Hoy en el Congreso Virutal Internacional de Psiquiatría, Psicología y Enfermería en Salud mental se hará referencia a "medicina psicosomática" y "trastornos de la alimentación "
ÁREA: MEDICINA PSICOSOMÁTICA
Distrés emocional en cáncer: datos en tumor cerebral primario
Uno de los objetivos primordiales en la atención integral al paciente oncológico es la detección y el control rutinario del distrés emocional, declarado el “6º signo vital” en cáncer por diversas organizaciones profesionales y organismos internacionales de reconocido prestigio mundial. El distrés emocional, entendido como una experiencia emocional desagradable y multifactorial, abarcaría una amplia variedad de respuestas, desde reacciones emocionales normales y frecuentes a la enfermedad hasta aquellas otras más severas que pueden generar disfuncionalidad en el sujeto. El presente trabajo pretende ofrecer datos sobre prevalencia de distrés en neoplasia cerebral primaria, una de las localizaciones de tumor con mayor porcentaje de distrés clínico en población adulta. Asimismo, se identificarán posibles fuentes de distrés y se discutirá su relación con la calidad de vida.
ÁREA: TRASTORNOS DE LA ALIMENTACIÓN
Relevancia del apego en los trastornos de conducta alimentaria. a propósito de un caso
La teoría del apego es un modelo biopsicosocial, concebido por Bowlby (1969), para describir y explicar la forma en que un individuo se relaciona con su entorno. En este artículo, se describe el experimento de la “Situación Extraña” de Mary Ainsworth (1978), los diferentes tipos de apego y su influencia en los trastornos de la conducta alimentaria. Presentamos el caso clínico de una paciente de 16 años con diagnóstico de Anorexia Nerviosa Restrictiva, analizando la relación que mantiene con su madre y sus circunstancias familiares como posibles perpetuantes de la enfermedad. Finalmente, queremos destacar la importancia de la alianza terapéutica como “base segura” sobre la que sustentar el abordaje psicoterapéutico del paciente, sin olvidar la relevancia de un abordaje familiar.
Trastornos alimentarios y de la ingestion de alimentos: anorexia nerviosa en adolescentes varones
Los tres principales Trastornos Alimentarios y de la Ingestión de Alimentos son la Anorexia Nerviosa, la Bulimia Nerviosa y, en menor medida, el trastorno por atracón.
La Anorexia y la Bulimia nerviosa son dos de los trastornos psiquiátricos más comunes y graves de la adolescencia, caracterizados por un impulso obsesivo por perder peso. Presentan alta morbi mortalidad y alto riesgo de cronificación con altos costos familiares, sociales y sanitarios. Los trastornos con una preocupación sobre la imagen corporal son más frecuentes en mujeres, aunque la prevalencia en varones va en aumento. (10:1) y se observan cada vez más en niños prepuberales de ambos sexos. La nomenclatura resulta confusa para los profesionales que no son especialistas en el tema.
La definición precisa de los trastornos alimentarios es fuente de controversia, ya que los diagnósticos están en constante evolución. El DSM (AAP, 2013) y la CIE (OMS, 1992) tienden de forma gradual a la descripción de síndromes que incluyen grupos de síntomas estadísticamente válidos y a predecir la respuesta al tratamiento. Estas consideraciones hacen que valga la pena considerar dividir los trastornos en anorexia nerviosa y bulimia nerviosa, reconociendo que algunos de ellos se superponen y reconociendo también que el uso del peso o el IMC para distinguirlos puede no ser un buen indicador de la naturaleza del trastorno psicológico central.
Tras profundizar en la conceptualización teorica del tema se procederá en el presente trabajo a exponer el caso de un adolescente varón de 13 años de edad, con buena evolución tras un año de tratamiento intensivo multidisciplinar, que cumplia con criterios diagnósticos de anorexia nerviosa con el objetivo de documentar la clínica y las particularidades que se presentaron en el caso.
· Breve descripción del caso: hombre de 43 años, atendido en Salud Mental con antecedentes de “Trastorno depresivo recurrente”. Presenta alteraciones de la conducta alimentaria con restricción de la ingesta y es evaluado por sospecha de trastorno alimentario.
