Entendemos por estrés cualquier elemento, ya sea real o imaginario, que puede poner en peligro la vida de un individuo y que desencadena una serie de respuestas dirigidas a disminuir el impacto estresante y reestablecer la homeostasis previa.
El concepto de estrés fue definido por primera vez en 1914 por Cannon. Se refirió al estrés como una reacción fisiológica originada en la percepción de las situaciones o bien aversivas o amenazantes, lo que determinaría el desarrollo de conductas de lucha o huida.El estrés, según recientes estudios, toca un 80% de la población.
El estrés es una respuesta física y emocional a una demanda o desafío percibido.
Cuando una persona enfrenta una situación que considera demandante o amenazante, su cuerpo reacciona de manera que lo prepara para actuar, lo cual se conoce como la respuesta de "lucha o huida". Esta respuesta incluye la liberación de hormonas como el cortisol y la adrenalina, lo que resulta en una serie de cambios físicos, como aumento del ritmo cardíaco, mayor presión arterial, y una liberación de energía rápida.
El estrés puede ser agudo o crónico.
El estrés agudo es una respuesta breve y directa a una amenaza inmediata, que puede ser beneficiosa en situaciones que requieren una reacción rápida o un esfuerzo intenso.
Por otro lado, el estrés crónico ocurre cuando una persona enfrenta desafíos o presiones constantes sin suficiente alivio o descanso entre ellos, lo cual puede tener efectos negativos en la salud, incluyendo problemas del corazón, ansiedad, depresión, problemas digestivos, y dificultades en el sistema inmunológico.
En resumen, el estrés es una parte natural de la vida y la respuesta del cuerpo a cualquier tipo de demanda o amenaza. Sin embargo, el manejo efectivo del estrés es crucial para mantener una buena salud física y mental.
La percepción de un evento como estresante, depende de la valoración cognitiva que el individuo hace al respecto. Esta evaluación resulta de la relación establecida entre los recursos y la vulnerabilidad individual para enfrentar ese evento. Asimismo, de esa relación resultan respuestas de afrontamiento con duración, frecuencia e intensidad variadas.
Posiblemente no se puedan evitar las situaciones preocupantes, pero sí se pueden manejar las respuestas y reacciones a ellas aprendiendo a relajarse y desarrollando autocontrol.
Para la mayoría de la gente es normal padecer estrés y es, a veces, un motivo de orgullo, un signo de éxito profesional en una sociedad que nos empuja a ir cada vez más deprisa, a ser cada vez más competitivos.La sociedad moderna vive y se desarrolla de manera acelerada enfrentándose cada día a fuertes demandas impuestas por el medio, provenientes de corrientes como el consumismo y la globalización, las cuales llevan a los individuos a cambiar su ritmo de vida, generando una serie de reacciones y estados emocionales tensos, los cuales impiden la realización de tarea específicas que pueden resumir en una corta palabra: estrés
Nuestros antepasados reaccionaban de inmediato ante un hecho que amenazaba su vida. Para sobrevivir ante el peligro, el hombre de las cavernas debía ya sea luchar o huir. Una vez desaparecido el peligro el hombre de las cavernas volvía a la calma. Desde el punto de vista físico, existen pocas diferencias entre el hombre de las cavernas de entonces y nosotros. Sin embargo en la actualidad nos vemos expuestos con mayor frecuencia a amenazas y presiones psíquicas, tales como las discusiones con el superior, las dificultades del tránsito, las colas, las cuentas pendientes, etc.
El estrés, nos ayudó a enfrentarnos a un medio hostil que requería una respuesta rápida y eficaz, se volvió automática para ser más eficiente aún, y esta respuesta inconsciente, muy rápida e instintiva, desarrollada para facilitar la supervivencia es hoy el problema, porque el medio que nos dio origen ya no existe y nosotros solo estamos adaptados genéticamente a ese específico medio que ha desaparecido y jamás retornará.
La respuesta correcta en nuestro medio original frente a un elevado estrés era: lucha o huye, y en ambos casos las substancias que se vertían a la sangre para prepararnos ante un esfuerzo intenso y explosivo eran consumidas, hoy hay que aguantar situaciones tensas ante personas que se hallan en una posición de autoridad, sin embargo aguantar contracturado me intoxica, resistir en calma es lo correcto, pero todo mi acervo genético se rebela, solo una adaptación cultural como la relajación puede permitir adoptar fórmulas adecuadas de comportamiento que impidan que la tensión me envenene.
La fuente primordial del estrés es hoy de origen social , es permanente y de una intensidad en ocasiones intolerable. El cuerpo resiste con dificultad esta presión y llegado cierto punto se desencadenan patologías cuyo origen es el estrés, combatir el estrés es como ninguna otra cosa cuidar la salud y permitir que suceda un nuevo proceso evolutivo basado en el desarrollo de la conciencia tranquila.