El trastorno del espectro autista (TEA) es un trastorno generalizado del neurodesarrollo con tratamientos disponibles limitados y diversas causas. En pacientes con TEA, numerosas investigaciones demostraron diversas alteraciones en la inflamación / inmunidad, estrés oxidativo y disfunción mitocondrial, y estas alteraciones podrían ser reguladas por Nrf2.
Por lo tanto, ...
El trastorno del espectro autista (TEA) es un trastorno generalizado del neurodesarrollo con tratamientos disponibles limitados y diversas causas. En pacientes con TEA, numerosas investigaciones demostraron diversas alteraciones en la inflamación / inmunidad, estrés oxidativo y disfunción mitocondrial, y estas alteraciones podrían ser reguladas por Nrf2.
Por lo tanto, nuestro objetivo fue revisar sistemáticamente la evidencia actual sobre los efectos de la suplementación con activador de Nrf2 en objetos de TEA a partir de estudios in vitro, estudios con animales y estudios clínicos.
Los artículos relevantes se recuperaron mediante la búsqueda en las bases de datos Cochrane Library, PubMed, Web of Science, Scope, Embase y CNKI (hasta el 23 de septiembre de 2020). Al final, identificamos 22 estudios preclínicos, un estudio de cultivo celular y siete estudios clínicos, que cubren un total de cinco activadores de Nrf2. Para cada activador de Nrf2, nos centramos en su definición, posibles mecanismos terapéuticos, los últimos avances de la investigación, las limitaciones de la investigación y las direcciones de desarrollo futuro. Nuestra revisión sistemática proporcionó evidencia sugestiva de que los activadores de Nrf2 tienen un papel potencialmente beneficioso en la mejora de comportamientos similares al autismo y alteraciones moleculares anormales a través del estrés oxidativo, la inflamación y la disfunción mitocondrial.
Se cree que estos fitoquímicos dietéticos son relativamente más seguros y efectivos para el tratamiento del TEA. Sin embargo, existen pocos estudios clínicos que apoyen a los activadores de Nrf2 como fitoquímicos dietéticos en el TEA, a pesar de que existen varios estudios preclínicos. Por lo tanto, se debe tener precaución al intentar extrapolar sus efectos en estudios en humanos, y se requiere un mejor diseño y una investigación más rigurosa antes de que puedan determinarse como una opción terapéutica.
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