El Comité de Pautas de tratamiento de los Trastornos del Estado de Ánimo, Sociedad Japonesa de Trastornos del Estado de Ánimo, publicó una guía japonesa para el tratamiento de la depresión en la vejez en 2020. Con base en esa guía, la presente guía se desarrolló y revisó para incorporar las sugerencias de expertos mundiales y la...
El Comité de Pautas de tratamiento de los Trastornos del Estado de Ánimo, Sociedad Japonesa de Trastornos del Estado de Ánimo, publicó una guía japonesa para el tratamiento de la depresión en la vejez en 2020. Con base en esa guía, la presente guía se desarrolló y revisó para incorporar las sugerencias de expertos mundiales y la última evidencia publicada.
En el diagnóstico de la depresión en la vejez, es importante diferenciarla cuidadosamente de los trastornos bipolares, estados depresivos causados por enfermedades cerebrales físicas y orgánicas, efectos de fármacos y demencia, y determinar la comorbilidad entre la depresión en la vejez y la demencia.
Es necesario comprender completamente las características clínicas y los antecedentes psicosociales de la depresión en la vejez, evaluar la condición del paciente y proporcionar intervenciones básicas basadas en estos factores.
La terapia de resolución de problemas, la terapia de reminiscencia/terapia de revisión de la vida, la terapia de activación conductual y otras formas de psicoterapia pueden reducir los síntomas depresivos.
En términos de farmacoterapia, se recomiendan antidepresivos más nuevos o antidepresivos no tricíclicos para la depresión en la vejez, y se recomienda que primero se determine la eficacia de la dosis efectiva mínima.
El cambio de antidepresivos y el aumento de aripiprazol se puede utilizar para la terapia resistente al tratamiento.
La terapia electroconvulsiva y la estimulación magnética transcraneal repetitiva han demostrado su utilidad para la depresión en la vejez.
La terapia de ejercicio, la terapia de luz de alta intensidad y la terapia de dieta también muestran cierta eficacia y son útiles para la depresión en la vejez.
La terapia de continuación debe mantenerse durante al menos 1 año después de la remisión.
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