Autor/autores:
Inti A Brazil y Macià Buades-Rotger
A pesar del progreso notable en las últimas tres décadas, la etiología del comportamiento antisocial sigue siendo difícil de alcanzar. Utilizando la teoría de la taxonomía del desarrollo del comportamiento antisocial como punto de partida, Christina Carlisi y sus colegas han hecho una contribución importante al identificar correlatos estructurales d...
Estás viendo una versión reducida de este contenido.
Para consultar la información completa debes registrarte gratuitamente.
Tan sólo te llevará unos segundos.
Y si ya estás registrado inicia sesión pulsando aquí.
A pesar del progreso notable en las últimas tres décadas, la etiología del comportamiento antisocial sigue siendo difícil de alcanzar. Utilizando la teoría de la taxonomía del desarrollo del comportamiento antisocial como punto de partida, Christina Carlisi y sus colegas han hecho una contribución importante al identificar correlatos estructurales del cerebro del comportamiento antisocial que podrían usarse para diferenciar entre individuos con comportamiento antisocial persistente durante el curso de la vida, aquellos con adolescencia comportamiento antisocial ilimitado y controles no antisociales.
Específicamente, los autores informan una reducción del área de la superficie cortical en todo el cerebro en individuos con comportamiento antisocial persistente durante el curso de la vida en relación con los participantes con comportamiento antisocial limitado por la adolescencia (β estandarizado = –0 · 17 [IC 95% −0 · 26 a −0 · 07], p = 0 · 0008) y controles (β estandarizado = –0 · 18 [IC 95% −0 · 24 a −0 · 11], p <0 · 0001). Además, tanto el comportamiento antisocial persistente durante el curso de la vida como el limitado a la adolescencia se vincularon con diferentes patrones de adelgazamiento cortical en un conjunto más restringido de regiones paralímbicas en relación con los controles no antisociales (comportamiento antisocial persistente durante el curso de la vida versus controles estandarizados β = - 0 · 10 [IC 95% −0 · 19 a −0 · 02], p = 0 · 020; comportamiento antisocial limitado a la adolescencia vs controles estandarizados β = –0 · 08 [IC 95% −0 · 16 a 0 · 00 ], p = 0 · 039).
Estos hallazgos ofrecen un avance considerable en el campo y también brindan la oportunidad de reflexionar sobre cuestiones no resueltas relacionadas con el uso de medidas neurobiológicas para capturar y explicar la variabilidad individual en el comportamiento antisocial. Si bien es necesario superar muchos desafíos antes de que se pueda lograr esto último, restringimos nuestro enfoque al tema del mapeo de la estructura cerebral en la función y la aplicación de los hallazgos a la evaluación de individuos con comportamiento antisocial.
Para acceder al texto completo consulte las características de suscripción de la fuente original:https://www.thelancet.com
Jose Luis Frias Pulido
Médico - España
Fecha: 12/04/2020
