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   Diccionario médico, definiciones y términos de psiquiatría

Glosario de términos psicopatológicos e históricos psiquiátricos

Autores: Ildefonso Gómez-Feria Prieto, Elieser López, Pedro Moreno Gea y colaboradores


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Trastornos del habla

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trastornos del habla específicamente relacionados con dificultades en la articulación de sonidos, conocidos como trastornos fonológicos o de articulación. Cuando se menciona la sustitución de sonidos, como usar [T] en lugar de [K], se refiere a un patrón común en estos trastornos donde el hablante reemplaza sistemáticamente un sonido por otro que le resulta más fácil de pronunciar.

Estas dificultades de habla no se deben a discapacidad intelectual, deficiencia sensorial o motora, o privación ambiental, indicando que los problemas de articulación son más pronunciados de lo que uno esperaría dadas estas condiciones. Esto apunta hacia un trastorno del habla de origen funcional, es decir, aquel que no tiene una causa física, sensorial o intelectual identificable.

En el contexto de la evaluación y el diagnóstico de los trastornos del habla, es importante considerar la edad del niño y el desarrollo típico del habla y el lenguaje, ya que algunas "sustituciones de sonidos" pueden ser parte del desarrollo normal del habla en ciertas edades. Sin embargo, cuando estos patrones persisten más allá de las etapas típicas del desarrollo, pueden indicar un trastorno de articulación o fonológico.

La intervención temprana es clave para ayudar a los niños con trastornos del habla a mejorar su pronunciación y habilidades de comunicación. Esto generalmente implica terapia del habla y lenguaje con un patólogo del habla y lenguaje (logopeda), quien puede proporcionar estrategias y ejercicios específicos para ayudar al niño a aprender a producir los sonidos correctamente.


Trastornos del sueño

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El término "trastornos del sueño vigilia" se refiere a una categoría amplia de problemas que afectan el patrón normal de sueño de las personas. Estos trastornos pueden variar ampliamente en sus manifestaciones y causas, incluyendo dificultades para conciliar el sueño, mantenerse dormido, o problemas con dormir en tiempos inapropiados.

Para el DSM-IV-TR los trastornos del sueño se dividen en cuatro apartados:

1) Trastornos primarios del sueño que comprenden las disomnias, caracterizadas por trastornos de la cantidad, calidad y horario del sueño y las parasomnias, caracterizadas por conductas anormales asociadas al sueño.

2) Trastornos del sueño relacionados con una enfermedad mental.

3) Trastornos del sueño relacionados con enfermedades médicas.

4) Trastornos del sueño inducido por sustancias.

Aquí hay algunos de los trastornos del sueño vigilia más comunes:

Insomnio: Dificultad para conciliar el sueño o mantener el sueño durante la noche. Puede ser causado por estrés, cambios en el entorno, problemas de salud o ciertos medicamentos.

Apnea del sueño: Interrupciones en la respiración durante el sueño, lo que provoca que la persona se despierte frecuentemente durante la noche. La apnea del sueño puede ser peligrosa y requiere atención médica.

Narcolepsia: Caracterizada por "ataques" de sueño durante el día. Las personas con narcolepsia pueden sentirse extremadamente somnolientas durante el día y pueden tener episodios de cataplejía (pérdida súbita de control muscular).Las orexinas están estrechamente relacionadas con varios trastornos del sueño, especialmente la narcolepsia. En muchos casos de narcolepsia tipo 1, se observa una deficiencia significativa de orexinas debido a la pérdida de las células en el hipotálamo que las producen.

Síndrome de las piernas inquietas: Una necesidad irresistible de mover las piernas, especialmente por la noche, lo que puede interferir con el sueño.

Trastorno del ritmo circadiano: Problemas para dormir y despertar a las horas deseadas, lo que puede ser causado por viajes frecuentes entre diferentes zonas horarias (jet lag) o por trabajar en horarios nocturnos o rotativos.

