El cannabis, conocido comúnmente como marihuana o hierba, es una sustancia psicoactiva derivada de la planta cannabis sativa. Su consumo ha sido ampliamente documentado a lo largo de la historia y se ha utilizado tanto con fines recreativos como medicinales. Su principal compuesto activo es el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), el cual interactúa con el sistema endocannabinoide del ...
El cannabis, conocido comúnmente como marihuana o hierba, es una sustancia psicoactiva derivada de la planta cannabis sativa. Su consumo ha sido ampliamente documentado a lo largo de la historia y se ha utilizado tanto con fines recreativos como medicinales. Su principal compuesto activo es el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), el cual interactúa con el sistema endocannabinoide del cerebro, un sistema de señalización crucial que regula diversas funciones fisiológicas y cognitivas, como el estado de ánimo, el apetito, la percepción del dolor y la memoria.
El cannabis es conocido por sus efectos relajantes y eufóricos, que han contribuido a su popularidad en distintos contextos sociales y culturales. Sin embargo, su uso no está exento de riesgos. Dependiendo de la cantidad consumida, la frecuencia de uso y la susceptibilidad individual, el cannabis también puede generar efectos adversos, como deterioro de la memoria a corto plazo, disminución de la coordinación motora, ansiedad y, en algunos casos, síntomas psicóticos. Estos últimos pueden incluir alucinaciones, paranoia y episodios de despersonalización, especialmente en personas predispuestas a trastornos mentales.
El consumo prolongado y en grandes cantidades de cannabis puede llevar al desarrollo de dependencia, caracterizada por una necesidad compulsiva de continuar consumiendo la sustancia para evitar síntomas desagradables. Cuando una persona reduce significativamente su consumo o deja de consumir cannabis de manera abrupta tras un uso prolongado e intenso, puede experimentar el síndrome de abstinencia del cannabis.
Este síndrome suele manifestarse entre 24 y 72 horas después del último consumo y puede durar entre una y dos semanas. Sus síntomas más comunes incluyen irritabilidad, ansiedad, alteraciones del sueño, hiperactividad del sistema nervioso simpático, sudoración excesiva, disminución del apetito, dolor de cabeza, fiebre, escalofríos, temblores y malestar general. En algunos casos, especialmente en personas con un historial de consumo intenso, la abstinencia del cannabis puede desencadenar síntomas psicóticos. Aunque la psicosis inducida por el consumo de cannabis ha sido ampliamente estudiada y documentada en la literatura médica, la psicosis por abstinencia de cannabis es un fenómeno poco reportado y aún no completamente comprendido. Se han registrado casos en los que individuos que dejan de consumir la sustancia de forma abrupta desarrollan alucinaciones, delirios y paranoia, lo que sugiere que la interrupción del cannabis puede provocar una desregulación neuroquímica significativa en ciertos individuos.
En este artículo, se presenta un caso clínico de psicosis inducida por la abstinencia de cannabis, junto con su abordaje terapéutico, con el objetivo de aportar una mayor comprensión sobre este fenómeno poco estudiado en la práctica médica.
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