Se espera que el número de personas con demencia en todo el mundo aumente a aproximadamente 1. 300 millones en 2050. Casi el 90% de los pacientes diagnosticados con demencia padecen síntomas conductuales y psicológicos de demencia (BPSD). Las causas y factores de riesgo de BPSD son múltiples y complejos y pueden ser responsables de hospitalizaciones en instituciones de larga duración, hospitalizaciones psiquiátricas y búsqueda de servicios de salud.
Recientemente, la imposición mundial de la distancia social y el autoaislamiento como las mejores medidas preventivas para la pandemia de COVID-19 ha creado desafíos en el cuidado y manejo de la salud de la población con demencia, que pueden desencadenar o agravar el BPSD, y la mayoría de los cuidadores no están preparados para abordarlo.
Ante este distanciamiento social real, la telemedicina pasa a ser una herramienta para mejorar el manejo de estos síntomas agudos y la atención mental. En este artículo discutimos y difundimos recomendaciones sobre esta importante alternativa de asistencia, especialmente considerando los casos de BPSD.
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En este contexto de pandemia, incluso los pacientes con BPSD y sus cuidadores requieren una orientación más frecuente y actualizada, considerando el difícil contexto de distanciamiento social. La telemedicina puede reducir el riesgo de desarrollo de resultados negativos en la salud mental precipitados por la reducción del contacto social y el menor acceso a los servicios de salud, mejorando el manejo de los síntomas de la demencia, principalmente BPSD.
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