La evidencia acumulada respalda la asociación observada entre el maltrato infantil y la salud mental. Los estudios de revisión y los metanálisis informan consistentemente asociaciones entre diferentes formas de maltrato infantil y diversas formas de problemas mentales. La siguiente pregunta es si esta asociación es causal.
Este conocimiento es crucial para informar las...
La evidencia acumulada respalda la asociación observada entre el maltrato infantil y la salud mental. Los estudios de revisión y los metanálisis informan consistentemente asociaciones entre diferentes formas de maltrato infantil y diversas formas de problemas mentales. La siguiente pregunta es si esta asociación es causal.
Este conocimiento es crucial para informar las estrategias de prevención e intervención. Si bien parece probable que los problemas de salud mental sean causados directamente por el maltrato infantil, otros factores de riesgo (ambientales) y efectos genéticos también pueden desempeñar un papel. Por ejemplo, tanto la desventaja socioeconómica, como la predisposición genética, por ejemplo, en forma de puntajes de riesgo poligénico más altos para los trastornos mentales —se ha informado que explican parte de la asociación entre el maltrato infantil y la salud mental.
Un estudio en este número por Baldwin et al. ( 13 ) concluye que la prevención del maltrato infantil podría ayudar a prevenir la psicopatología, pero que también es importante centrarse en otros factores que también explican en parte la asociación.
Esta conclusión se basa en su revisión sistemática y metanálisis de estudios cuasi-experimentales que examinan la relación entre el maltrato infantil y los problemas de salud mental. El enfoque en diseños cuasi-experimentales permitió desentrañar los efectos causales de los efectos de otros factores ambientales y genéticos.
En su revisión, los autores incluyeron cuatro categorías amplias de diseños cuasiexperimentales: 1) diseños basados en la familia, que aprovechan las diversas relaciones genéticas y ambientales entre los miembros de la familia; 2) diseños de datos de panel con cambio longitudinal dentro del individuo en los datos de exposición; 3) experimentos naturales, estudiando los efectos de los procesos sociales o políticos, como la negligencia institucional a gran escala; y 4) métodos de puntaje de propensión, que imitan experimentos aleatorios basados en diferencias preexistentes entre individuos expuestos y no expuestos. Si bien estos enfoques se han utilizado en estudios individuales, no se han combinado ni evaluado sistemáticamente antes.
Para acceder al texto completo consulte las características de suscripción de la fuente original:https://ajp.psychiatryonline.org/