon las puntuaciones de satisfacción entre la salud tele-mental y las intervenciones cara a cara para los trastornos de salud mental, obtenido de Web of Knowledge y Scopus. Se utilizó Hedges g como medida del tamaño del efecto y los tamaños del efecto se combinaron mediante un modelo de efectos aleatorios. Se examinaron las fuentes de heterogeneidad y sesgo.
La evidencia sobre la salud tele-mental se ha ido acumulando desde 2000, especialmente en lo que respecta a la implementación de servicios, los trastornos depresivos o de ansiedad, el trastorno por estrés postraumático y las poblaciones especiales. La investigación se concentró en unos pocos países. La encuesta (n = 174 encuestados de Italia, n = 120 internacionales) confirmó que, después del inicio del brote de COVID-19, hubo un cambio masivo de la atención presencial a la atención de salud tele-mental. Sin embargo, los encuestados tenían puntos de vista escépticos sobre la salud tele-mental y no se sentían lo suficientemente capacitados y satisfechos. El metanálisis de 29 estudios (n = 2143) mostró que los pacientes estarían igualmente satisfechos con la salud tele-mental que con las intervenciones cara a cara (Hedges g = −0, 001, IC del 95%: −0, 116 a 0, 114, P = . 98, Q= 43, 83, I 2 = 36%, P = 0, 03) si se minimizaran los problemas relacionados con la tecnología.
Los servicios de salud mental equipados con tele-salud mental estarán en mejores condiciones de hacer frente a las crisis de salud pública. Tanto los proveedores como los pacientes deben participar activamente en la digitalización para remodelar su confianza recíproca en torno a las innovaciones tecnológicas.
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