Los beneficios de la terapia cognitivo-conductual (TCC) en el tratamiento de los trastornos de ansiedad pediátricos han sido bien documentados en numerosos ensayos controlados aleatorios , pero los efectos son, en el mejor de los casos, moderados.
Dada la alta tasa de trastornos de ansiedad, que típicamente surgen en la niñez y la adolescencia, y el hecho de que el diagn&oacu...
Los beneficios de la terapia cognitivo-conductual (TCC) en el tratamiento de los trastornos de ansiedad pediátricos han sido bien documentados en numerosos ensayos controlados aleatorios , pero los efectos son, en el mejor de los casos, moderados.
Dada la alta tasa de trastornos de ansiedad, que típicamente surgen en la niñez y la adolescencia, y el hecho de que el diagnóstico de un trastorno de ansiedad durante la adolescencia se asocia con un mayor riesgo de depresión y suicidio, existe una necesidad crítica de mejorar la Eficacia de los tratamientos para los trastornos de ansiedad pediátricos.
Una estrategia para optimizar los tratamientos psicológicos es identificar los mecanismos activos involucrados y para quién dichas intervenciones pueden ser más efectivas. El estudio de Haller et al. en este número es un paso en esa dirección.
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