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HÁBITOS CLÍNICOS EN LA MONITORIZACIÓN DE LAS LITEMIAS y FUNCIONES RENAL Y TIRODIEA EN GRAN CANARIA.

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Autor/autores: José Juan Tascón Cervera , Mª Francisca Martínez Huidobro, Claudio Cabrera Velázquez, José Luis Hernández Fleta, Carmen Nieves Hernández Flores
Fecha Publicación: 07/06/2018
Área temática: Salud mental , Bipolar, trastorno bipolar y trastornos relacionados , Tratamientos , Psicofármacos .
Tipo de trabajo:  Artículo de investigación

Servicio Canario de Salud. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

RESUMEN

INTRODUCCIÓN: El trastorno bipolar es un trastorno psiquiátrico caracterizado por fluctuaciones en el estado de ánimo, pasando por episodios de manía y depresión. Un correcto seguimiento consta de la realización de una litemia cada 1-2 meses, y monitorización de las funciones renal y tiroidea cada 6-12 meses. Sin embargo, desconocemos si se lleva en la actualidad este correcto control en estos pacientes, por lo que resulta de interés conocer si el seguimiento es adecuado a estos pacientes en la zona norte de la isla de Gran Canaria.

OBJETIVO: Conocer si se lleva un adecuado control de la toxicidad del litio mediante determinaciones séricas a los pacientes bipolares en tratamiento, y comprobar si existen diferencias significativas en el seguimiento de estos pacientes según la USM de procedencia.

 METODOLOGÍA: Se trata de un estudio descriptivo, observacional y transversal, el cual se llevará a cabo realizando una revisión de las historias clínicas de los pacientes con trastorno bipolar de las Unidades de Salud Mental de Ciudad Alta, Canalejas, Puerto y Bañaderos.

RESULTADOS: De 162 pacientes, 7 (4,32%) cumplieron un buen control de litemias, creatinina y TSH. De estos, 3 (42,85%) provenían de la USM de Bañaderos y 4 (57,15%) del Puerto. En total fueron 8 (4,94%) los pacientes que siguieron buen control de litemias, 138 (85,19%) los que tuvieron alguna medición de Creatinina y 102 (62,96%) de TSH.

CONCLUSIÓN: El seguimiento de pacientes bipolares en tratamiento con Litio es muy insuficiente. Sugerimos la realización de una revisión a mayor escala.

Palabras clave: Trastorno bipolar, litio, monitorización, litemias, función renal, función tiroidea.


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Psiquiatria.com. 2018 VOL 22

Artículo de investigación

Hábitos clínicos en la monitorización de las litemias y
funciones renal y tiroidea en gran canaria
José Juan Tascón Cervera, Claudio Cabrera Velázquez, Carmen Nieves Hernández Flores,
María Francisca Martínez Huidobro, José Luís Hernández Fleta

Resumen
INTRODUCCIÓN: El trastorno bipolar es un trastorno psiquiátrico caracterizado por
fluctuaciones en el estado de ánimo, pasando por episodios de manía y depresión. Un
correcto seguimiento consta de la realización de una litemia cada 1-2 meses, y monitorización
de las funciones renal y tiroidea cada 6-12 meses. Sin embargo, desconocemos si se lleva en
la actualidad este correcto control en estos pacientes, por lo que resulta de interés conocer
si el seguimiento es adecuado a estos pacientes en la zona norte de la isla de Gran Canaria.
OBJETIVO: Conocer si se lleva un adecuado control de la toxicidad del litio mediante
determinaciones séricas a los pacientes bipolares en tratamiento, y comprobar si existen
diferencias significativas en el seguimiento de estos pacientes según la USM de procedencia.
METODOLOGÍA: Se trata de un estudio descriptivo, observacional y transversal, el cual se
llevará a cabo realizando una revisión de las historias clínicas de los pacientes con trastorno
bipolar de las Unidades de Salud Mental de Ciudad Alta, Canalejas, Puerto y Bañaderos.