El mecanismo de regulación del sueño/vigilia en el cuerpo humano es un proceso complejo que involucra múltiples sistemas biológicos y ambientales para garantizar un equilibrio entre el estado de alerta y el sueño. Este ciclo es fundamental para el funcionamiento adecuado durante el día y para la recuperación y restauración durante la noche. Aquí te explico algunos de los componentes claves:

Ritmo circadiano: Nuestro reloj biológico interno, que regula los ciclos de 24 horas. Está influenciado por señales ambientales como la luz y la oscuridad. El núcleo supraquiasmático (NSQ) en el hipotálamo es el principal regulador de este ritmo, respondiendo especialmente a la luz que captan los ojos. La luz inhibe la producción de melatonina, la hormona que promueve el sueño, mientras que la oscuridad la estimula.

Adenosina: Es un neurotransmisor que se acumula en el cerebro durante las horas de vigilia y promueve la sensación de sueño. La adenosina se descompone durante el sueño, lo cual ayuda a sentirse más alerta al despertar. Esta sustancia es parte del mecanismo homeostático del sueño, que balancea la necesidad de dormir basándose en cuánto tiempo ha estado despierta una persona.

Melatonina: Hormona producida por la glándula pineal, su liberación aumenta por la noche y disminuye con la luz, ayudando a regular el ciclo sueño/vigilia.

Cortisol: Otra hormona importante, el cortisol, tiene un ritmo diario que ayuda a promover la actividad y la alerta en las primeras horas de la mañana y disminuye durante el día y la noche.

Las orexinas, también conocidas como hipocretinas, son neurotransmisores que desempeñan un papel fundamental en la regulación del ciclo sueño/vigilia y en la promoción de la vigilia. Estas sustancias se producen en el hipotálamo, una parte pequeña pero crítica del cerebro que está involucrada en muchas funciones corporales esenciales.

Funciones principales de las Orexinas.

Regulación del Estado de Alerta: Las orexinas son clave para mantener el estado de alerta y prevenir la somnolencia durante el día. Activan diversas regiones del cerebro responsables de la vigilia, incluyendo el lóbulo frontal, que está implicado en funciones cognitivas y de decisión.

Transición Sueño/Vigilia: Las orexinas ayudan a regular las transiciones entre el sueño y la vigilia, asegurando que estos cambios se produzcan de manera suave y coordinada.

Estabilización del Estado de Vigilia: Previenen los cambios abruptos en los estados de sueño, ayudando a mantener un estado de alerta constante durante el día. En resumen, las orexinas son esenciales para mantener un equilibrio saludable en el ciclo sueño/vigilia y para el manejo eficaz de ciertos trastornos del sueño. Su estudio sigue ofreciendo valiosas perspectivas sobre cómo nuestro cerebro regula los estados de alerta y descanso.

Interacción entre sistemas: La regulación del sueño/vigilia no depende solo de un sistema, sino de la interacción entre el sistema nervioso central, las hormonas y factores ambientales. Las señales de luz ajustan el reloj interno a través del NSQ, y las hormonas como la melatonina y el cortisol ajustan la preparación del cuerpo para el sueño o la vigilia.El entendimiento de este sistema es crucial para abordar trastornos del sueño y para optimizar el bienestar general.

 

El tratamiento para los trastornos del sueño vigilia puede incluir cambios en el estilo de vida, medicamentos, terapias de comportamiento y, en algunos casos, dispositivos médicos o cirugía.

Intervenciones como la higiene del sueño, la terapia de luz, y en algunos casos, medicación o suplementos de melatonina, se utilizan para ayudar a regular este ciclo en personas con desafíos en su patrón de sueño/vigilia.

