Autor/autores:
Arantxa Etxebeste
Fecha Publicación: 01/01/2004
Área temática:
Enfermería .
Tipo de trabajo:
Resumen de Mesa Redonda
La ética enfermera ha de ser una construcción moral que oriente las actitudes y los comportamientos de los profesionales hacia la provisión de cuidados que promueven la salud, prevengan sus alteraciones, contribuyan a la recuperación y rehabilitación de las personas enfermas, y ayuden a vivir o morir con dignidad cuando la mejoría o la recuperación no sean posibles, y todo ello, desde el reconocimiento del ser humano en su totalidad y el respeto de los valores culturales y sociales.
Palabras clave: ética, enfermería,
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La ética en las decisiones enfermeras en los cuidados de salud mental.
Arantxa Etxebeste.
Enfermera especialista en salud mental y vocal de la ANESM.
[13/2/2004]
Resumen
La ética enfermera ha de ser una construcción moral que oriente las actitudes y los comportamientos de los profesionales hacia la provisión de cuidados que promueven la salud, prevengan sus alteraciones, contribuyan a la recuperación y rehabilitación de las personas enfermas, y ayuden a vivir o morir con dignidad cuando la mejoría o la recuperación no sean posibles, y todo ello, desde el reconocimiento del ser humano en su totalidad y el respeto de los valores culturales y sociales.
La ética conlleva un ejercicio profesional, una calidad en la atención, que ha de tomar en cuenta una particularidad de relevancia: el objeto de los cuidados en un ser humano, único y unificado, inscrito en un marco comunitario y familiar. Su desarrollo exige aceptar la opinión del otro (usuario) y situarse adecuadamente ante un malestar y enfermedad que implica consecuencias e interacciones en la totalidad somática y psíquica del individuo y en su entorno familiar y social.
Se presentan cuatro trabajos que cubren de manera significativa algunos de los principales aspectos sobre el tema que nos ocupa:
· El consentimiento informado supone situarnos fuera de un modelo paternalista (en su sentido de infantilización del usuario y de sus familiares), y también colocarnos en el exterior de un modelo cosificante y mecanicista que se presupone un modelo troceado y parcial del ser humano.
· La capacidad del enfermo mental para decidir sobre su cuidado, enunciado en esa simplicidad, se asemeja a “tratar sobre los mamíferos”. En ambos casos enunciamos clases que engloban los más variados elementos a veces con poco en común. Sólo a través de la relación de cuidados profesional-paciente pueden valorarse –así sea con buena dosis de subjetividad- y garantizarse el máximo respeto al decir y al deseo del usuario.
· La ética del cuidar sólo cobra significado en el par “cuidar / ser cuidado”, por lo tanto en la consideración del propio usuario, es decir: en la forma como se inscribe el cuidado de enfermería en un diálogo que salga de la lógica de la orden o de la decisión totalmente asimétrica.
· La revisión crítica del código deontológico nos sitúa frente a las tareas y cuidados de enfermería desde una perspectiva que más allá de los puros aspectos legales hunde sus raíces en lo legítimo y en el compromiso moral.
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