Una mala evolución del TDAH conlleva la aparición de un trastorno de conducta (TC), entre otros muchos problemas. “Un buen diagnóstico y una evolución adecuada del trastorno son necesarios para evitar la llegada de un capítulo final muy dañino: consumo de sustancias, problemas con la justicia y la aparición de un trastorno de conducta”, ha señalado Montse Sánchez, directora general de ITA.
Actuar a tiempo, clave del éxito
Tal como explica Sánchez, no es rara la ocasión en que las familias se niegan a ver la existencia de TDAH en alguno de sus hijos, precisamente con la intención de protegerlos. “No hay que negar el trastorno de entrada. Hay que actuar y actuar de forma precoz para que cada persona reciba un tratamiento adecuado”, ha afirmado.
Si no se ataja a tiempo esta realidad, en la adolescencia los conflictos familiares tienden a multiplicarse. Los especialistas aseveran que el vínculo con los padres se vuelve más débil, los jóvenes con TDAH se sienten incomprendidos y rechazan el ‘control’ que ejercen sobre ellos buscando apoyo en la calle.
Es entonces cuando estas personas acuden al consumo de cannabis, habitual en un 40 por ciento de quienes sufren este trastorno, y otras situaciones conflictivas que pueden derivar en problemas judiciales. En palabras de Cipriano, ‘la triada maligna’ del TDAH, cannabis y fracaso escolar son los ingredientes básicos del desastre y del desarrollo de un TC. De hecho, la comorbilidad es habitual en un 45 por ciento de los casos de TDAH.
“Las personas que nos llegan a ITA están en una situación muy extrema. Son adolescentes que vienen por voluntad propia o en ocasiones engañados por sus padres. La pregunta fundamental que se les hace es: ¿Cómo has llegado aquí? Es decir, qué ha sucedido”, destaca el psicólogo.
El tratamiento a estas personas está enfocado en tres niveles: individual, familiar y grupal. “Hay que llevar un abordaje interdisciplinar con psicólogos, psiquiatras y psicopedagogos que actúe en todos los ámbitos de la persona. En la terapia individual, por ejemplo, invitamos a amigos del joven, ya que este adolescente volverá a su contexto social y necesita que su grupo le entienda”.
Los especialistas de ITA han apuntado que el porcentaje de éxito en poner fin a la violencia filo-parental de las personas que acuden al centro es casi rotunda. También son capaces de obtener un alto porcentaje de reenganchamiento educativo. Sin embargo, el consumo de cannabis es más difícil de atajar.
Soluciones a nivel educativo
Rocío Roses, psicóloga, neuropsicóloga clínica y responsable de la Unidad de Evaluación de ITA, ha hecho hincapié en que hay que avanzar mucho a nivel educativo para que se adapte a las necesidades de las personas con TDAH.
“Es un reto mayúsculo en el que la formación de los profesores es fundamental. Las adaptaciones para estas personas son un derecho. Igual que un niño con dificultades físicas no puede dar diez vueltas a al campo de fútbol del patio, una persona con este trastorno no puede someterse al mismo examen y las mismas condiciones que los demás. Hace falta concienciar”.