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RESULTADOS: De 162 pacientes, 7 (4,32%) cumplieron un buen control de litemias, creatinina
y TSH. De estos, 3 (42,85%) provenían de la USM de Bañaderos y 4 (57,15%) del Puerto. En
total fueron 8 (4,94%) los pacientes que siguieron buen control de litemias, 138 (85,19%) los
que tuvieron alguna medición de Creatinina y 102 (62,96%) de TSH.
CONCLUSIÓN: El seguimiento de pacientes bipolares en tratamiento con Litio es muy
insuficiente. Sugerimos la realización de una revisión a mayor escala.
Palabras clave: Trastorno bipolar, litio, monitorización, litemias, función renal, función
tiroidea.

Abstract
INTRODUCTION: Bipolar disorder is characterized by fluctuations in mood, passing through
episodes of mania and depression. A correct follow-up consists of carrying out a lithium
determination every 1-2 months, and monitoring of renal and thyroid functions every 6-12
months. However, we do not know if this correct control is currently carried out in these
patients, so it is of interest to know if the follow-up is appropriate for these patients in the
northern area of the island of Gran Canaria.
OBJECTIVE: To determine if lithium toxicity is adequately controlled by means of serum
determinations for bipolar patients under treatment, and to verify if there are significant
differences in the follow-up of these patients according to the USM of origin.
METHODOLOGY: This is a descriptive, observational and cross-sectional study, which will be
carried out by reviewing the medical records of patients with bipolar disorder of the Mental
Health Units of Ciudad Alta, Canalejas, Puerto and Bañaderos.
RESULTS: Of 162 patients, 7 (4.32%) fulfilled a good control of litemias, creatinine and TSH. Of
these, 3 (42.85%) came from the USM of Bañaderos and 4 (57.15%) from the Port. In total
there were 8 (4.94%) patients who followed good control of literature, 138 (85.19%) who had
some measurement of Creatinine and 102 (62.96%) of TSH.

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CONCLUSION: The follow-up of bipolar patients under treatment with Lithium is very
insufficient. We suggest carrying out a review on a larger scale.

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INTRODUCCIÓN
El trastorno bipolar es un trastorno psiquiátrico caracterizado por fluctuaciones en el estado
de ánimo, pasando por episodios de manía y depresión. Ocurre aproximadamente en un 1 de
cada 100 adultos, afectando en igualdad a hombres y mujeres e iniciándose generalmente
durante o después de la adolescencia, siendo muy raro que comience pasados los 40 años. 1

La manía es un estado de ánimo elevado en el que hay un aumento de la impulsividad del
paciente y en los que pueden aparecer delirios de grandiosidad, megalomanía o ideación
mesiánica.(3)
Por otro lado, en los episodios depresivos encontramos decaimiento, tristeza, anhedonia,
cansancio, dificultad o exceso de sueño, dificultad de concentración, exceso o ausencia de
apetito e incluso pensamientos de muerte o suicidio (5).
Actualmente no existe cura para el trastorno bipolar. No obstante, el tratamiento de la
enfermedad puede ayudar al control de los síntomas y a controlar los cambios en el estado
de ánimo y en el comportamiento. Es imprescindible que el tratamiento sea constante (5), ya
que el abandono terapéutico constituye la primera causa de recaída(6).
El tratamiento farmacológico es un elemento indispensable en todas sus fases. Son
imprescindibles para reducir la intensidad, frecuencia y consecuencias de los episodios
agudos, y mejorar el funcionamiento global y la calidad de vida entre los episodios. Entre las
opciones farmacológicas encontramos los medicamentos estabilizadores del ánimo como el
Litio y otros anticonvulsivos como el Valproato Sódico, la Carbamazepina, la Oxcarbazepina o
la Lamotrigina.
También pueden ser útiles antipsicóticos de primera generación (Clorpromacina o
Haloperidol por ejemplo) y de segunda generación (como la Risperidona, la Olanzapina o la
Quetiapina). También los antidepresivos y los ansiolíticos pueden ser eficaces en algunos
momentos de la enfermedad (6).