Tratamientos Basados en Orexinas Dado su rol en la promoción de la vigilia, las orexinas también han sido estudiadas como posibles objetivos para el tratamiento de trastornos del sueño. Por ejemplo, algunos medicamentos que actúan sobre los sistemas de orexinas ya se utilizan para tratar la somnolencia excesiva y otros aspectos del insomnio y de la narcolepsia.

Si alguien sospecha que tiene un trastorno del sueño, es importante consultar a un médico o especialista en sueño para obtener un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento efectivo.

 

 


Trastornos Disociativos

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El DSM-IV-TR define a los trastornos disociativos como aquellos trastornos en los que se utiliza el mecanismo de defensa de la disociación. Dentro de ellos se encuentran: la amnesia disociativa; la fuga disociativa; el trastorno disociativo de la identidad o el trastorno de la personalidad múltiple, el trastorno de despersonalización y el trastorno disociativo no especificado.

Los trastornos disociativos son un grupo de condiciones psiquiátricas caracterizadas por una desconexión y falta de continuidad entre pensamientos, memorias, entorno, acciones y la propia identidad. Esta disociación se utiliza como mecanismo de defensa ante el estrés o trauma, permitiendo a la persona distanciarse de experiencias que son demasiado dolorosas para integrar con su conciencia normal. Los trastornos disociativos pueden afectar significativamente la vida cotidiana y el funcionamiento de quien los padece.

Tipos Principales de Trastornos Disociativos

Trastorno de Identidad Disociativo (TID), anteriormente conocido como trastorno de personalidad múltiple: Se caracteriza por la presencia de dos o más identidades o estados de personalidad distintos que controlan alternativamente el comportamiento de la persona, acompañados de la incapacidad para recordar información personal importante.

Amnesia Disociativa: Se caracteriza por la incapacidad para recordar información personal importante, generalmente de un tipo traumático o estresante, que no se explica por el olvido ordinario. Los episodios de amnesia pueden ser específicos para eventos particulares o generalizados, abarcando períodos de vida más extensos.

Trastorno de Despersonalización/Desrealización: Implica una experiencia persistente o recurrente de sentirse separado de uno mismo (despersonalización) o de sentir que el entorno es irreal o distante (desrealización), mientras se mantiene la conciencia de esta alteración.

Otros Trastornos Disociativos Especificados (TDE) y No Especificados (TDNE): Estas categorías se utilizan para los síntomas disociativos que no cumplen con los criterios completos para los trastornos disociativos específicos mencionados anteriormente pero que causan angustia significativa o deterioro en el funcionamiento social, laboral u otras áreas importantes.

Causas

Los trastornos disociativos a menudo se desarrollan como una reacción a un trauma y sirven como un mecanismo de afrontamiento para ayudar a una persona a lidiar con el estrés o el dolor. Los factores de riesgo incluyen experiencias traumáticas, como abuso físico o sexual durante la infancia, guerras, secuestros, torturas, desastres naturales, y accidentes graves, entre otros.

Diagnóstico

El diagnóstico de los trastornos disociativos se basa en una evaluación clínica detallada, que incluye la historia clínica del paciente y una discusión de los síntomas actuales. Los criterios diagnósticos del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) se utilizan como guía.

Tratamiento

El tratamiento para los trastornos disociativos puede incluir terapia psicológica, medicación y apoyo educativo:

Terapia Psicológica: La terapia cognitivo-conductual (TCC), la terapia de procesamiento cognitivo y la terapia enfocada en el trauma son comúnmente utilizadas. La terapia psicodinámica también puede ser beneficiosa.

Medicación: No hay medicamentos específicos para tratar los trastornos disociativos en sí, pero pueden usarse para tratar síntomas coexistentes como la depresión y la ansiedad.

Educación y Apoyo: Ayudar a los pacientes y a sus familias a entender la naturaleza de los trastornos disociativos y las estrategias de afrontamiento puede ser muy útil.La recuperación de un trastorno disociativo es un proceso gradual y a menudo requiere el tratamiento de traumas subyacentes.

