El mindfulness cada vez está mas en boca en la sociedad y ha llegado completamente para quedarse. Sus beneficios son de sobra conocidos y muchas personas rápidamente son conscientes de las mejoras en sí mismas. Pero, ¿pueden los niños y niñas practicar el mindfulness? Sigue leyendo para conocer si el mindfulness para niños es beneficioso.
Se llama mindfulness a la filosofía de vida o la capacidad de prestar atención al momento presente de forma deliberada y sin juzgar, actuando como protección. Incluye la práctica de meditar. A través de esto, aprendes a ser consciente del momento que vives, ayudándote de técnicas de relajación. Comprendes qué es lo que sucede en el presente, obviando el pasado y el futuro.
Así, aprendes a vivir el día a día y dejas de atormentarte por lo que pasó o por lo que pasará. Es decir, dejas que la vida fluya. De esta manera ahorramos energía y sobre todo nos damos cuenta de lo que ocurre mientras está sucediendo. Apreciamos el momento.
Esto es algo que cada vez se aprende menos y nos hace vivir en un continuo agobio. Es por ello que nunca está de más pararse a observar quienes somos y qué hacemos.
Cualquier cosa que ayude a la persona, sea adulto o niño, a expresar sus sentimientos y a saber lidiar con sus problemas, siempre será beneficioso. Así, el mindfulness es tan beneficioso para los niños como para los adultos. Tanto es así que en colegios de Holanda, Gran Bretaña y Estados Unidos ya están incorporando esta práctica en las clases.
Y es algo completamente normal, ya que la infancia es una etapa ideal para dominar la atención plena. Esto hace que no solo se convierta en un hábito, sino también en una actitud con la cual afrontar la vida. El mindfulness responde a la necesidad de tener un poco de tranquilidad tanto física como mental.
Encontramos muchos beneficios en la práctica de mindfulness en los más pequeños.
Como puedes ver, hay muchos beneficios para hacer mindfulness con los más pequeños de la casa. Sigue leyendo si quieres conocer qué actividades de mindfulness para niños puedes hacer.
No hay edad concreta, pero a partir de los 3 años es uno de los mejores momentos para comenzar. Por ese entonces, los más pequeños y las más pequeñas responden antes a estos estímulos y están más abiertos a la escucha. De igual forma, debemos tratar de convertir la novedad en hábito, por lo que es algo que debemos transmitirle casi de forma diaria.
Podemos realizar diversas actividades. Debemos hacerlo sin agobiarlos ni obligarlos, pero como decíamos intentando convertir esto en hábito. Explicarle de forma divertida todo lo que puede conseguir si prueba el mindfulness es el primer paso. Podemos decirle que es una actividad para él o ella, para conocer bien el entorno y saber bien donde está. Existen otros juegos y ejercicios que podríamos utilizar con niños entre 3 y 6 años:
Pasear y jugar a una versión distinta del “veo, veo”
El Mindfulness para niños no se limita en que se queden quietos. Necesitan moverse y poner en práctica esta curiosidad e inquietudes que activarán. Por tanto, debemos adaptar el mindfulness a sus necesidades cotidianas y a su ritmo de vida.
Un ejercicio muy efectivo que podemos realizar a diario con ellos es pasear con ellos de la mano e ir comentando “me doy cuenta de…, veo que…, descubro que…”.
Se trata solo de animarles a que sean receptivos a todo lo que les envuelve y a todo lo que acontece por pequeño que sea, por insignificante que parezca.
Las emociones y el clima
Otra forma de estimular a los niños y niñas es muy sencilla: relacionar determinados estados, como la tristeza, la rabia o la alegría, con el clima. Algo básico y que pronto adaptarán a su día a día. Para ello, simplemente deben cerrar los ojos y preguntarse: “¿qué tiempo hace en mi interior?”. Si se está soleado, estaría feliz, si llueve, estaría triste, etc. Esto les hace poder expresar y renacer sus sentimientos.
Soy Superman o Wonder Woman
Otra divertida forma es asemejarlos a superhéroes o superheroínas. Esto también hará además que puedes visibilizar, sobre todo a las niñas, que existen referentes femeninos que son fuertes, inteligentes e independientes. Para ello, indícales que deben poner la postura de superhéroe o superheroína: de pie, espalda recta, brazos en jarras y ojos cerrados. Durante cinco minutos, escucharán todo lo que suceda en su alrededor. Tras esto, podemos preguntarle qué ha escuchado y qué le ha hecho sentir dicho sonido.
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