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Respecto a los fármacos estabilizadores del ánimo, es necesario destacar la aparición del litio
en los años 50, ya que constituyó un cambio radical en el tratamiento y pronóstico de la
enfermedad. A día de hoy se sigue considerando la primera línea de tratamiento (6) y aunque
aún no está claro su mecanismo de acción (7), es con toda probabilidad el estabilizante del
ánimo más eficaz (1).
Se considera especialmente útil en el tratamiento a largo plazo del trastorno bipolar (8),
donde además se ha constatado su eficacia en la prevención del suicidio y de autolesiones
deliberadas (9).
Diversos estudios han demostrado la eficacia del litio en dosis estándar versus placebo en el
tratamiento de la manía aguda (10) , aunque dado su inicio de acción relativamente lento, se
suele administrar junto a algún antipsicótico como el aripiprazol. Esta combinación
terapéutica también podría utilizarse si se trata de una manía severa, psicótica o que se
acompaña de trastornos en el comportamiento (11).
También el litio se utiliza en el tratamiento de la depresión bipolar, pudiéndose administrar
en monoterapia o en caso de refractariedad junto a lamotrigina, junto a otro estabilizador del
ánimo, junto a algún fármaco ISRS, o junto a olanzapina (12).
Además, al litio se le ha atribuido un efecto neuroprotector, reduciéndose la tasa de demencia
en pacientes con trastorno bipolar en tratamiento con litio a largo plazo respecto a pacientes
en tratamiento con fármacos anticonvulsivos, antidepresivos o antipsicóticos (13), e incluso
se ha apreciado una disminución en la demencia tipo Alzheimer con respecto a los pacientes
bipolares que no recibieron tratamiento con Litio (14).
Sin embargo, el litio en dosis inadecuadas supone para el organismo un riesgo potencial de
toxicidad (1), (6) por lo que deberá realizarse un riguroso seguimiento clínico y una
monitorización de los niveles séricos de fármaco adecuados. Este seguimiento consta de 1 o
2 litemias semanales al comienzo del tratamiento. Posteriormente, siempre y cuando no haya
alguna complicación, las determinaciones séricas de litio se determinarán cada 1-2 meses
(15).

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La litemia mínima eficaz recomendada oscila de 0,5 a 0,8 mEq/L (15), aunque generalmente
suelen conseguirse los efectos antimaníacos con niveles séricos de 0,8 a 1,2 mEq/L (16). No
obstante, no ha de superarse estos valores ya que podría suponer una intoxicación que en
medida del valor sérico de litio será más o menos dañina (15). Su tasa de mortalidad es inferior
al 1% (17). Es nuestro interés conocer la realidad de las determinaciones de litemia en cuanto
a su frecuencia de indicación por parte de los clínicos, así como conocer el patrón de
monitorización de la función renal y tiroidea en nuestros pacientes con Trastorno Bipolar y
tratados con Carbonato de Litio.

METODOLOGÍA
Hemos llevado a cabo un estudio descriptivo, observacional y transversal acerca del
seguimiento por parte de los profesionales de la salud mental a los pacientes diagnosticados
de Trastorno Bipolar, según criterios CIE-10, en tratamiento con litio en la actualidad y
procedentes de las USM pertenecientes al Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor
Negrín. Se ha tomado como periodo de estudio un año natural desde el 1 de Marzo de 2017
hasta el 28 de Febrero de 2018. Las Unidades de Salud Mental incluidas en el estudio son las
de Ciudad Alta, Bañaderos, Canalejas y Puerto.
El estudio se ha realizado siguiendo las pautas que rige el Comité Ético del Hospital Doctor
Negrín.
Los pacientes han sido censados a través de los diagnósticos clínicos que figuran en el RECAP
(registro de casos psiquiátricos) y la información de la historia clínica se ha obtenido a partir
del programa DRAGO de atención especializada del Servicio Canario de Salud Del total de
pacientes bipolares del área norte de la isla de Gran Canaria, se seleccionan aquellos
pacientes vivos en tratamiento con Litio en la actualidad, siendo estos un total de 169.
Aquellos pacientes hospitalizados en la Unidad de Internamiento Breve (UIB) del Hospital
Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín durante el tiempo estudiado fueron excluidos
del estudio, quedando un número final de 162 pacientes.

