UNA PSIQUIATRÍA CON NOMBRE Y APELLIDOS
Psiquiatras españoles abogan por el análisis de cada persona para hacer diagnósticos y tratamientos cada día más precisos sin renunciar a las clasificaciones clásicas
Uno de los grandes desafíos de la psiquiatría es ampliar su capacidad pronóstica. La esquizofrenia arrastra una media más de un año de retraso en su diagnóstico.
Es casi imposible salir de una depresión sin antidepresivos, pero no puede ser la única herramienta del arsenal terapéutico.
Según la Organización Mundial de la Salud la ansiedad y la depresión serán, en 2020, la principal causa de falta de asistencia al trabajo en las naciones desarrolladas, y la segunda enfermedad más frecuente en todo el mundo.
A los psiquiatras los pacientes no se nos mueren, se nos matan. Y debemos mejorar la capacidad de predicción, porque el suicidio no es una condena genética que viene dada, asegura el presidente del comité organizador, José Giner.
La resiliencia o capacidad de supervivencia del hombre ante situaciones adversas, la salud mental y el aborto, la delgada línea que delimita la maldad y la enfermedad, la psiquiatría legal o la psiquiatría de género son algunos de los temas que se valorarán durante el congreso.
Sevilla, septiembre de 2013.- Las neurosis más inestables, representadas en un creciente número de cuadros de depresión y ansiedad, han emergido en los últimos tiempos con más fuerza, y los antidepresivos intentan paliar estos destrozos, pero no es suficiente con ellos. Bajo ningún concepto, prosigue José Giner, presidente del comité organizador del XVII Congreso Nacional de Psiquiatría, han de utilizarse no solo los antidepresivos, aunque una vez instalada la depresión es casi imposible salir de ella sin su uso. La psicoterapia y el trabajo con el entorno son, a su vez, esenciales. Es decir: antidepresivo sí, pero no solo. No es una cuestión baladí. No en vano, añade el especialista, entre el 5 y el 7 por ciento de la población mundial sufre cuadros depresivos.
Junto a estos dos cuadros, sobresale la esquizofrenia, la enfermedad mental por excelencia. Son pacientes que ven el mundo de una manera diferente, una suerte de Quijotes. Esto se interpreta como un fallo de la evolución humana y ahí surge, también, una nueva exigencia para la psiquiatría.
Sirva esta reflexión como ejemplo del lema general del XVII Congreso Nacional de Psiquiatría, De la clasificación a la persona, donde se valorará una visión moderna de la psiquiatría. En este sentido, José Giner subraya que el nuevo Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Desórdenes Mentales, conocido por sus siglas DSM-5 y publicado el 18 de mayo de 2013, clasifica y cataloga los diversos trastornos mentales. Se trata, subraya, de una clasificación empírica que responde a las exigencias científicas y que es necesario hacer pero que, en absoluto, es suficiente para entender la especialidad. Una visión crítica de la psiquiatría hace ver que, siendo necesarias esas catalogaciones, lo es aún más el factor humano, tanto porque cada individuo responde de manera diferente a las situaciones como para dar respuesta a las necesidades de los propios psiquiatras.
La toma de la medicación es imprescindible, indica el presidente del comité organizador, José Giner, quien, sin embargo, reconoce que utilizar argumentos racionales no suele servir en estos casos. Giner aboga por el uso de argumentos emocionales para tener éxito: Hay que intentar vender el tratamiento con argumentos que se acerquen a su vida cotidiana, no imponérselo. En cualquier caso, prosigue, los fármacos deben complementarse con psicoterapia, algo no siempre posible en la sanidad pública debido a la falta de recursos.
Puntualiza Giner que uno de los grandes desafíos de la psiquiatría es ampliar su capacidad pronóstica. La esquizofrenia, por ejemplo, arrastra una media más de un año de retraso en su diagnóstico. Y ahí pueden señalarse varias causas, desde la consideración de la Sanidad Pública, que no siempre juzga los síntomas de manera certera, hasta una falta de formación en la población. Cuando uno tiene un problema no duerme durante tres días seguidos, por ejemplo busca la solución antes que la causa. Eso es como tapar una humedad de la pared con un cuadro. No arreglas el problema, sino que lo ocultas.
La resiliencia o capacidad de supervivencia del hombre ante situaciones adversas, la salud mental y el aborto, la delgada línea que limita la maldad y la enfermedad, la psiquiatría legal o la psiquiatría de género son algunos de los temas que se valorarán durante el congreso.
Actualmente en España no existe un incremento de los trastornos mentales graves, pero sí de los comunes, como la ansiedad y la depresión que, según la Organización Mundial de la Salud, será en 2020 la principal causa de falta de asistencia al trabajo en las naciones desarrolladas, y la segunda enfermedad más frecuente en todo el mundo.
El suicidio es otro de los temas que se abordarán durante el congreso. A los psiquiatras los pacientes no se nos mueren, se nos matan. Y debemos mejorar la capacidad de predicción, porque el suicidio no es una condena genética que viene dada. A esta cuestión, el experto suma el apoyo psicológico a los familiares. Estamos acostumbrados a ver actuaciones de este tipo en los grandes accidentes, pero debieran ser más frecuentes, aunque somos conscientes de que Sistema sanitario no tiene suficientes recursos. Como dice una vieja viñeta de Mafalda, lástima que lo urgente no deje paso a lo importante.
El XVII Congreso Nacional de Psiquiatría que se celebrará en Sevilla desde el 26 al 28 de septiembre va a contener numerosas actividades en las que se abordará el tema de las nuevas clasificaciones como el DSM-5; sin embargo, según comenta el presidente del Comité Organizador, José Giner, la necesidad de recordar los aspectos individuales en la práctica clínica de la Psiquiatría estará latente durante los simposios, los talleres o las mesas de debate.
Las clasificaciones son importantes, porque hacen de la Psiquiatría cada vez más una ciencia médica, asegura José Giner, quien cree que además no hay que olvidar las premisas de la Psiquiatría clásica, y es que no hay enfermedades sin enfermo. Por otro lado, también será un tema recurrente las investigaciones en el campo de la Psiquiatría, sobre todo en el ámbito de la esquizofrenia y primeros episodios.
El Congreso, que este año se ha concentrado en tres días, en vez de en cuatro, para facilitar la asistencia, está abierto a psiquiatras y residentes de la especialidad de toda España. De hecho, hay actividades exclusivamente pensadas para los MIR, por ejemplo, una sesión donde se presentan pósters de casos clínicos.
La docencia es una parte importante en el Congreso; de hecho, habrá cursos de terapia electroconvulsiva, de atención a demencias o sobre cómo escribir un artículo para revistas de alto impacto. Por otro lado, el Congreso contará con aproximadamente 30 mesas redondas, a las que tendrá acceso cualquier psiquiatra preocupado por alguno de los temas concretos de la práctica diaria de la especialidad que se tratarán.