El presente estudio tiene como objetivo principal analizar la eficacia de la intervención breve 5As en el tratamiento del tabaquismo y el consumo de alcohol entre los profesionales sanitarios residentes de salud mental en Cataluña, y examinar cómo esta intervención está influenciada tanto por la formación recibida como por el consumo personal de los profesionales.
La intervención 5As, que consiste en preguntar, aconsejar, evaluar, asistir y acordar, ha demostrado ser una herramienta eficaz en el manejo de comportamientos de riesgo para la salud. Sin embargo, su implementación entre los profesionales de salud mental residentes y su posible relación con la educación recibida y el consumo propio de sustancias aún no ha sido estudiada en profundidad.
Este estudio transversal se llevó a cabo con residentes de primer año de salud mental (médicos, psicólogos y enfermeras) en Cataluña durante el período de 2016 a 2019. Se administró un cuestionario autoinformado a 154 profesionales, centrado en sus prácticas de intervención en el tabaquismo y el consumo de alcohol, así como en la formación recibida en estas áreas y su propio consumo de sustancias.
Los resultados mostraron que la mitad de los encuestados no había recibido formación universitaria sobre intervención en tabaquismo (46, 8%) ni en consumo de alcohol (53, 2%). Aquellos con formación específica en estas áreas tendían a aplicar con más frecuencia las prácticas de las 5As, mostrando una correlación significativa entre la formación recibida y la frecuencia de consejería, evaluación y asistencia ofrecida a los pacientes para dejar de fumar (p = 0, 008, p = 0, 037 y p = 0, 039; respectivamente) y para el manejo del consumo de alcohol (p < 0, 001; p = 0, 001; y p < 0, 001; respectivamente).
Además, se observó que, en general, los profesionales ayudaban más a dejar o reducir el consumo de alcohol que el tabaco (p < 0, 001). Curiosamente, un 60, 1% de los profesionales encuestados nunca o raramente ayudaba a sus pacientes a dejar de fumar, y un 34, 6% no intervenía frecuentemente en casos de consumo de alcohol. Entre las disciplinas, las enfermeras intervenían más frecuentemente en tabaquismo que en alcohol, independientemente de la formación recibida.
Estos hallazgos sugieren una relación directa entre la formación específica y la aplicación de intervenciones efectivas en el tratamiento del tabaquismo y el consumo de alcohol en la práctica clínica. La falta de formación se asocia claramente con una menor frecuencia de intervención, lo cual destaca la necesidad de mejorar los currículos de formación en las universidades para profesionales de la salud mental. Este estudio subraya la importancia de una educación adecuada en la mejora de las estrategias preventivas y terapéuticas que los profesionales de la salud aplican en su práctica diaria.
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