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Junto al número de historia clínica de estos pacientes, se indicó el sexo, edad, años de
evolución, dosis y USM de procedencia de los pacientes. Acto seguido, se recopilaron los
siguientes datos analíticos: realización o no de mediciones de Creatinina sérica, número de
mediciones de Creatinina, realización o no de mediciones de TSH, número de mediciones de
TSH, realización o no de litemias y número de litemias realizadas. Además, se calculó la litemia
media de cada paciente.
Posteriormente se realizó el análisis estadístico a partir de la base de datos, se calcularon los
resultados y se buscaron asociaciones estadísticamente significativas entre los resultados
según las características de nuestra población y según Unidad de Salud Mental.

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RESULTADOS
Se seleccionaron un total de 162 pacientes bipolares en tratamiento con litio en la actualidad
sin hospitalización en UIB durante el periodo de estudio. De estos, 49 (30,24%) provenían de
la USM de Bañaderos, 46 (28,39%) de la USM Puerto, 36 (22,22%) de la USM Canalejas y 31
(19,13%) de la USM de Ciudad Alta.
Tal y como queda reflejado en la Tabla 1 de nuestra población de estudio, 101 (62,3%) los
pacientes eran mujeres, y 61 (37,7%) varones. La edad media de nuestros pacientes era de 54
años (±13). De ellos, 141 (87%) llevaban más de 10 años diagnosticados de Trastorno Bipolar,
mientras que 12 (7,4%) llevaban entre 5 y 10 años diagnosticados y 9 (5,6%) menos de 5 años
diagnosticados. La dosis media fue de 827 (±307) mg/día, mientras que tanto la mediana
como la moda fueron de 800 mg/día. Además, la litemia media de nuestra población fue de
0,74 mmol/L.
Se asumieron las pautas de la AEMPS(15) a la hora de valorar un seguimiento global como
correcto. Es decir, se consideró como válido la realización de mínimo 6 litemias en un año, y
al menos una medición de Creatinina y TSH durante un año.
Del total de 162 pacientes, únicamente 7 (4,32%) cumplieron un buen control analítico de
litemias, creatinina y TSH, lo cual queda reflejado en la Gráfica 1.
Al observar la distribución de frecuencias de las pruebas realizadas en nuestra población,
observamos que de los 162 pacientes fueron 24 (14,81%) los que no se realizaron ninguna
litemia en el último año, al igual que fueron 24 (14,81%) los que no efectuaron ninguna
medición de Creatinina sérica. Mientras que a 60 pacientes (37%) no se les midió la TSH en
este periodo. Unos 16 pacientes (9,88%) en total, no se realizaron ninguna de estas pruebas
en este tiempo.
Comprobamos que fueron 8 (4,94%) los pacientes que cumplieron el mínimo de 6 litemias
anuales. En cuanto a la monitorización de creatinina sérica, fueron 138 (85,19%) los pacientes
que tuvieron un buen control, mientras que a 102 pacientes (62,96%) se les llevó un adecuado
seguimiento de la función tiroidea.