· Exploración y pruebas complementarias: en la exploración psicopatológica destaca estado de ánimo bajo, distorsión de la imagen corporal, rechazo a su propia imagen (evita mirarse al espejo), sentimientos de infravaloración, tedio vital y retraimiento emocional. Dificultad en las relaciones interpersonales, sus relaciones se restringen al entorno familiar, con marcada susceptibilidad interpersonal. En la primera consulta su índice de masa corporal era 17,76. La evaluación psicológica consistió en entrevista clínica junto a las siguientes pruebas psicométricas: Inventario de depresión de Beck (BDI), Escala de autoestima de Rosenberg (EAR), Cuestionario de Actitudes hacia la comida (EAT-40), Test de investigación en Bulimia de Edimburgo (BITE) y Cuestionario de la forma corporal (BSQ)
. Juicio clínico: Trastorno de la conducta alimentaria tipo restrictivo comórbido con rasgos esquizoides de la personalidad.
. Diagnóstico diferencial: Se descartan ideas de carácter delirante.
. Conclusiones: Se establece un abordaje psicoterapéutico cuyos objetivos fueron:
Establecer un vínculo y compromiso terapéutico
Dar significado psicobiográfico al síntoma.
Comprender y mejorar las conductas y actitudes disfuncionales relacionadas con el trastorno alimentario.
Modificar esquemas cognitivos que mantienen y refuerzan las conductas relacionadas con la alteración alimentaria.
Mejorar la sintomatología secundaria asociada: depresión
Tomar consciencia de los conflictos psicológicos a nivel relacional, familiar y personal y de los mecanismos disfuncionales de afrontamiento
Acordar un objetivo de peso compatible con la vida.
TCA en el arte y la literatura. El ejemplo de Franz Kafka
No es hasta el siglo XVII con la consunción nerviosa de Richard Morton, y ya a finales del XIX y principios del Siglo XX cuando aparecen las primeras nociones en la historia del arte, la ciencia y la literatura con Lasègue y Gull y más tarde con Charcot, de lo que denominamos en la actualidad el trastorno de conducta alimentaria, por aquel entonces enfermedad del ayuno.
Por ese motivo, no cabe buscar en la historia del arte o la literatura ejemplos directos de un trastorno que hoy todos tenemos tan identificado, extendido e incluso caricaturizado; sino que habremos de buscar precisamente en el ayuno y el hambre esos ejemplos, enmarcados en la conceptualización y significación histórica cambiante que han tenido desde la Antigüedad hasta hoy.
Proponemos analizar la relevancia en textos e imágenes del ayuno y del culto a la delgadez desde el Antiguo Egipto hasta el cine de nuestros días, pasando por las referencias bíblicas al ayuno como acto curador y penitente, el arte cristiano en la Edad Media y lo místico del ascetismo, la Edad Moderna con sus cazas y quemas de mujeres ayunadoras, pero centrándonos sobre todo en la noción posterior -ya entrados en la Edad Contemporánea- del hambre como arte, que tan bien describe Franz Kafka en su novela Ein Hungerküstler, quizá reflejo de la propia enfermedad del autor. Es precisamente este último, el prototipo de genio de la literatura contemporánea que plasma sus conflictos psicológicos y sufrimiento en torno al tema de la comida.
TCA, ¿una enfermedad individual? Una aproximación desde la Teoría Sistémica
Para todo profesional que haya trabajado con personas con trastornos de conducta alimentaria, es evidente que dicha condición supone una importante repercusión en todo el sistema familiar. Desde una perspectiva sistémica, fenómenos como la restricción alimentaria, los atracones o las conductas purgativas pueden entenderse como un síntoma que cumple una función determinada en la estabilidad de un sistema. Desde finales de los años setenta, cuando la teoría sistémica comenzó a tomar fuerza en el campo clínico, se ha dedicado una importante atención a los trastornos de conducta alimentaria, identificándose factores que favorecen la aparición del trastorno -como la sobreprotección o la rigidez-, así como otros factores que favorecen la perpetuación del problema. El estudio de dichos trastornos desde la perspectiva sistémica ha llevado al desarrollo de diferentes intervenciones que han probado su eficacia de forma repetida en estudios que las comparan con otras intervenciones. Más adelante, nuevos estudios deberán evaluar la eficacia de diferentes formas de intervención basadas en la teoría sistémica, así como su combinación con diferentes estrategias psicoterapéuticas y farmacológicas.
