Autor/autores:
Sourik Beltrán, Lydia Sit y Kenneth R. Ginsburg,
El diagnóstico de trastorno negativista desafiante (TND) ha informado intervenciones que han mejorado la dinámica desafiante del hogar y el aula para muchas personas. Sin embargo, la evidencia creciente sugiere que el diagnóstico puede conducir a un daño inadvertido al (1) exacerbar el estigma asociado con el comportamiento reactivo y (2) permitir la caracterizaci&oacu...
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El diagnóstico de trastorno negativista desafiante (TND) ha informado intervenciones que han mejorado la dinámica desafiante del hogar y el aula para muchas personas.
Sin embargo, la evidencia creciente sugiere que el diagnóstico puede conducir a un daño inadvertido al (1) exacerbar el estigma asociado con el comportamiento reactivo y (2) permitir la caracterización errónea de las reacciones normativas al trauma como problemas de autocontrol.
Estos daños tienen implicaciones importantes para la equidad racial y sanitaria, ya que afectan de manera desproporcionada a los jóvenes de entornos marginados. Como médicos que trabajan en un entorno de refugio, somos testigos de los impactos negativos de los diagnósticos de ODD de larga data, particularmente entre los jóvenes vulnerables. Deseamos transmitir la necesidad de revisar la entrada DSM-5 actual de ODD para reducir el estigma y promover la sensibilidad al trauma.
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