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A la hora de estudiar por Unidades de Salud Mental, tal y como observamos en la Tabla 3 y
en la Gráfica 2, comprobamos que ningún paciente (0%) de las USM de Ciudad Alta y Canalejas
llevaron un buen seguimiento global. De la USM de Bañaderos fueron 3 (6,12%) de 49 los
pacientes de la Unidad los que llevaron un buen control, y de la USM Puerto fueron 4 (8,70%)
de sus 46 sujetos.
En lo que a litemias se refiere, los resultados son similares a los de buen seguimiento global
salvo en la USM de Canalejas, donde hubo 1 paciente (2,78%) de sus 36 que sí se realizó
litemias correctamente.
En cuanto a las mediciones de Creatinina, en la USM Bañaderos se realizó un buen control en
45 pacientes (91,84%). En la USM Puerto se realizó un correcto seguimiento en 39 pacientes
(84,78%), en USM Canalejas en 30 (83,33%) y en USM Ciudad Alta 24 (77,42%).
Respecto a la monitorización sérica de la TSH, a 41 pacientes (83,67%) se les realizó
correctamente en la USM Bañaderos, mientras que a 31 (67,39%) en USM Puerto, 17 (47,22%)
en USM Canalejas y 12 (38,71%) en USM Ciudad Alta.
En los resultados de la Tabla 4, observamos que de los 162 pacientes del estudio, fueron 16
(9,87%) los que no se realizaron ninguna prueba analítica en el último año. De ellos, 3
(18,75%) provenían de Bañaderos, 6 pacientes (37,5%) de los 16 eran de Canalejas, 5
pacientes (31,25%) de Ciudad Alta y 2 pacientes (12,5%) de USM Puerto.
Comprobamos que de los 49 pacientes de la USM Bañaderos, 5 (10,20%) de ellos no se
realizaron ninguna litemia, mientras que 4 (8,16%) y 7 (14,29%) de ellos no se monitorizaron
en el último año ni la Creatinina ni la TSH, respectivamente. Fueron 3 (6,12%) los pacientes
de esta unidad que no realizaron ninguna prueba.
De los 36 pacientes de Canalejas, 7 (19,44%) no se realizaron ninguna litemia. Por otro lado,
6 (16,67%) ninguna medición de Creatinina, y 18 (50%) ninguna de TSH. Finalmente, 6
(16,67%) pacientes de esta unidad no se realizaron ninguna prueba.
En Ciudad Alta,de sus 31 pacientes, 6 (13,04%) no se realizaron ninguna litemia, 7 (22,58%)
ninguna medición de Creatinina, 19 (61,22%) ninguna monitorización de TSH y 5 (16,13%)
ninguna prueba.

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Por último, en la USM Puerto, 6 (13,04%) de sus pacientes no se realizaron ninguna litemia, 7
(14,81%) ninguna Creatinina, 16 (34,78%) ninguna TSH y 2 (4,35%) ninguna prueba.
No se encontró ninguna asociación estadísticamente significativa entre los resultados del
seguimiento a los pacientes y las características demográficas de nuestra población de
estudio, así como tampoco según USM de filiación. Tampoco se encontró asociación
significativa entre el abandono de seguimiento al paciente al fraccionar según USM de
procedencia.

DISCUSIÓN
Los hallazgos principales de este estudio se hallan en que sólo 7 de los 162 pacientes han
seguido un control global adecuado según lo aconsejado por la AEMPS(15). Llama
especialmente la atención que únicamente 8 pacientes se han realizado las litemias cada 1-2
meses, mientras que 138 pacientes siguieron un adecuado control de la función renal y 102
de la función tiroidea.
En el Reino Unido, entre los años 2008 y 2011, se realizó por parte del Observatorio de
Prescripción para la Salud Mental (POMH-UK), un Programa de Mejora de la Calidad (QIP) en
el seguimiento del paciente bipolar en tratamiento con litio. Se invitó a todo el sistema
sanitario británico a participar (23).
Se realizaron 3 auditorías. La primera en el año 2008, la segunda 18 meses después y la tercera
3 años después de la primera. Cada auditoría constó de una revisión transversal, descriptiva
y observacional para determinar el seguimiento del paciente bipolar en tratamiento con litio
por parte de los profesionales de la salud. Entre auditoría y auditoría se publicaron los
resultados y se introdujeron medidas para concienciar a los profesionales de la salud, y de
este modo volver a evaluar el seguimiento y comprobar la efectividad de la intervención.
1ª Auditoría: "Standards of lithium monitoring in mental health trusts in the UK" (23): un total
de 436 equipos clínicos recogieron datos de unos 3.373 pacientes bipolares en tratamiento
con litio y evaluaron el seguimiento en el año previo.