Con un tratamiento adecuado, muchas personas pueden mejorar significativamente su capacidad para funcionar y llevar una vida más plena.


trastornos infantiles y de la adolescencia

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Los trastornos infantiles y de la adolescencia abarcan una amplia gama de condiciones psicológicas que pueden afectar a niños y jóvenes. Estos trastornos pueden influir significativamente en el desarrollo emocional, social y educativo.

Algunos de los trastornos más comunes en estas etapas:

1. Trastornos del Espectro Autista (TEA)Involucran desafíos en la comunicación y la interacción social, intereses restringidos y comportamientos repetitivos. El diagnóstico puede variar ampliamente en severidad, y algunos niños pueden requerir mucho más apoyo que otros.

2. Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH)Caracterizado por patrones de inatención, hiperactividad e impulsividad que son inapropiados para la edad del niño. Estos comportamientos interfieren con el rendimiento escolar y el desarrollo social.

3. Trastornos de AnsiedadIncluyen trastornos como la ansiedad generalizada, trastorno de pánico, fobia social y trastorno de ansiedad por separación. Los niños con estos trastornos experimentan miedo y preocupación intensos que pueden interferir con sus actividades diarias.

4. Trastornos del Estado de ÁnimoIncluyen la depresión mayor y el trastorno bipolar. Los niños y adolescentes pueden experimentar cambios significativos en el estado de ánimo, comportamiento y energía, afectando su funcionamiento en la escuela y las relaciones.

5. Trastornos Disruptivos, del Control de Impulsos y de la ConductaEstos incluyen el trastorno de conducta, trastorno negativista desafiante y trastorno explosivo intermitente. Se manifiestan en comportamientos agresivos, desafiantes y disruptivos.

6. Trastornos de AprendizajeComo la dislexia, discalculia y trastornos del procesamiento sensorial, estos trastornos afectan la capacidad del niño para recibir y procesar información, lo que puede llevar a dificultades en el aprendizaje académico.

Tratamiento y Manejo

El tratamiento de estos trastornos varía ampliamente y puede incluir:

Terapia psicológica: Terapia cognitivo-conductual (TCC) y otras formas de terapia pueden ayudar a los niños a aprender a manejar y modificar sus pensamientos y comportamientos.

Medicación: Específicamente para trastornos como el TDAH y los trastornos del estado de ánimo, bajo la supervisión de un médico.

Intervenciones educativas y de apoyo: Adaptaciones en el entorno escolar y programas de educación especial pueden ser necesarios para ayudar a los niños a alcanzar su máximo potencial.

Apoyo familiar y de la comunidad: El entrenamiento para los padres y el apoyo comunitario son cruciales para gestionar efectivamente estos trastornos.El reconocimiento temprano y el tratamiento de los trastornos infantiles y de la adolescencia son fundamentales para mejorar los resultados y ayudar a los niños a desarrollar su potencial a plenitud. La colaboración entre padres, maestros y profesionales de la salud es esencial para un enfoque holístico y efectivo.


Trastornos Neuropsiquiatricos

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Los trastornos neuropsiquiátricos son condiciones médicas que involucran alteraciones en el sistema nervioso y que afectan la salud mental, las emociones y el comportamiento. Estas condiciones pueden resultar de diversas causas, incluyendo la genética, desbalances químicos, trauma cerebral y enfermedades del sistema nervioso.

Los trastornos motores inducidos por medicamentos son un grupo de efectos adversos que pueden ocurrir con el uso de ciertos fármacos, especialmente aquellos que afectan al sistema nervioso central. Estos trastornos pueden variar desde leves hasta severamente debilitantes y a menudo son consecuencia de medicaciones utilizadas para tratar trastornos psiquiátricos, neurológicos, y otras condiciones médicas.

