Autor/autores:
Kristin L. Bigos y Andrea M. Goldensohn
En el número actual de biological psychiatry, Gillespie et al. muestran una asociación notable entre el uso de estatinas y marcadores cognitivos que indican una menor vulnerabilidad psicológica a la depresión, incluido el sesgo afectivo y el procesamiento de recompensas. En este estudio, el uso de estatinas se asoció con un reconocimiento reducido de rostros en...
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En el número actual de biological psychiatry, Gillespie et al. muestran una asociación notable entre el uso de estatinas y marcadores cognitivos que indican una menor vulnerabilidad psicológica a la depresión, incluido el sesgo afectivo y el procesamiento de recompensas.
En este estudio, el uso de estatinas se asoció con un reconocimiento reducido de rostros enojados y temerosos, y un aprendizaje reducido sobre los estímulos asociados con la pérdida. Además, estos indicadores de sesgo negativo reducido no se encontraron en pacientes que tomaban medicamentos antihipertensivos, sin estatinas.
Se deben realizar futuros estudios clínicos prospectivos, controlados y aleatorizados para determinar el uso potencial de las estatinas como tratamiento profiláctico para la depresión. Las estatinas se encuentran entre las clases de medicamentos recetados con mayor frecuencia, y su uso se ha asociado con un menor riesgo de mortalidad por todas las causas, con un efecto aún mayor en pacientes con demencia.
Estos nuevos datos sugieren un papel potencial para las estatinas en la prevención y el tratamiento de la depresión, especialmente en adultos mayores, lo que puede contribuir a sus efectos sobre la esperanza de vida al promover la resiliencia psicológica. El uso seguro y efectivo de medicamentos para la prevención y/o el tratamiento de los síntomas del estado de ánimo es aún más importante durante la pandemia de COVID-19.
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