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Aunque se asemeja bastante a nuestro estudio, ambos difieren en algunos aspectos:
El estudio británico diferenció dos subgrupos: por un lado aquellos pacientes que iniciaron
tratamiento hace menos de un año, y por otro lado, pacientes que iniciaron el tratamiento
hace más de un año, siendo 2.976 el total de pacientes de este subgrupo. En los pacientes
que iniciaron el tratamiento durante el año previo, se comprobó si se habían realizado
mediciones de la función renal y tiroidea antes de iniciar el tratamiento y que habían recibido
información acerca de los efectos secundarios del litio, los factores de riesgo para la toxicidad
del litio y los signos y síntomas de toxicidad. En cambio, en nuestro estudio no realizamos esta
diferenciación en subgrupos, ni solicitamos esto para los pacientes que iniciaron tratamiento
en el último año. Debido a ello, compararemos nuestros resultados con los resultados de los
pacientes que llevan más de un año desde el inicio del tratamiento.
En lo que a la recogida de datos se refiere, en el estudio de POMH-UK se recopilaron los
siguientes datos: edad, sexo, origen étnico y diagnóstico psiquiátrico primario. Aunque en
nuestra base de datos no contiene el origen étnico y el diagnóstico psiquiátrico primario de
los pacientes, sí que recoge otra serie de datos importantes como puede ser los años de
evolución, la dosis pautada a cada paciente o el cálculo de la litemia media.
A la hora de considerar un seguimiento como válido, el estudio británico siguió las pautas que
dicta la NICE (National Institute for Health and Care Excellence) (24), mientras que nuestro
estudio se basó en las indicaciones de la AEMPS (Agencia Española de Medicamentos y
Productos Sanitarios)(15). La NICE(24) da por válido un seguimiento que conste de litemias
cada 3 meses, y mediciones de las funciones renal y tiroidea cada 6 meses. Por el contrario,
la AEMPS(15) habla de realizaciones de litemias mínimo cada 1-2 meses, y monitorizaciones
de las funciones renal y tiroidea cada 6-12 meses. Tanto nuestro estudio como el británico
tienen en cuenta para la valoración de las funciones renal y tiroidea mediciones del valor
sérico de Creatinina y TSH.
Además, el estudio británico también comprobó si a los pacientes se les había pesado en el
último año, ya que también se ha relacionado el tratamiento con litio con la ganancia de peso
(25).

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Mientras que en nuestro estudio la proporción de mujeres fue del 62,3% del total, en el
estudio británico el porcentaje femenino fue del 59%. La edad media de la población nuestro
estudio fue de 54 años , y la del estudio británico de 55 años.
Respecto a los resultados de nuestro estudio, únicamente 7 pacientes (4,31%) siguieron el
seguimiento que recomienda la AEMPS(15). En lo que respecta a las litemias, fueron 8
pacientes (4,93%) los que cumplieron con la realización de litemias cada 1-2 meses, mientras
que 138 (85,15%) y 102 (60,71%) fueron los pacientes que siguieron respectivamente una
monitorización de los niveles séricos de Creatinina y TSH cada 6-12 meses como mínimo.
En cuanto a los resultados del estudio británico, el 30% de los pacientes se realizaron 4 o más
litemias durante el año. En el 55% de la población estudiada se realizaron mediciones de
Creatinina mínimo cada 6 meses, y en el 49,59% de los pacientes se midió el valor sérico de
TSH al menos cada 6 meses, cumpliendo con los estándares de la guía NICE(24).
Sin embargo, al observar los resultados del estudio británico, observamos que 2423 pacientes
(81,41%) se realizaron monitorizaciones de la Creatinina al menos una vez al año y 2452
pacientes (82,39%) los que se realizaron al menos una medición sérica de TSH en el último
año, cumpliendo así las recomendaciones de la AEMPS(15). Respecto a las litemias, el estudio
británico no menciona cuantos pacientes se realizaron el mínimo de 6 litemias que aconseja
la AEMPS, pero sí que refleja que fueron 399 (13%) los pacientes que se realizaron 5 o más
litemias, dato que se asemeja bastante más a los criterios de la AEMPS que sigue nuestro
estudio, a la vez que en nuestro estudio fueron 12 (7,40%) los pacientes que se realizaron
mínimo 5 litemias.
Por tanto, concluimos en que en los pacientes del estudio británico se monitoriza mejor los
niveles séricos de Litio y TSH, mientras que en los pacientes de nuestro estudio se monitoriza
mejor la Creatinina sérica.
2ª y 3ª Auditoría: "Monitoring lithium therapy: the impact of a quality improvement
programme in the UK" (26): en este segundo estudio, publicado en 2013, además de los datos
recopilados en la revisión anterior, se recogieron datos de las nuevas auditorías realizadas a
los 18 meses, en el año 2010, y a los 3 años, en el 2011.

