En medicina, el litio es mejor conocido como el principal estabilizador del estado de ánimo para los trastornos bipolares (Ulrichsen et al. 2023 ; Yatham et al. 2018 ) y también es eficaz en los trastornos afectivos unipolares (Scott et al. 2023 ).
Habiendo sido investigado durante muchas décadas, el litio tiene indicaciones terapéuticas adicionales tanto dentro como f...
En medicina, el litio es mejor conocido como el principal estabilizador del estado de ánimo para los trastornos bipolares (Ulrichsen et al. 2023 ; Yatham et al. 2018 ) y también es eficaz en los trastornos afectivos unipolares (Scott et al. 2023 ).
Habiendo sido investigado durante muchas décadas, el litio tiene indicaciones terapéuticas adicionales tanto dentro como fuera de la psiquiatría (Bauer y Gitlin 2016 ).
A diferencia de muchos otros medicamentos psicotrópicos, se reconoce que el litio tiene una variedad de efectos neuroprotectores, que incluyen la longitud de los telómeros, la neurogénesis del hipocampo y la reducción de la inflamación periférica (Puglisi-Allegra et al. 2021 ; Strawbridge et al. 2023a ).
A pesar de esto, se informa ampliamente que el litio está infrautilizado (en relación tanto con la necesidad de este medicamento como con su base de evidencia) (Post 2018 ).
Las razones de esto son variadas, desde la educación tanto de los médicos (Gomes et al. 2022 ; Post 2018 ) como de los pacientes (Gomes et al. 2022 ; Severus et al. 2021 ) hasta creencias y/o actitudes negativas asociadas relacionadas principalmente con los efectos secundarios o seguridad, nuevamente tanto de los médicos como de los pacientes (Hidalgo-Mazzei et al. 2023 ).
Otras razones incluyen complejidades o inconvenientes relacionados con la necesidad de un control sanguíneo regular, que parece estar presente desde la perspectiva del paciente (McKeown et al. 2022 ), del médico y del nivel de servicio (Nikolova et al. 2018 ). Como resultado, las tasas de cumplimiento del seguimiento del litio son en gran medida subóptimas, lo que a su vez aumenta la probabilidad de efectos adversos (Nikolova et al. 2018 ).
Además, se ha informado que las preocupaciones iniciales de los pacientes con respecto a los efectos secundarios y el seguimiento mejoran después de la experiencia posterior con el tratamiento y el seguimiento (McKeown et al. 2022 ).
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