La esquizofrenia es un trastorno neuropsiquiátrico mental complejo y gravemente debilitante que generalmente se desarrolla en la adolescencia tardía y en la edad adulta temprana. Se caracteriza por graves deficiencias en el funcionamiento social y vocacional, y los pacientes a menudo requieren atención hospitalaria, por lo que impone una gran carga a los pacientes, sus familias y a la sociedad. El tratamiento de este trastorno tiene como objetivo no solo aliviar los síntomas psiquiátricos de los pacientes, sino también mejorar su calidad de vida relacionada con la salud (CVRS).
En la revista Psychiatry and Clinical Neurosciences Reports se ha publicado un estudio que analiza los factores asociados con la CVRS en pacientes hospitalizados con esquizofrenia crónica de estancia prolongada, ya que una mayor comprensión de estos factores podría proporcionar información útil para guiar la promoción y mejora de la atención comunitaria para estos pacientes.
El estudio se llevó a cabo a partir del uso de varios instrumentos de CVRS genéricos y específicos de la enfermedad en pacientes con esquizofrenia. Dentro de estas herramientas, las genéricas (índice EQ‐5D) se utilizaron para hacer comparaciones de diferentes poblaciones de pacientes, mientras que las evaluaciones específicas (índice SWNS‐J) de la enfermedad fueron más útiles para evaluar los efectos específicos del tratamiento.
Después de analizar las principales características de los pacientes; edad, sexo, índice de masa corporal, edad de inicio de la esquizofrenia, duración de la estancia hospitalaria, nivel educativo, presencia de una persona clave en la familia, dosis de antipsicótico, así como el uso de antipsicóticos de primera generación, antipsicóticos de segunda generación, anticolinérgicos, estabilizadores del estado de ánimo y benzodiazepinas. Se encontró que los síntomas extrapiramidales eran un factor significativo en ambos índices, y los pacientes que los padecían tenían una CVRS más baja.
Recordar, que los síntomas extrapiramidales se producen como efectos indeseados frente al tratamiento farmacológico para la esquizofrenia; los antipsicóticos típicos. Los principales síntomas son; distonía aguda, parkinsonismo, discinesia tardana y síndrome neuroepiléptico maligno.
En conclusión, la calidad de vida de los pacientes hospitalizados con esquizofrenia se relaciona de forma inversa con la aparición de síntomas extrapiramidales, que a su vez se relacionan con la toma de medicamentos antipsicóticos. Por tanto, una disminución de la dosis farmacológica (antipsicóticos) provocaría menos síntomas adversos, y en consecuencia mejoraría la calidad de vida de los pacientes crónicos. Esta herramienta es interesante, y puede ser de gran utilidad para guiar el cuidado de los pacientes hacia una mejor calidad de vida, ya que aunque sea una enfermedad que no se pueda curar, es importante que los pacientes tengan las mejores condiciones posibles. Finalmente, siempre debe hacerse una valoración global de beneficios y riesgos cuando queramos modificar la dosis de una medicación, para valorar que es lo más adecuado y personificado para un paciente.
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