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En ambos se volvieron a seleccionar los mismos datos que en el estudio de base, y se volvió
adividir la población en dos subgrupos según llevaran más o menos de un año de tratamiento
con Litio.
En la población de la auditoría de 2010, participaron un total de 515 equipos clínicos,
analizando un total de 3.647 pacientes. De esta población, el 59% eran mujeres y la edad
media era de 54 años. Por otro lado, en la revisión del año 2011 participaron 785 equipos
médicos y se seleccionaron 5.683 pacientes, con una edad media de 56 años y siendo el
porcentaje de mujeres del 58%. En total, los pacientes del segundo estudio con más de un
año de tratamiento eran 3.169 (88%), mientras que en el tercero eran 5.057 (89%).
En los resultados de la segunda auditoría, observamos que los datos son prácticamente
iguales que en la revisión anterior, ya que únicamente un 30% de los pacientes se realizaron
4 o más litemias durante el año y un 49% de los pacientes se realizaron mínimo 2 mediciones
de la TSH.
Incluso, los resultados son ligeramente peores en la monitorización sérica de la Creatinina ya
que desciende de un 55% a un 53% el número de pacientes que realizaron al menos dos
monitorizaciones tal y como aconseja la guía NICE (24).
Sin embargo, en los resultados de la tercera revisión sí que observamos una clara mejoría. En
cuanto a pacientes que se realizaron 4 o más litemias, se pasó del 30% al 48%. Respecto a las
mediciones de la función tiroidea, del 49% de pacientes que se realizó mínimo dos mediciones
de TSH, se pasó al 66%, y en la valoración de la función renal, el porcentaje de pacientes que
se realizaron mínimo dos monitorizaciones de Creatinina se implementó hasta el 70%.
Dado que no disponemos de los resultados de pacientes que se realizaran 6 o más litemias en
las revisiones británicas, aplicamos los criterios NICE(24) a nuestra población de estudio.
Observamos que pese a ser más exigentes las recomendaciones de la AEMPS(15), se lleva un
mejor control de las litemias en las 3 auditorías británicas. Comprobamos que también es
peor la monitorización de TSH en nuestro estudio que en las revisiones británicas, y que los
resultados en la medición de Creatinina son similares en nuestro estudio y en la primera
auditoría, ligeramente mejores que en la segunda y peores que en la tercera.

