Antecedentes
Las personas con trastorno del espectro autista (TEA) que presentan agresividad severa a menudo no responden adecuadamente a las intervenciones conductuales y a los medicamentos psicotrópicos convencionales.
A pesar del uso de estos enfoques, algunos individuos permanecen refractarios al tratamiento, lo que plantea una necesidad urgente de opciones terapéuticas alterna...
Antecedentes
Las personas con trastorno del espectro autista (TEA) que presentan agresividad severa a menudo no responden adecuadamente a las intervenciones conductuales y a los medicamentos psicotrópicos convencionales.
A pesar del uso de estos enfoques, algunos individuos permanecen refractarios al tratamiento, lo que plantea una necesidad urgente de opciones terapéuticas alternativas.
El propranolol, un betabloqueante, ha generado interés debido a la evidencia anecdótica que sugiere su efectividad en la reducción de agresividad en personas con TEA. No obstante, la falta de estudios bien diseñados y las preocupaciones sobre los posibles efectos secundarios cardiovasculares de las dosis altas han limitado su aplicación.
Objetivo
Este estudio buscó
(1) evaluar la viabilidad del propranolol en dosis altas para tratar la agresividad en personas con TEA mediante visitas de telesalud, y
(2) documentar su seguridad cardíaca en estos casos.
Métodos
Se utilizó un diseño de estudio cruzado, aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo. Las dosis de propranolol se incrementaron de manera flexible hasta alcanzar una respuesta terapéutica o un máximo de 200 mg tres veces al día. Después de un período de reposo farmacológico, los participantes cambiaron de grupo de tratamiento (de propranolol a placebo o viceversa).
En el estudio participaron seis adolescentes y jóvenes adultos de entre 12 y 19 años. Las principales medidas de resultado incluyeron las puntuaciones de la escala de impresión clínica global de mejora (CGI-I) y la subescala de irritabilidad de la Lista de verificación de conductas aberrantes (ABC-C/I), ambas evaluadas al administrar 200 mg de propranolol tres veces al día.
Resultados
Los resultados del CGI-I mostraron una reducción del 50% en los síntomas de agresividad durante la fase de tratamiento con propranolol, en comparación con el placebo. En la ABC-C/I, se observó una reducción del 37% en la fase de propranolol. Los tamaños del efecto (r) fueron significativos, con −0, 74 en CGI-I y −0, 64 en ABC-C/I, lo que indica un efecto notable en la reducción de la agresividad. Además, no se observaron efectos secundarios cardiovasculares relevantes: la presión arterial media fue de 122/68 en la fase de placebo y de 109/72 durante la fase de propranolol, y los exámenes de Holter no mostraron anomalías cardíacas destacables.
Conclusión
Este estudio sugiere que el propranolol puede ser una opción terapéutica eficaz y segura para reducir la agresividad en personas con TEA, incluso en dosis relativamente altas.
Los resultados positivos en este grupo pequeño indican la necesidad de ensayos clínicos a mayor escala para confirmar la eficacia y seguridad del propranolol en esta población. Además, el uso de telesalud para monitorizar el tratamiento se muestra viable y podría facilitar el acceso al tratamiento en poblaciones de difícil acceso.
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