La gravedad del maltrato infantil materno se ha asociado con un menor volumen de materia gris y volumen de la amígdala del lactante durante los dos primeros años de vida. Una literatura en desarrollo argumenta que los efectos de la amenaza (abuso) y de la privación (negligencia) deben evaluarse por separado porque estos distintos aspectos de la adversidad pueden tener diferent...
La gravedad del maltrato infantil materno se ha asociado con un menor volumen de materia gris y volumen de la amígdala del lactante durante los dos primeros años de vida. Una literatura en desarrollo argumenta que los efectos de la amenaza (abuso) y de la privación (negligencia) deben evaluarse por separado porque estos distintos aspectos de la adversidad pueden tener diferentes impactos en los resultados del desarrollo.
Sin embargo, no se han evaluado los efectos distintivos de la amenaza frente a la privación en relación con los efectos intergeneracionales del maltrato infantil.
El objetivo de este estudio fue evaluar por separado los vínculos del abuso y la negligencia maternoinfantil con el volumen de materia gris infantil (GMV), el volumen de materia blanca (WMV), la amígdala y el volumen del hipocampo.
Los participantes incluyeron 57 díadas madre-bebé. Se evaluó a las madres por abuso y negligencia infantil utilizando el cuestionario de Experiencias Adversas en la infancia (ACE) en una muestra enriquecida por maltrato infantil. Entre 4 y 24 meses (M edad = 12, 28 meses, SD = 5, 99), bajo sueño natural, los bebés completaron una resonancia magnética utilizando un escáner Siemens de 3, 0 T. Los volúmenes de GMV, WMV, amígdala e hipocampo se extrajeron mediante segmentación automatizada.
La historia materna de negligencia, pero no de abuso, se asoció con un GMV infantil más bajo. La historia materna de abuso, pero no de negligencia, interactuó con la edad de tal manera que el abuso se asoció con un volumen de amígdala infantil más pequeño a edades más avanzadas.
Los resultados son consistentes con un marco de amenaza versus privación, en el que la amenaza afecta las regiones límbicas centrales para la respuesta al estrés, mientras que la privación afecta áreas más centrales para la función cognitiva.
Se necesitan más estudios para identificar los mecanismos que contribuyen a estas asociaciones intergeneracionales diferenciales de amenaza versus privación.
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