Autor/autores:
Chen KL, Chen CT, Lin CH...(et.al)
Los niños con trastorno del espectro autista (TEA) a menudo exhiben déficits en el juego de simulación y tienen menos juego. El propósito de este estudio fue evaluar la relación entre el juego de simulación y el juego en niños con trastorno del espectro autista, mientras se controla la gravedad de los comportamientos del autismo, la comprensió...
Estás viendo una versión reducida de este contenido.
Para consultar la información completa debes registrarte gratuitamente.
Tan sólo te llevará unos segundos.
Y si ya estás registrado inicia sesión pulsando aquí.
Los niños con trastorno del espectro autista (TEA) a menudo exhiben déficits en el juego de simulación y tienen menos juego. El propósito de este estudio fue evaluar la relación entre el juego de simulación y el juego en niños con trastorno del espectro autista, mientras se controla la gravedad de los comportamientos del autismo, la comprensión verbal y la edad.
Se evaluó una muestra de 72 niños con TEA de edades comprendidas entre 3 y 12 años con la Evaluación de juego simulado, prueba de juego y escala de calificación de autismo infantil iniciada por el niño, respectivamente, para su juego simulado, juego y severidad de los comportamientos de autismo. Se realizaron análisis de correlación y regresión múltiple.
Los resultados de los coeficientes de correlación de Pearson revelaron que las variables de juego simulado tenían asociaciones de leves a moderadas con las variables de juego (r = −0. 25 a 0. 68). Los análisis de regresión múltiple mostraron que, en general, el locus de control interno fue el predictor significativo de las variables de juego simulado (que representa el 5-47% de la varianza, p <0. 001). Las seis variables de juego simulado fueron predictores importantes de todas las variables de juego (explicando el 41-76% de la varianza, p <0. 001-0. 047). Particularmente, la elaborada acción de simulación de juego fue un predictor significativo de las cuatro variables de juego. Nuestros hallazgos indicaron que cuanto más niños con TEA participaban en juegos de simulación, más experimentaban el juego.
Los médicos podrían ayudar a los niños con TEA a mejorar su sensación de estar a cargo de su juego para desarrollar un mejor rendimiento en el juego simulado. Ayudar a los niños con TEA a participar en juegos de simulación es importante para promover su experiencia interna de juego.
Para acceder al texto completo consulte las características de suscripción de la fuente original:https://www.dovepress.com