TCA. Situación actual y perspectivas de futuro
Los trastornos de la conducta alimentaria han aumentado o mantenido su prevalencia en los últimos años. El diagnóstico de estos trastornos se ha visto marcado por la categoría de “trastornos de la conducta alimentaria sin especificación”. Las nuevas guías como la DSM 5 en su momento, y CIE 11 siguiendo el ejemplo de la primera, incluyen en sus diagnósticos cambios importantes para realizar un diagnóstico más específico y por tanto un mejor abordaje de estos trastornos.
El tratamiento, tanto psicoterapéutico como farmacológico ha sido objeto de estudio en las últimas décadas. Se hace evidente la necesidad de una distinción entre dos grupos de trastornos: la anorexia nerviosa y el trastorno por atracones junto a la bulimia nerviosa. Los antipsicóticos y antidepresivos son los grupos farmacológicos más estudiados en estos trastornos, con diversos resultados según el diagnóstico y la edad de tratamiento, y la terapia cognición conductual sigue siendo la que aporta más evidencia, aunque de nuevo su efectividad se ve cuestionada por el tipo de trastorno.
En esta revisión, señalaremos algunos estudios sobre la eficacia de tratamientos farmacológicos y psicoterapéuticos, así como veremos las prevalencias y diagnósticos en diferentes estudios y propuestas para la prevención.
TCA: Referencias históricas: Hacia la “perfección espiritual”
Los trastornos de la conducta alimentaria han presentado en las últimas décadas un incremento en su prevalencia tan notorio que en el momento actual se han llegado a considerar una auténtica entidad transcultural, condicionada por las actuales influencias sociales imperantes en los países occidentales, donde la delgadez se considera sinónimo de éxito y reconocimiento.
Sin embargo, desde la Edad Media se han descrito casos de mujeres jóvenes, sin enfermedad médica conocida que se autoproducían ayuno prolongado y presentaban aspecto caquéctico, vómitos, amenorrea, y otros síntomas que reconocemos hoy en día pacientes con trastornos de la conducta alimentaria. Son ejemplos el caso de Catharina Benincasa, una joven religiosa del siglo XIV que dejó de comer con fines ascéticos; o el caso de una joven descrito por el Dr. Richard Morton en 1689, considerado el primer caso clínico publicado de anorexia nerviosa. A partir de la segunda mitad del siglo XIX aparecen descripciones más detalladas y se propone una etiología psicógena de estos trastornos, y a principios del siglo XX es cuando son categorizados como enfermedades mentales.
En este trabajo realizaremos un recorrido histórico de los trastornos de la conducta alimentaria que nos permitirá obtener una perspectiva más amplia de estas enfermedades, las cuales, aunque claramente se encuentran influenciadas por la cultura occidental actual, han estado presentes desde hace siglos con manifestaciones clínicas particulares, derivadas de su contexto histórico. Es por este motivo posiblemente por el que estas entidades han supuesto tal dificultad para su categorización a lo largo de los años.
Ansiedad y Trastornos de la Conducta Alimentaria
Introducción
Diferentes estudios informan de la presencia de ansiedad en los trastornos de la conducta alimentaria (TCA).
Objetivos y metodología
El objetivo de este trabajo es hacer una revisión bibliográfica de los trabajos que estudian la relación entre ansiedad y TCA, así como exponer cómo se presenta la ansiedad en una muestra de los últimos 20 pacientes que han iniciado su tratamiento en un hospital de día para TCA. Para ello se ha hecho una búsqueda en pubmed y otros buscadores y se ha realizado una entrevista clínica inicial, utilizándose además los datos de la historia clínica y las verbalizaciones de las pacientes a lo largo del proceso terapéutico.
Resultados
Los diferentes estudios revisados encuentran mayor prevalencia de trastornos de ansiedad (TA) en pacientes con TCA que en los grupos control. Entre los TA de mayor comorbilidad están la fobia social, el trastorno de ansiedad generalizada y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC-considerando la clasificación DSM-IV-TR), con diferentes porcentajes dependiendo del estudio. En nuestra muestra (con diagnóstico de bulimia nerviosa y trastorno por atracón), los TA de mayor prevalencia son: la fobia social (35%), el trastorno de ansiedad generalizada (25%) y el TOC (15%), coincidiendo con los TA de mayor prevalencia de buena parte de los estudios revisados.
Conclusiones
La ansiedad es un componente importante en los TCA. Es necesario ofrecer intervenciones que aborden la ansiedad en sus diferentes manifestaciones, tanto la relacionada directamente con el TCA como la relacionada con los TA comórbidos, especialmente con la ansiedad social.