Es preocupante que en 2019 todavía se estén investigando los factores de riesgo de suicidio.
Se ha demostrado que el paradigma de riesgo es ineficaz para identificar a las personas con probabilidad de morir por suicidio y para reducir la prevalencia de suicidio. Las razones para esto son claras.
Primero, los individuos son más que un conjunto de factores de riesgo y protecc...
Es preocupante que en 2019 todavía se estén investigando los factores de riesgo de suicidio.
Se ha demostrado que el paradigma de riesgo es ineficaz para identificar a las personas con probabilidad de morir por suicidio y para reducir la prevalencia de suicidio. Las razones para esto son claras.
Primero, los individuos son más que un conjunto de factores de riesgo y protección y tanto la angustia como el afrontamiento están influenciados por una compleja interacción de factores biológicos, psicológicos y sociales a lo largo de la vida.
En segundo lugar, el suicidio es una medida relativamente baja como medida de resultado: la calidad de vida es un resultado centrado en el paciente y reduce la probabilidad de ideación suicida habitual que conduzca al suicidio.
Tercero, no hay evidencia que respalde la sugerencia de Geulayov y colegas de que el seguimiento solo o las intervenciones breves son suficientes para las personas que acuden a los departamentos hospitalarios con angustia abrumadora antes o después de autolesiones o intentos de suicidio.
En cuarto lugar, la tendencia suicida no se encuentra en el vacío, sino en un continuo de estrategias de afrontamiento saludables y no saludables.
Finalmente, los datos correlacionales, como los reportados por Geulayov y colegas, no son datos causales que puedan informar el tratamiento.
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