Los trastornos alimentarios tienden a aparecer como consecuencia de la mezcla de factores individuales, socioculturales, familiares y biológicos. Dichps trastornos pueden amenazar al bienestar físico y psicológico del sujeto e incluso llevar a algunas personas a enfermar o a la muerte. Se pueden distinguir tres tipos clásicos de trastornos alimentarios: la anorexia, la bulimia y la obesidad. La anorexia y la bulimia pueden y suelen estar relacionadas. Estas patologías pueden aparecer a lo largo de toda la vida, aunque son más frecuentes durante la adolescencia (12-18 años), y aunque se pueden dar en ambos sexos, aparecen principalmente en el sexo femenino. Este hecho es de gran importancia, ya que cada vez son más las mujeres que practican deporte y por tanto, también son más las que pueden verse afectadas por estas patologías. Las mujeres muestran en general una mayor inestabilidad de la autoimagen, menos autoestima e insatisfacción corporal mayor que en el caso de los hombres.
En cuanto a la prevalencia, se cree que alrededor de un 1% de la población padece anorexia y un 1-3% bulimia. La anorexia se manifiesta sobre todo en el sexo femenino, dándose una proporción de 9 a 1 respecto a los hombres, y el 93% de los pacientes tienen edades comprendidas entre los 14 y los 23 años. No obstante, la incidencia se está incrementando en los últimos años, ampliándose el abanico de edades al igual que el porcentaje de chicos que padecen este tipo de trastornos.
En cuanto a la duración del trastorno, los estudios demuestran que no es inferior a dos años y que el pronóstico de recuperación oscila entre el 40-60%. El 5% de los sujetos pueden llegar a fallecer por causa de esta enfermedad y el resto tienen una alta probabilidad de cronificación, todo ello en 4 a 8 años de seguimiento.
La incidencia de los trastornos alimentarios es superior en grupos de población que están sometidos a una influencia sociocultural de más exigencia; esto ocurre, en todos aquellos grupos de personas que llevan a cabo actividades relacionadas con el cuerpo y que pueden requerir una imagen esbelta y de delgadez. La existencia de este tipo de referencias es especialmente influyente y desarrollada en diversos tipos de deportes. Entre las características comunes podemos encontrar baja autoestima, una imagen corporal distorsionada en la que el cuerpo es percibido con un exceso de peso, culpabilidad, ineficiencia, perfeccionismo (ya que el sujeto percibe que puede siempre conseguir más y hacerlo mejor) y un sentido de pérdida de control con un mecanismo compensatorio ejercido a través de la manipulación de la comida.
Es muy importante que tengamos en cuanta las dietas milagro hiperproteicas o/y hiperalcalinas, ayuno intermitente, productos milagro light en la afección a estos trastornos.
Olga Martin Díaz, PEPC, PhD, Jefe Servicio Psiquiatría y Psicología Clínica Hospital La Luz, PEPC Servicio Psiquiatría HU12O, CSM Usera. Especialista Europeo en Psicoterapia, Europsy, Profesora Universidad de Navarra en MGS Psicología,UNAV,
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