Autor/autores:
Joshua K. Lee, David G. Amaral, Marjorie Solomon...(et.al)
Los modelos de responsabilidad multifactorial predicen una mayor disimilitud en el fenotipo neural del trastorno del espectro autista (TEA) en mujeres que en hombres, mientras que los modelos de incoherencia de género y cerebro masculino extremo predicen diferencias sexuales atenuadas en TEA. La amígdala es un objetivo informativo para explorar estos modelos porque está implic...
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Los modelos de responsabilidad multifactorial predicen una mayor disimilitud en el fenotipo neural del trastorno del espectro autista (TEA) en mujeres que en hombres, mientras que los modelos de incoherencia de género y cerebro masculino extremo predicen diferencias sexuales atenuadas en TEA. La amígdala es un objetivo informativo para explorar estos modelos porque está implicada tanto en la neurobiología de los TEA como en las diferencias de sexo en el desarrollo típico (TD).
Investigamos la conectividad funcional del estado de reposo de la amígdala en una cohorte de 116 TEA (36 mujeres) y 58 niños con TD (27 mujeres) de 2 a 7 años durante el sueño natural. Primero, la regresión de matriz de distancia multivariada evaluó las diferencias globales de sexo y diagnóstico en el conectoma de amígdala. En segundo lugar, los modelos lineales generales univariados identificaron regiones con diferencias de conectividad medias.
La regresión de matriz de distancia multivariada reveló mayores diferencias entre los niños con TD y TEA en mujeres que en hombres, de acuerdo con los modelos de responsabilidad multifactorial, y las diferencias sexuales atenuadas en el conectoma de la amígdala izquierda de los niños con TEA en un patrón consistente con el modelo de incoherencia de género. El análisis univariado identificó diferencias sexuales similares en las cortezas prefrontales ventrales y dorsales, la circunvolución lingual y la corteza cingulada posterior, pero también se observa una menor conectividad de la amígdala con el surco temporal superior en todos los sexos.
Proporcionamos evidencia de que el TEA en hombres y mujeres se manifiesta de manera diferente en el cerebro en comparación con los controles pareados por sexo en el momento del diagnóstico y antes de la influencia de los mecanismos compensatorios, de acuerdo con los modelos de responsabilidad multifactorial, y que el TEA se asocia con diferencias sexuales reducidas en un patrón consistente con los modelos de incoherencia de género.
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