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"Impact of active monitoring on lithium management in Norfolk" (27): un estudio del año
2013 realizado en Norfolk (Reino Unido) revisó la monitorización de los niveles de litio en
pacientes bipolares en tratamiento. En el año 2004, se estableció un registro regional de litio
y una base de datos dentro de Norfolk, previo consentimiento del paciente.
Este estudio descriptivo compara los resultados del seguimiento a los pacientes en el año
2005-2006, justo un año después la creación del registro, con los resultados del año 20112012, una vez el registro llevaba varios años asentado.
Los objetivos principales de la base de datos son garantizar que todos los pacientes con litio
tengan acceso a información adecuada, educación y asesoramiento especializado, y que se
les realicen exámenes de sangre periódicos siguiendo un protocolo acordado.
Se revisó la realización de litemias, junto a la monitorización de la función renal y tiroidea
mediante las mediciones de Creatinina sérica y TSH.
En el año 2005-2006, en cuanto a litemias cumplieron con los criterios que pauta la guía
NICE(24) el 31,8% de la población estudiada. Respecto a las Creatininas fue el 17,5% de la
población el que cumplió los criterios y respecto a TSHs fue el 15,5%.
Estos porcentajes, pasaron a ser en el año 2011-2012 al 68,5% en lo que a litemias respecta.
En mediciones de la Creatinina fueron el 89,8% de los pacientes los que cumplieron los
criterios NICE (24) y en mediciones de la TSH pasó a ser 86,1% de la población.
Como podemos observar, los resultados son notablemente mejores en el año 2011-2012. Por
tanto, podríamos concluir en que la base de datos de Norfolk y el registro regional de litio
cumplieron sus objetivos.
A la hora de comparar los resultados en el seguimiento de estos pacientes respecto a nuestra
investigación, nos percatamos del pobre seguimiento que llevan los pacientes de nuestro
estudio. Si aplicáramos los criterios de la AEMPS (15), que permite la realización de al menos
1 medición de Creatinina o TSH al año, el 91% de la población del año 2005-2006 y el 99,5%
de los pacientes de la población del año 2011-2012, mientras que en nuestros pacientes el
porcentaje fue del 85,19%.

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Respecto a las TSHs, en nuestra población el 63,58% de los pacientes se realizaron al menos
una medición de TSH en el año, siendo resultados mejores que en los de la población de la
revisión del año 2005-2006, donde el 43,2% se realizó al menos una medición de TSH, aunque
son peores que en la del año 2011-2012, ya que el 98,8% de los pacientes midieron su TSH al
menos una vez en el año.
En cuanto a las litemias, no disponemos de los pacientes del estudio de Norfolk que se
realizaron el mínimo de 6 litemias que aconseja la AEMPS (15), pero sí el número de sujetos
que se realizaron 5 o más litemias, lo cual se asemeja más a los criterios de la AEMPS que
sigue nuestro estudio. Obtenemos peores resultados en nuestros pacientes que en las
poblaciones de Norfolk de los años 2005-2006 y 2011-2012. En nuestro estudio, el 7,40% de
los pacientes se realizaron 5 o más litemias, mientras que en el estudio de Norfolk del año
2005-2006 fueron el 8,5% de los pacientes y en el del año 2011-2012 el 24%. Incluso aplicando
los criterios NICE(24) que permiten la realización de mínimo 4 litemias al año, los resultados
son peores en nuestro estudio: 31,8% en la población de Norfolk del año 2005-2006, 68,5%
en la población de Norfolk del año 2011-2012, 19% de los pacientes de nuestro estudio.

CONCLUSIÓN
El seguimiento a pacientes bipolares en tratamiento con Litio por parte de los profesionales
de la salud mental en el área Norte de Gran Canaria es mejorable.

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LIMITACIONES DE NUESTRO ESTUDIO
Declaramos la ausencia de conflictos de interés.
Se trata de un estudio retrospectivo. No se ha tenido en cuenta el número de litemias
solicitadas no realizadas, lo que hubiera sido útil para esclarecer el factor paciente en el mal
seguimiento. Pese a contar con un número de pacientes amplio (162), el hecho de que
únicamente 7 pacientes llevaran un buen control global supuso otra limitación para nuestro
estudio, ya que imposibilitó la búsqueda de cualquier asociación estadísticamente
significativa. Por tanto, desconocemos si existen diferencias significativas en el control del
paciente en tratamiento con Litio según Unidad de Salud Mental, ya que en todas el
seguimiento es malo.
No se ha tenido en cuenta el número de litemias solicitadas por parte de los profesionales de
la salud y no realizadas por el paciente, lo que nos hubiera permitido esclarecer el factor
paciente en la falta de seguimiento y lo cual constituye otra limitación de nuestro estudio. No
obstante, no deja de ser parte de la responsabilidad del médico el insistir y preocuparse por
la salud del paciente, y constatar que sus pacientes están realizando un control adecuado. Por
ello, podría ser positiva la instalación de un sistema de advertencia en el laboratorio que
alerte al médico cuando un paciente omita un control.

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