A continuación, se detallan algunos de los trastornos motores más comunes y otros efectos adversos relacionados con medicamentos:

Trastornos Motores Comunes

Parkinsonismo Inducido por Medicamentos: Similar a los síntomas de la enfermedad de Parkinson, se caracteriza por temblor, rigidez, bradicinesia (lentitud de movimiento) y alteraciones en la marcha. Comúnmente asociado con el uso de antipsicóticos y otros neurolépticos.

Discinesia Tardía: Involucra movimientos involuntarios, a menudo de la boca, la lengua y la mandíbula, pero también puede afectar a otras partes del cuerpo como los brazos y las piernas. Es un efecto secundario potencialmente irreversible, asociado principalmente con el uso prolongado de antipsicóticos de primera generación.

Acatisia: Es una sensación de inquietud interna severa que se manifiesta a menudo con la incapacidad de permanecer quieto. Comúnmente es inducida por antipsicóticos.

Síndrome Neuroléptico Maligno (SNM): Un efecto secundario raro pero potencialmente mortal de los antipsicóticos que incluye hipertermia, rigidez muscular extrema, confusión y disfunción autonómica (como presión arterial inestable y sudoración excesiva).

Otros Efectos Adversos

Síndrome Serotoninérgico: Un estado potencialmente mortal causado por un exceso de serotonina en el sistema nervioso, comúnmente debido a la interacción o sobredosis de medicamentos antidepresivos.

Toxicidad Hepática: Algunos medicamentos pueden causar daño al hígado, manifestándose a través de síntomas como fatiga, debilidad, y coloración amarillenta de la piel o los ojos (ictericia).

Cardiotoxicidad: Incluye efectos adversos en el corazón, como cambios en el ritmo cardíaco, que pueden ser inducidos por varios tipos de medicamentos, incluidos algunos antipsicóticos, antidepresivos y medicamentos para el tratamiento del cáncer.

Manejo

El manejo de los trastornos motores inducidos por medicamentos y otros efectos adversos incluye:

Evaluación Médica: Monitorización regular y evaluación de los efectos secundarios por parte de un profesional de la salud.

Ajuste de Medicación: Cambiar la dosis o el tipo de medicamento puede ser necesario para reducir los efectos secundarios.

Medicación de Rescate: Uso de medicamentos específicos para tratar o prevenir efectos secundarios, como el uso de benztropina para el parkinsonismo inducido por medicamentos.

Descontinuación Cuidadosa: En casos graves, puede ser necesario interrumpir el medicamento bajo supervisión médica.

Es esencial que los pacientes informen a sus médicos sobre cualquier síntoma nuevo o inusual después de comenzar un nuevo tratamiento o cambiar la dosis de un medicamento existente, para permitir una intervención temprana y ajustes adecuados en el tratamiento.


Trastornos parafílicos

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Los trastornos parafílicos son un grupo de trastornos de la salud mental caracterizados por deseos, fantasías o comportamientos sexuales intensos y recurrentes que involucran objetos, actividades o situaciones inusuales y pueden causar angustia significativa o problemas funcionales para la persona afectada o para otros. Estos intereses sexuales se desvían de la actividad sexual genital estimulante con parejas humanas adultas consensuadas.Los trastornos parafílicos se definen y se clasifican en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) y deben cumplir con ciertos criterios para ser diagnosticados como tales, incluyendo que el individuo ha actuado según estas urgencias o que las urgencias o fantasías sexuales causan angustia o problemas funcionales significativos.

Tipos Comunes de Trastornos Parafílicos

Exhibicionismo: Impulso de exponer los genitales a una persona no consentida.

Fetichismo: Uso de objetos no vivos o una parte específica del cuerpo no genital para la excitación o gratificación sexual.

Frotteurismo: Impulso de tocar o restregar contra una persona no consentida.

Pedofilia: Atracción sexual primaria hacia los niños prepubescentes o en inicio de la pubertad.

Masoquismo Sexual: Deseo de ser humillado, golpeado, atado o de otra manera hecho sufrir para la gratificación sexual.

