Hermanas Hospitalarias, institución especializada en la atención a personas con problemas de salud mental, en colaboración con el Ministerio de Sanidad, ha lanzado la campaña 'Conectados por la inclusión', que tiene el objetivo de concienciar a la sociedad y de forma especial a las empresas sobre la discriminación que afrontan las personas con problemas de salud mental en su desarrollo profesional a la hora de incorporarse al mercado laboral.
La campaña, que ha contado para su puesta en marcha con profesionales de la salud mental, usuarios de los Centros de Rehabilitación Laboral de Hermanas Hospitalarias y empresas colaboradoras como Fnac e Inserta Servicios Complementarios, pretende también "desmontar prejuicios y mitos dando a conocer las diferentes capacidades que las personas con problemas de salud mental pueden aportar dentro de una empresa, para combatir de esta forma el estigma existente y favorecer la igualdad y la cohesión social".
En ese sentido, y tras la fase actual de difusión, los organizadores pretenden que la campaña sirva como puente para contactar con empresas interesadas en dar una oportunidad laboral a los usuarios de los centros de rehabilitación laboral.
Según los datos actuales, 8 de cada 10 personas con problemas de salud mental no tienen empleo, lo que constituye la tasa de empleo más baja en el ámbito de la discapacidad. Aunque, según Javier Peña, técnico de apoyo a la inserción laboral del CRL de Retiro de la Línea de Rehabilitación Psicosocial de Hermanas Hospitalarias (LRHP), "los datos de los últimos años muestran una tendencia positiva", la realidad para el experto es que aún existe una brecha "muy importante" en lo que a inserción laboral y condiciones de trabajo se refiere.
En ese sentido, el Informe Olivenza 2018, elaborado por el Observatorio Estatal de la discapacidad, señalaba que la tasa de actividad de la población general, que roza el 80 por ciento, caía en picado hasta poco más del 35 por ciento en el caso de las personas con discapacidad, siendo también la tasa de desempleo nueve puntos superior en el caso de las personas con discapacidad y/o enfermedad mental.
Esa diferencia, según el informe, también se manifiesta en los salarios brutos anuales medios, de unos 19. 500 euros/año en el caso de las personas con discapacidad y enfermedad mental, frente a los 23. 200 euros/año de la población sin discapacidad.
"Sin duda el estigma que rodea a la enfermedad mental tiene un alto porcentaje de responsabilidad en estas cifras. Existe un claro prejuicio sobre la falta de capacidades, mal desempeño y absentismo laboral de las personas con problemas de salud mental; y también hay un cierto miedo por parte de los empleadores a no saber cómo relacionarse o actuar en determinadas situaciones", asegura Javier Peña.
El experto considera fundamental "sensibilizar, concienciar y facilitar oportunidades" a las personas con enfermedad mental en los diferentes ámbitos de la vida. "En concreto, a nivel laboral, es muy importante la formación y la creación de prácticas o puestos de trabajo que ayuden a romper todos esos mitos y favorezcan la visibilización de las capacidades de estas personas frente a las limitaciones que, como cualquier otro empleado, puedan tener", añade.
El técnico de apoyo a la inserción laboral del CRL de Retiro, por último, recuerda que las empresas pueden beneficiarse con hasta 6. 300 euros/año en exenciones fiscales por la contratación de personas con discapacidad por problemas de salud mental. Entre los beneficios de contar con estos empleados, Peña añade que los trabajadores de empresas que facilitan la integración "tienen un mayor orgullo de pertenencia" que también se transmite a la sociedad "con una proyección de imagen corporativa positiva y referente para otras compañías".