Se habló del libro Clavícula para ilustrar “lo que le pasa al cuerpo cuando tiene ansiedad o qué le pasa a la ansiedad cuando no encuentra un cuerpo”. Marta Sanz empezó a contar que, cuando publicó Clavícula, se dio cuenta de la importancia de hablar de salud mental fuera del contexto clínico. Escribió un libro para salvarse de su ansiedad y de su dolor. A través de este relato personal, encontró vínculos con otras personas que pronto se sintieron identificadas.
Empezó a acudir a asociaciones donde se hablaba de ciertos desencuentros entre los médicos y los pacientes. Verónica Olmo explicó que algunos médicos, cuando no tienen etiquetas, se olvidan de ayudar. Lo relacionaba con que, en la carrera, no les enseñan a gestionar bien el sufrimiento. Ella siente que el ámbito de la Atención Primaria es donde se debe trabajar con un modelo más biopsicosocial u holístico de la persona. Ambas señalaban la importancia de utilizar bien las etiquetas con una intención clara de ayudar y de cómo la ansiedad se utiliza, a veces, como cajón de sastre. Marta Sanz habló de que cuando vas a la consulta de un médico, también buscas un nombre. Es decir, poner orden en la incertidumbre.
Se refirió a un libro tan difícil como raro de Juan Vilá sobre un médico que se niega a poner etiquetas y los riesgos que eso conlleva. Verónica Olmo habló de la importancia de asegurar un buen vínculo en la consulta de medicina. Para ello, hay que garantizar un tiempo de consulta adecuado. Los médicos también se sienten insatisfechos si no pueden trabajar en condiciones dignas.
Verónica señaló la importancia de conocer bien a los pacientes y de que estas competencias transversales como la empatía se tienen que enseñar en las facultades.Verónica Olmo aseguró que un porcentaje amplio de gente con problemas de ansiedad llega a las consultas a través de las somatizaciones, especialmente mujeres tras un momento de colapso. Marta Sanz corroboró que, en su época de ansiedad, no podía desvincularla de su precariedad laboral, su autoexigencia y de su preocupación sobre el futuro. Le obsesionaba la vejez. Ese confuso horizonte se le clavó en su cuerpo. Ese dolor físico, que coincidió con su menopausia, le hizo sentirse frágil y vulnerable.
Y le repercutió en su relación de pareja. Como dicen: “cuando la pobreza entra por la puerta, el amor sale por la ventana”. Quiso darle una perspectiva feminista desde lo que significa para una mujer el sobresfuerzo de la conciliación, los cuidados no resueltos… a lo que se añade que, cultural y políticamente, la que no encaja es la loca del desván, como dijo Kate Millet con su famosa frase “lo personal es político”. Silencios, de Tillie Olsen, narra a las escritoras olvidadas que, debido a las exigencias de los cuidados, intentan practicar géneros cortos como el cuento o la poesía. También nombró a Francés Farmer, a quien practicaron la lobotomía por ser comunista. Comentó que no sólo las mujeres se han sentido identificadas con este libro. Mucha gente entendió la metáfora de los miedos al futuro y la precariedad.
A través de sus personajes, habla de todos. Verónica Olmo confirmó que no enferman igual los hombres y las mujeres como, por ejemplo, cuando sufren un infarto. Apuntó a la necesidad de abordar las patologías médicas desde la perspectiva de género.La gestación del libro de Marta Sanz se vincula con el efecto terapéutico de la escritura como medida que palie la ansiedad. Recordó el día en el que llegó a la Feria de Cádiz y en un hotel sintió un ataque de pánico.
Lo primero que se le vino a la cabeza fue: “mi marido se va a quedar solo esperándome”. Un recurso maravilloso para salir de esta situación fue escribir lo que le estaba pasando. Escribir como terapia para tranquilizarse y tomar distancia de las cosas que le venían a la cabeza. Cuando se dio cuenta de que eso le podría ayudar a otras personas, lo convirtió en un texto literario. Según ella, la escritura salva vidas al igual que otras actividades creativas. Sirve para tomar distancia y ordenar los pensamientos.