Sadismo Sexual: Impulso de infligir dolor o humillación a otra persona para la gratificación sexual.

Voyeurismo: Acto de observar a personas desnudas, en proceso de desvestirse o participando en actividades sexuales sin su consentimiento para la gratificación sexual.

Trastorno Parafílico No Especificado: Para parafilias que no se ajustan a las categorías anteriores.

Diagnóstico

El diagnóstico de un trastorno parafílico se realiza a través de una evaluación clínica detallada realizada por un profesional de la salud mental, que puede incluir entrevistas, cuestionarios y, en algunos casos, evaluaciones psicológicas.

TratamientoEl tratamiento varía según el tipo de trastorno parafílico y las necesidades individuales del paciente, pero puede incluir:

Terapia psicológica: Como la terapia cognitivo-conductual (TCC), que ayuda a cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento del individuo.

Medicación: Algunos medicamentos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) o los medicamentos antiandrógenos, pueden ser útiles para controlar los impulsos sexuales.

Educación y terapias de apoyo: Programas diseñados para ayudar a las personas a entender y controlar sus impulsos, así como para mejorar sus habilidades sociales y de relación.Es importante notar que la presencia de fantasías, impulsos o comportamientos parafílicos no es en sí misma un trastorno a menos que causen angustia significativa al individuo o tengan consecuencias dañinas para otros. El tratamiento se enfoca en aquellos casos donde la parafilia causa tal angustia o daño.


Trastornos Sexuales

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Para el DSM-IV-TR comprenden las disfunciones sexuales, las parafilias, los trastornos de la identidad sexual y el trastorno sexual no especificado.

Los trastornos sexuales, también conocidos como disfunciones sexuales, se refieren a problemas que ocurren durante cualquier fase del ciclo de respuesta sexual (deseo, excitación, meseta, orgasmo y resolución) que impiden que la persona o la pareja disfruten de la actividad sexual. Los trastornos sexuales pueden ser de varios tipos y afectan tanto a hombres como a mujeres.

Algunos de los más comunes incluyen:

Trastornos del deseo sexual:

Deseo sexual hipoactivo: Falta de interés en la actividad sexual.

Trastorno de aversión sexual: Evitación activa y miedo extremo hacia el contacto sexual con otros.

Trastornos de la excitación sexual:En mujeres, se manifiesta como una incapacidad para lograr o mantener la lubricación o la excitación sexual.En hombres, se conoce como disfunción eréctil, que es la incapacidad de lograr o mantener una erección adecuada para el coito.

Trastornos del orgasmo:

Eyaculación precoz: Eyaculación que ocurre demasiado pronto durante la relación sexual.

Eyaculación retardada: Retraso o ausencia de eyaculación a pesar de una adecuada excitación y deseo.

Anorgasmia: Dificultad o incapacidad para alcanzar el orgasmo tras una fase de excitación normal.

Trastornos del dolor sexual:

Dispareunia: Dolor genital persistente o recurrente durante el coito.

Vaginismo: Contracción involuntaria de los músculos del suelo pélvico que rodean la vagina, haciendo difícil o imposible la penetración.

Las causas de los trastornos sexuales pueden ser físicas, psicológicas, o una combinación de ambas. Las causas físicas pueden incluir problemas médicos, efectos secundarios de medicamentos, y condiciones hormonales. Las causas psicológicas pueden incluir estrés, ansiedad, depresión, preocupaciones sobre el rendimiento sexual, conflictos de relación, y traumas sexuales pasados.

El tratamiento varía dependiendo de la causa subyacente y puede incluir terapia psicológica, terapia de pareja, educación sexual, medicación, o una combinación de estos. La terapia sexual es especialmente efectiva para abordar los aspectos emocionales y relacionales del trastorno. La comunicación abierta y honesta con la pareja también es fundamental para el manejo y la mejora de los trastornos sexuales.


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