Verónica Olmo remarcó cómo esta sociedad promueve una obligación de sentirse bien donde cada vez hay más personas en una multitarea de roles que se tienen que hacer bien. La sociedad no es humana. Se hace difícil estar con uno mismo por esta velocidad a la que nos exponen. El malestar de una sociedad no se puede psiquiatrizar. Muchos de estos malestares no tienen un tratamiento médico ni psicológico. Marta habló de la sociedad de las pantallas donde la pérdida de concentración no es buena para la salud lectora. Se trata de una sociedad aparentemente hiperconectada pero encapsulada y muy agorafóbica. Según ella, mucha gente no necesita un psiquiatra sino un comité de empresa. Las condiciones de vida se clavan en el cuerpo.
Es cierto que hay patologías más endógenas, pero hay otro tipo de actitudes y somatizaciones que no se solucionan sólo con prescribir un fármaco.Verónica Olmo habló de la culpa. Cuando salimos de los roles que tenemos que cumplir por hacer cosas diferentes nos sentimos culpables. En las mujeres se normalizan muchas cosas que no son normales, como la depresión postparto. Estamos antes una fase de polarización: “o psiquiatrizamos mucho o nos quedamos sin diagnosticar patologías que generan sufrimiento”. Se volvió a señalar la importancia de hacer un buen diagnóstico.
El libro Fármaco, de Almudena Sánchez, retrata la importancia de la medicación para tratar una depresión. Marta Sanz mencionó La historia de los vertebrados de Mar García Puig donde se nombra la culpabilidad cuando no cumples con un deber ser de la mujer. Luego está el otro extremo de mujeres apisonadora que se creen las más fuertes, valientes, abnegadas y que nunca se quejan... Eso lo percibió cuando fue a hablar de Clavícula.
En algún club de lecturas algunas mujeres se sentían identificadas mientras que otras la llamaban exagerada. Según ella, aún tenemos normalizados estereotipos que nos hacen mucho daño…
La https://www.fundacionmanantial.org/ Fundación Manantial, la librería Rafael Alberti de Madrid https://www.libreriaalberti.com/ y el Hospital Universitario Ramón y Cajal están organizando, con la colaboración de la Fundación Cultura en Vena https://www.culturaenvena.org/ y el patrocinio de Lundbeck https://www.lundbeck.com/es, el programa LiterariaMENTE.
Se trata de un ciclo que profundiza en los problemas de salud mental a través de la literatura. Los profesionales de la salud mental invitados aportan su visión científica como especialistas, mientras los literatos ofrecen su visión narrativa.
Hasta ahora, se han llevado a cabo siete encuentros que han servido de oportunidad para abrir nuevas vías de diálogo y acercarse a los trastornos mentales desde un planteamiento más ecléctico.
Un resumen de estos encuentros puede verse íntegramente en esta página: https://www.youtube.com/@libreriaalberti7663/featured
HÉCTOR ABAD FACIOLINCE y MERCEDES NAVÍO.
Literariamente: Literatura y salud mental
Fecha Publicación: 03/10/2024
Segundo encuentro entre Guillermo Lahera y Elvira Lindo:
Literariamente: Literatura y salud mental
Fecha Publicación: 10/09/2024
Sexto encuentro. SALUD MENTAL, JÓVENES Y PREVENCIÓN.
Literariamente: Literatura y salud mental
Fecha Publicación: 04/03/2024
Quinto encuentro: Juan José Millás, David Fraguas y Raúl Gómez: REALIDAD, FICCIÓN Y DELIRIOS
Literariamente: Literatura y salud mental
Fecha Publicación: 26/02/2024
CUARTO ENCUENTRO. Rosa Montero y Marina Carretero. ESTIGMA Y SALUD MENTAL.
Literariamente: Literatura y salud mental
Fecha Publicación: 19/02/2024
SEGUNDO ENCUENTRO: GULLERMO LAHERA, JORGE FREIRE Y PATRICIA FERNÁNDEZ. Filosofía del saber vivir y prevención en salud mental.
Literariamente: Literatura y salud mental
Fecha Publicación: 05/02/2024